Una cosa es el PPE con Manfred Weber al frente y otra la presidenta de la comisión europea y candidata a la reelección, Úrsula Von der Leyen. El primero ha asumido las tesis contrarias a la ley de Amnistía de sus socios españoles en el Grupo Parlamentario Popular de la Eurocámara, pero no parece que lo haya hecho quien tiene en sus manos el 'gobierno' de la Unión Europea. En el seno del PP y entre muchos eurodiputados hay escepticismo respecto a que Von der Leyen responda a la presión que ejerce la que es ahora la segunda delegación más importante de los conservadores europeos tras la CDU alemana, partido al que pertenece. Sabe que tiene asegurado el apoyo de los 22 eurodiputados del PP para seguir siendo la presidenta de la Comisión -siempre y cuando la proponga el Consejo Europeo- y ahora no quiere poner en peligro el respaldo los socialistas.

Por ello, dirigentes populares temen que "no moverá un dedo hasta su reelección", agendada para los días 17 y 18 de julio si nada se tuerce. Lo cierto es que tras la cena informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE el pasado lunes no se avanzó en el reparto de los cuatro principales cargos de la Unión, esto es, la presidencia del Consejo, de la Comisión, del Parlamento y la elección del alto comisionado para la Política Exterior y de Seguridad. Sería complicado que descarrilase la elección de la alemana, aunque aún no está todo cerrado.

"Compadreo" con Pedro Sánchez

Además, muchos sospechan que, incluso tras su elección, Von der Leyen "esperará a que los tribunales españoles y el TJUE se pongan en marcha", al tiempo que cuestionan que ésta sea capaz de enfrentarse al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Aunque pocos se atreven a expresar públicamente estas críticas, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo hizo por todos ellos el pasado 6 de marzo cuando fue invitada a participar en el congreso del PPE, celebrado este año en la capital rumana, Bucarest, donde denunció, en presencia de Von der Leyen, que "no puede haber compadreo" con Sánchez.

Si bien los más escépticos entienden que la estrategia de Génova debe pasar por "meter presión" a las instituciones comunitarias ante lo que consideran una ley que atenta contra la igualdad de los españoles y la separación de poderes -argumentos que esgrimió en su momento la hoy presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, desde su escaño del Gobierno- la alemana está más atenta de ver cómo respira el Consejo Europeo para no truncar "su proyecto personal".

El lunes pasado Núñez Feijóo participó en una cumbre del PPE en la que recordó a sus socios -entre ellos Von der Leyen, Weber, la presidenta en funciones de la Eurocámara, Roberta Metsola y un buen puñado de primeros ministros- el que debe ser el primer compromiso de la UE, esto es, la defensa del Estado de Derecho "y de una forma muy especial en España, cuarta economía del euro". "No hay UE sin estado de derecho, no hay estado de derecho sin división de poderes y no hay división de poderes sin independencia judicial", según trasladó posteriormente a la prensa, dando, además por derrotada la amnistía el pasado 9 de junio.

Y si bien Von der Leyen participó en la campaña europea del PP, con varios actos y encuentros en Galicia, y hasta vio con Feijóo la final de la Champion en la que se enfrentaron el Real Madrid y el Borussia Dortmund, no han conseguido, ni de lejos, que la alemana reniegue con claridad de la ley de Amnistía.

"Doble vara de medir"

Hay bastantes dosis de pesimismo entre los populares españoles. Llegan a denunciar incluso la existencia de una doble vara de medir "que beneficia a los gobiernos socialdemócratas" europeos frente a los conservadores -a pesar de ser mayoría en el Parlamento de Estrasburgo-, de modo que la Comisión "está al servicio de los intereses políticos de una señora que no va a cabrear a Madrid". Por eso creen que las objeciones vendrán más por la vía del TJUE, a través de las cuestiones prejudiciales que por el gobierno de la Unión que, además, ahora tiene que renovarse.

Cuentan con que la Comisión se persone en los casos que lleve el TJUE "en calidad de guardiana de los tratados" y asegurará que "está siguiendo muy de cerca el proceso de la ley de Amnistía", narra una fuente con un punto de ironía, pero poco más. De hecho, en un encuentro informativo esta semana con fuentes de la Comisión, a la pregunta de si Von der Leyen compartía los términos de la carta que le remitió la cabeza de la delegación española, Dolors Monserrat, respecto a la Amnistía, se limitaron a decir que "está en curso un análisis de la ley que se está discutiendo en España. No tenemos comentarios ahora". Y también despacharon con un "no puedo ser más preciso. Estaremos listos cuando estemos listos" al interrogante de cuándo emitirían un informe al respecto.

Efectivamente, la semana pasada Dolors Montserrat envió una carta a la presidenta de la Comisión Europea - con la ley de Amnistía ya en vigor- en la que le trasladaba la "gravedad de la situación y las implicaciones de este ataque a los principios del Estado de Derecho, no sólo en España sino en toda la Unión Europea" para acabar pidiendo que "actúe en consecuencia para salvaguardarlos".

Lo cierto es que las relaciones del PP con Von der Leyen nunca han sido muy fluidas. Hay algunos eurodiputados españoles que reprochan que "tampoco se ha trabajado lo suficiente" para engrasarlas. Muchos esperan que tras haber aportado nueve escaños más al Grupo Popular de la Eurocámara estén en condiciones de ejercer mayor presión ante los socios europeos.