El presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo es "resultadista". Con este extraño vocablo, no recogido en el diccionario de la RAE, se alude a aquel que da prioridad a la cuenta de resultados, en su caso, electorales. Y del mismo modo que da amplios márgenes de libertad a sus barones en la toma de decisiones en el ámbito de sus respectivos territorios, les atribuye una parte de responsabilidad alícuota ante los grandes retos y, sin duda, los comicios europeos del pasado 9-J lo eran por el carácter plebiscitario que le otorgaron como culmen de un larguísimo ciclo electoral.

En la sala de máquinas de la sede nacional popular propusieron como objetivo deseable a alcanzar un mínimo del 40 por ciento del voto, según ha podido saber El Independiente de distintos dirigentes territoriales. Algunos no lo tomaron como una instrucción, pero muchos de ellos captaron el mensaje, según los secretarios generales autonómicos integrados en el comité de campaña de las europeas, dirigido por Esteban González Pons y Carmen Fúnez. Un reto no menor que les hizo pisar el acelerador.

Un presidente autonómico narra a este medio la "presión" que ejerció Génova para que todos los niveles del partido se volcaran en un esfuerzo movilizador "en el que nos implicamos portavoces municipales y autonómicos, alcaldes, gobiernos regionales...". Otro explica que "nos pedían más y más actos electorales y sectoriales", pero no sólo, sino también un esfuerzo especial en redes sociales, donde se manejan muy bien Vox y el activista ultra Alvise. Génova dio la mayor importancia a esta consulta ante las urnas y en buena medida lanzó el mensaje de la corresponsabilización de la totalidad del partido.

Los presidentes autonómicos que sí lo consiguieron

Algunos territorios superaron de sobra el límite marcado por su jefe de filas y en algunos barones populares la satisfacción del objetivo cumplido era evidente durante la reunión del comité ejecutivo nacional del pasado martes. ¿Quiénes llegaron o sobrepasaron dicha cifra? Pues a la cabeza se situó el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán con un 44,7 de porcentaje de voto seguido muy de cerca por el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco, con un 44,56.

El 'bronce" se lo llevó el gallego Alfonso Rueda (43,62) y los 'diplomas' fueron para el murciano Fernando López Miras (42,87); la cántabra María José Sáenz de Buruaga (42,72); el castellano-manchego Paco Núñez (41,46) y la extremeña María Guardiola (41,44). También la todopoderosa Isabel Díaz Ayuso superó el 40 por ciento. En concreto, el 40,69 del electorado de la Comunidad de Madrid escogió la papeleta del PP, pero quedó en octavo lugar. El noveno fue el melillense Juan José Imbroda (40,09).

Y los que no

Y aunque el mapa electoral se tiñó prácticamente de azul, otros barones y dirigentes territoriales que aún ganando las europeas -en algunos casos por vez primera en sus territorios- no superaron la marca del 40 por ciento fueron el andaluz Juan Manuel Moreno (37,87); el aragonés Jorge Azcón (37,16); el asturiano Álvaro Queipo (36,89); el ceutí Juan Jesús Vivas (36,53); el valenciano Carlos Mazón (·%,86) y la balear Marga Prohens (35,78). Mucho más lejos se quedaron en aquellas comunidades autónomas donde ganó otra fuerza política como fue el caso de Cataluña, con triunfo del PSC; el País Vasco, con Bildu a la cabeza, y en Canarias y en Navarra donde ganó el PSOE, aunque en toda España los populares subieron en porcentaje.

Un vez cerrado este ciclo electoral, que arrancó en mayo del año pasado, muchos barones esperan cierta calma para poder hacer gestión ante unas estructuras de partido "agotadas". Bien es cierto que los argumentarios que reparte puntualmente Génova ponen el acento en la petición de elecciones generales y a ese guión se ajustaron el pasado martes todos los presidentes autonómicos a su entrada a la sede nacional del partido.

Se les ha pedido tener la maquinaria electoral engrasada por lo que pueda suceder ante la "debilidad" del Gobierno de Sánchez e inestabilidad de la situación política, marcada por la negociación de la investidura en Cataluña y la de Presupuestos Generales del Estado para 2025, una vez que el Ejecutivo de Pedro Sánchez desistió de presentar las cuentas para este año. Génova cree que la situación de la legislatura es "insostenible" y arranca un "calvario parlamentario" en la que el Gobierno apenas podrá aprobar ninguna nueva iniciativa más allá de la ley de Amnistía, publicada este lunes en el BOE.

Renovación CGPJ

Entremedias, Pedro Sánchez ha anunciado una reforma en las competencias del CGPJ si no hay pacto con el PP antes de culminar este mes de junio. Génova ha respondido con la propuesta de volver a una mesa de tres, donde esté sentada la Comisión Europea. Las espadas están en todo lo alto. "Bolaños escribe a Pons unas horas después de que Sánchez calificara en sede parlamentaria al PP como partido de ultraderecha. Se nos hace raro que quieran pactar con unos extremistas como nosotros", ironizan fuentes del PP. No parece que, esta vez tampoco, se renueve el Consejo General del Poder Judicial, no al menos "con ultimatums" y "chantajes", justifican tras cinco años de bloqueo, y menos si ven a medio plazo la posibilidad de una nueva consulta ante las urnas.