Pedro Sánchez no dará un paso más. Al menos por ahora. No llevará la crisis diplomática con Argentina a un nuevo estadio. Escrutada cada palabra de las pronunciadas por Javier Milei en su doble acto de este viernes, el Gobierno entiende que la tensión, por su parte, tampoco ha ido a más, y que es mejor dejar las cosas en el mismo punto en el que estaban antes de su segunda visita a España. La Moncloa prefiere interpelar directamente al líder del PP, a Alberto Núñez Feijóo, presionarle para que se desmarque de Isabel Díaz Ayuso, para que diga si comparte el discurso ultraliberal y de extrema derecha que el mandatario argentino defendió en Madrid y que la presidenta aplaudió gustosa. La estrategia es explorar la evidente fisura interna en el principal partido de la oposición que a la larga, creen en el Ejecutivo, puede ser problemática para el jefe de los populares.
El jueves, la víspera del aterrizaje de Milei en España, el Gobierno prometió seguir "vigilante" su visita, dada su "actitud reiterada de búsqueda de la confrontación y la ofensa" a las instituciones y a la democracia españolas, "algo sin precedentes en las relaciones internacionales y en los usos diplomáticos entre naciones". El Ejecutivo, por tanto, prometía mantener un ojo puesto en la entrega de la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, el acto oficiado por Ayuso en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, y en la concesión del premio de la entidad ultraliberal Juan de Mariana, programado para apenas dos horas después.
En Sol, Milei habló de las "porosas manos de los políticos", "quizás no en las del político, sino en las del hermano o la pareja", en alusión a Sánchez, a su hermano y a su mujer
En Exteriores y en la Moncloa hicieron guardia. Permanecieron atentos a los dos actos, el último de los cuales, celebrado en el Casino de Madrid, se cerró cerca de la 1.10 de la madrugada del viernes al sábado tras la intervención, de más de una hora, del mandatario argentino. Los dos discursos de Milei resumieron por completo su teoría y acción de gobierno: una proclama ultraliberal, de extrema derecha, que colisionaban frontalmente con el Estado social y democráticamente de derecho que consagra la Constitución española. El presidente libertario se jactó de sus brutales recortes al Estado del bienestar, calificó la justicia social de una idea "verdaderamente aberrante", señaló que los impuestos son un robo porque "no se pagan voluntariamente, se pagan a punta de pistola", dijo venir de "un futuro" para contar el "daño y la decadencia" que trae el socialismo. "No dejen que el socialismo les arruine la vida", sostuvo ante Ayuso, ante la que mostró su admiración y a la que, por cierto, llamó repetidamente "presidente", en masculino.
Fue allí, en la Real Casa de Correos, donde Milei concentró sus ataques a Sánchez, contundentes pero menos frontales que los de su primera visita a España, hace un mes. "La discrecionalidad siempre juega malas pasadas, siempre hay filtraciones" en la gestión de los fondos públicos, dijo. "[Frédéric] Bastiat [un economista liberal francés del siglo XIX] hablaba de las porosas manos de los políticos. Quizás no en las del político directamente, quizás en las del hermano, la de la pareja o lo que fuera... y el que quiera entender que entienda". Era su manera de llamar corrupto al presidente del Gobierno, sin mentarlo, y de referirse de forma implícita a su mujer, Begoña Gómez, y a su hermano, Daniel Sánchez, ambos bajo investigación judicial.
El político libertario se jacta del enorme ajuste acometido en su país y considera la justicia como "verdaderamente aberrante"
Casi al final de su discurso en Sol sí citó explícitamente al jefe del Ejecutivo: "Si los socialistas entendieran de economía —apuntó, citando al economista liberal austriaco Friedrich Hayek—, no serían socialistas. Bueno, parece que una de las excepciones a la regla la tienen ustedes con el señor Sánchez que, evidentemente, a pesar de haber estudiado Economía, o no entendió o le gusta mucho el Estado para llevarse puestos [por delante] a los españoles". En el Casino de Madrid, donde le acompañó Santiago Abascal, líder de Vox, el presidente argentino expuso su teoría económica ultraliberal y presumió de la gestión en sus seis meses al frente de su país, pero no hizo referencias a Sánchez. Fue en la llamada Cena de la Libertad, a 150 euros por cubierto.
