El panorama político catalán sigue abierto en canal con la gran incógnita de si habrá investidura del socialista Salvador Illa antes de llegar a la fecha límite del 25 de agosto, momento en el cual se activaría de forma automática la repetición electoral. Ya hay un pleno convocado para el día 25 de este mes, aún a falta de saber si el fugado Carles Puigdemont podrá acudir al Parlament en caso de que el presidente de la Mesa de la cámara autonómica, Josep Rull -de su mismo partido- le encargue someterse a ese debate de investidura.

Y mientras se desenreda la madeja, de fondo planea la sombra de una repetición electoral para octubre, que, según los días, toma más fuerza o menos al albur del debate interno en ERC, con su secretaria general, Marta Rovira al frente, dirigiendo las negociaciones desde Ginebra. Los populares aseguran estar "preparados para cualquier eventualidad", afirman fuentes 'genovesas'. De hecho, no ocultan que la hipótesis de una vuelta a las urnas podría beneficiarles tras la fuerte recuperación electoral experimentada el pasado 12 de mayo, al quintuplicar su representación de 3 a 15 escaños, con una subida de 7 puntos porcentuales y de más de 230.000 votos.

Pero incluso ahora sus previsiones son mejores. Según los datos internos que manejan tanto en la sede nacional de Génova como en el partido en Cataluña, y que ha conocido El Independiente, creen posible acercarse a alguna de las marcas récord conseguidas por el PP catalán en toda su historia al señalar que podrían "pasar de los actuales 15 a 18 escaños". El mejor resultado cosechado por los populares en esta comunidad fue en las autonómicas de 2012, con 19 diputados, encabezando la candidatura a la Generalitat Alicia Sánchez-Camacho. Pero en 2010, con ella también en el liderazgo del partido y a la cabeza de la lista, ya habían alcanzado los 18 escaños.

Del éxito al fracaso por el impulso de Ciudadanos

Pero a partir de 2012 el PP catalán fue perdiendo pie y languideciendo entre crisis internas y cambios de liderazgo. Y si en 2015 todavía resistió con 11escaños, las llamadas 'autonómicas del 155' -convocadas en 2017 con la Generalitat intervenida tras declararse en rebeldía y proclamar las leyes de desconexión- les pusieron ya al borde del abismo con 4 asientos en el Parlament ante la fuerza y el impulso de Inés Arrimadas, que convirtió a Ciudadanos en la primera fuerza política no independista en ganar las elecciones catalanas en votos y escaños. La situación empeoró aún más para los populares en 2021, al borde de ser extraparlamentarios con unos exiguos 3 escaños.

Ahora, con la desaparición de los naranjas, vuelven a algunas de sus mejores marcas, capitaneados por Alejandro Fernández, al que Génova quiso remover del liderazgo el PP catalán y relevar como candidato a la Generalitat, y aunque no ha abandonado del todo ese empeño, se antoja cada vez más lejano. Los populares catalanes llevan sin celebrar un congreso regional desde 2018, esto es, seis años, muy por encima de los mandatos estatutarios, y nada permite augurar que lo vaya a haber en breve.

No habrá congreso del PP en cataluña hasta aclararse el escenario político

Por un lado, no habrá cita congresual hasta aclararse el escenario catalán, esto es, si hay repetición electoral, pero tampoco ante la sospecha de que Pedro Sánchez puede convocar a los españoles ante las urnas en cualquier momento, dada la debilidad de sus apoyos parlamentarios. Y por si hubiera dudas, sí, Fernández "optaría de nuevo a la presidencia del partido y gana el congreso porque tiene el apoyo de las bases", afirman fuentes de su entorno sin un asomo de duda.

Conforme a los datos de las últimas autonómicas catalanas, los populares estiman en 75.000 las papeletas "robadas" al PSC, que podrían incrementarse aún más si se visualiza un Salvador Illa "desesperado por pactar con ERC". Coinciden con la mayoría de los estudios demoscópicos que a quien menos le conviene dicha repetición es a los de Oriol Junqueras o, mejor dicho, a los de Marta Rovira, abocados a una debacle si hay nueva consulta ante las urnas. No obstante, las presiones de Junts para reproducir el Junts pel Sí de 2015, esto es, una candidatura conjunta, pueden acabar pesando más en el ánimo de los republicanos independentistas, a los que la peor acusación que se les puede hacer es la de 'botiflers', esto es, traidores a la causa soberanista.

Además, entre los muchos escenarios que maneja Génova, no descarta, "en caso de repetición electoral en Cataluña, una coincidencia con comicios generales", de modo que Pedro Sánchez aproveche esa ventana de oportunidad para que Cataluña haga de fuerza tractora a su candidatura. Sólo hay un pequeño inconveniente. Los plazos de una repetición electoral son una semana más cortos que los de una convocatoria ordinaria, esto es 47 días frente a 54. La reforma de la LOREG -por la cual se rige Cataluña, paradójicamente, una de las pocas comunidades autónomas que no tiene ley electoral propia- para agilizar las repeticiones electorales provoca ese decalaje, por lo que Moncloa, siempre en el caso de querer adelantar, debería estar muy segura de que no se cierra in extremis un acuerdo en Cataluña.

Sánchez insiste en agotar la legislatura

Precisamente ayer, durante una comparecencia con el presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de vista en España para una Reunión de Alto Nivel (RAN), el jefe del Ejecutivo dijo creer que en Cataluña "habrá gobierno y que, por tanto no iremos a ese escenario de repetición electoral" y, además, desligó esa eventualidad de la suerte que podría correr su propia legislatura defendiendo que "son tres años los que tenemos por delante para seguir implementando políticas progresistas, de derechos, de empleo y también de convivencia y de compromiso con la paz en el escenario internacional".