El pasado diciembre, ni uno solo de los organismos que habitualmente realizan análisis macroeconómico esperaban que la economía española creciese un 2% este año. Tan solo el Gobierno era tan optimista con el ejercicio, defendiendo que una ralentización del calibre de la que vaticinaba el Banco de España (1,6%, frente al 2,5% del año pasado) estaba del todo descartada. Ahora que estamos a punto de cruzar el ecuador del año, podemos decir que no solo el Ejecutivo tenía razón, sino que se quedó más que corto.

De acuerdo con las previsiones actuales, el PIB español va a avanzar este 2024 alrededor de un 2,1%, o 2,3% según el pronóstico más reciente, el del supervisor. Es un nivel de crecimiento que no veía venir ni una sola de las casas de análisis, ni un centro de estudios, y que se explica por el “extraordinario vigor” que mostró el turismo en el primer trimestre, en parte también por las revisiones estadísticas del INE de los trimestres anteriores. “De manera mecánica, sin modificar las tasas de avance del producto en el resto de trimestres del año en curso, estos dos elementos conllevarían un efecto arrastre positivo sobre la tasa media de crecimiento del PIB en 2024 de 0,5 puntos porcentuales [0,1 por la revisión de datos de 2023 y 0,4 por este primer trimestre]", explican desde el Banco de España en su nuevo informe de previsiones, presentado esta semana. 

Si solo fuese por estos dos factores, la revisión habría sido algo mayor que la ahora proyectada. Pero hay que sumar dos más que han terminado rebajándola: los precios del petróleo y los tipos de interés, que en ambos casos van a estar por encima de lo esperado durante los próximos meses. Por otro lado, se espera que la productividad se recupere ligeramente al tiempo que la creación de empleo continuará adelante, aunque más moderada, y el paro seguirá reduciéndose, pero a un menor ritmo por la llegada de inmigrantes.

"Los datos en tiempo real sugieren que el crecimiento se mantendrá en niveles similares durante el segundo trimestre, sumando otras tres décimas al crecimiento de este año", vaticina BBVA Research, que este viernes ha elevado su previsión de crecimiento anual al 2,5%, y la del segundo trimestre al 0,8%, frente al 0,5% que esperaba en marzo. Si se cumple, será el mayor avance que registra la economía en un trimestre desde el segundo de 2022, en plena salida de la pandemia. Desde entonces, el PIB venía creciendo entre un 0,5% y un 0,7%, siempre en comparación con el trimestre anterior, datos que sorprendían al alza a los expertos. 

La clave: las visitas turísticas

Las exportaciones del sector servicios van a convertirse en las protagonistas del ejercicio. Lo que se conoce como demanda externa va a aportar tres décimas al crecimiento del PIB de este año, mientras que antes se preveía que restase tres. Y es porque las exportaciones de servicios (el gasto de los turistas extranjeros en España, sobre todo) van al alza. La clave está en que España está subiendo los precios de estos servicios menos que los de otros países del entorno. ¿Cuánto durará este vigor? El Banco de España espera que no mucho. 

"De cara a los próximos trimestres, se prevé que las tasas de avance del PIB converjan paulatinamente hacia aquellas acordes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española, que, de acuerdo con las estimaciones del Banco de España, se situaría alrededor del 1,6 % interanual al final del horizonte de proyección", valora. “En este sentido, se contempla que, en lo referente a las tasas medias anuales, el crecimiento del PIB se reduzca desde el 2,5 % observado en 2023 hasta el 2,3 % en 2024, el 1,9 % en 2025 y el 1,7 % en 2026”.

La inflación, al alza

Al tiempo que los analistas han revisado sus previsiones de crecimiento al alza, también creen que los precios serán mayores de lo esperado. El Banco de España acaba de subir su pronóstico de inflación media tres décimas, hasta el 3%, por la subida del precio de la energía. El resto de pronósticos han venido siguiendo el mismo comportamiento, pero no hay que olvidar que a finales del año pasado los mismos economistas esperaban tasas de inflación muy por encima de las que recogen ahora: el supervisor esperaba un IPC medio del 4,3%, y la OCDE, del 3,7%, sobre todo por la retirada de las ayudas del Gobierno que en parte se han mantenido. 

“Tras ralentizarse en el inicio del año, en gran medida por la caída del precio de la electricidad debido a la meteorología, la inflación ha repuntado por encima del 3%, debido en parte a la retirada de las principales medidas anti-inflación adoptadas tras el shock energético. Los panelistas esperan que la tasa de inflación continúe al alza en los próximos meses y, posteriormente, descienda hasta acabar el año en un 3,1%. Para el conjunto del año, se esperan tasas medias anuales del 3,1% tanto para la general como para la subyacente”, recoge Funcas en su panel de previsiones.

Este verano estaba previsto que la reversión de las rebajas del IVA de los alimentos provocase cierto repunte de los precios, pero el Gobierno ha asegurado que mantendrá los descuentos. De cara al próximo año, la mayoría ya esperan una tasa media anual del 2%, aunque advierten de que las presiones inflacionistas seguirán ahí. “Es muy probable que durante dos o tres años tengamos una continua presión de los costes laborales sobre los precios, en la medida en que se mantenga la demanda relativamente fuerte y las empresas se vean capaces de trasladar este aumento de salario y cotizaciones a precios”, aseguraba este viernes Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research.

Con todo, y como siempre, estas previsiones están sujetas a posibles riesgos: las tensiones geopolíticas podrían hacer subir más los precios, alguna turbulencia en los mercados financieros podría deteriorar la perspectivas, y en España el ritmo de despliegue de los fondos europeos determinará el impulso de la inversión, y el ahorro de los hogares será clave para impulsar el consumo privado. Además, las nuevas reglas fiscales no están provocando por el momento recortes de gasto, pero tampoco se descarta cuando estas empiecen a ser efectivas, en 2025.