Mantuvo el protocolo
El Gobierno tuvo enseguida claro que era mejor no escalar el conflicto. Detenerse en el punto en el que se quedó el pasado 21 de mayo, cuando el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, anunció la retirada de la embajadora española en Buenos Aires. El Ejecutivo amagó en aquel momento con dificultar el segundo viaje de Milei a España, pero finalmente mantuvo el protocolo y le dispensó tratamiento de jefe de Estado, permitiéndole aterrizar este viernes en la base aérea de Torrejón de Ardoz y poniéndole escoltas para su seguridad. Ahora, tras escucharle y ver que no había optado por una nueva confrontación total, la Moncloa optó por no dar ningún paso más, tal y como confirmaron a este diario fuentes del equipo de Sánchez y de Exteriores. Las relaciones entre los dos países siguen en crisis desde comienzos de mayo, cuando el titular de Transportes, Óscar Puente, en un acto de partido, atribuyó al jefe de Estado de Argentina el consumo de "sustancias", palabras que le soliviantaron de inmediato y por las que el ministro luego se arrepintió.
A quien miramos es a Feijóo. ¿Qué le parece a él? Si es que Ayuso le deja hablar. Queremos saber si Milei y su motosierra son un ejemplo de lo que el PP quiere para la gente", dicen en la Moncloa
La respuesta pública del Gobierno este sábado apuntalaba esa decisión. Para empezar, no compareció Albares, que es el responsable del timón de la política exterior, junto con el presidente. Y tanto la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, como la ministra de Ciencia, Diana Morant —las dos portavoces del Ejecutivo este 22 de junio—, miraron directamente al PP para interpelarles por su apoyo a la "política de la selva" que esgrimió el mandatario anarcocapitalista.
"No hizo falta salir contra él. Nosotros de él, nada. A quien miramos es a Feijóo. ¿Qué le parece a él? Si es que Ayuso le deja hablar, claro. Queremos saber si Milei y su motosierra son un ejemplo de lo que el PP quiere para la gente", aseguran fuentes de la Moncloa.
Montero, desde Gernika (Bizkaia), adonde acudió a la jura del peneuvista Imanol Pradales como nuevo lehendakari, reclamó a Feijóo que "module, rectifique o se separe" del discurso de Milei, que dinamita los cimientos de "la Constitución y la democracia". Lo que ocurrió fue una visita que la Comunidad de Madrid "protagonizó para hacer una política de confrontación y provocación al Gobierno de España", censuró, pero lo peor, "lo más llamativo" fue "el discurso, el tono de las palabras y el contenido que se expresó, que aplaudió el PP de Madrid, la señora Díaz Ayuso y, con su silencio, el PP de Génova, de Alberto Núñez Feijóo". El jefe de los populares se vio opacado por la presidenta madrileña y, mientras ella recibía al mandatario suramericano él visitó con Borja Sémper la Fundación Acción por la Música.
"Hace tiempo que no escuchaba en nuestro país palabras tan destructivas con lo colectivo, con el bienestar social y la capacidad de que cada uno aportemos al bienestar de nuestra tierra. Algo tan significativo como trasladar que la justicia social, base de cualquier democracia, se cuestione de la forma tan agresiva como se hizo", reprochó. La vicepresidenta primera acusó a Milei de defender "la política de la selva, del sálvese quien pueda".
Montero demanda a Feijóo que "module, rectifique o se separe" del discurso de Milei que avala Ayuso, el de "la política de la selva"
"Me da pudor y cierta vergüenza que una comunidad de un país tan democrático como España albergue discursos de este tipo y aplauda este tipo de ideas, dando amparo a la ultraderecha y populismos que eligen nuestro país para decir cosas que no se atreven a decir en sus países de origen", añadió. Montero reclamó "respeto y cumplimiento de la ley a la presidenta del Madrid, que es la responsable de que se asistiera a un discurso que rompe las bases de la Constitución y la democracia".
Para Morant, la visita del mandatario argentino a Madrid "constata" que Ayuso y José María Aznar, "y no Feijóo", marcan el camino del PP. La titular de Ciencia, que viajó hasta Alicante por las fiestas de las hogueras de San Juan, advirtió de que la misma invitación de la presidenta madrileña a Milei refleja que "en este país la ultraderecha es directamente el PP". "Donde esté Ayuso no necesitamos a un Abascal. Ya tenemos una ultraderecha pura y dura", subrayó la ministra, quien contrastó la actitud del PP con la del Ejecutivo: mientras "unos están en la política del fango y en sus medallas fake, el Gobierno de España está a las cosas importantes". Ayuso, este sábado, defendió este sábado la concesión de la Medalla Internacional a Milei, porque tiene potestad para hacerlo —pese a que la visita fue privada, y no oficial, como impone la ley autonómica—, cuando Sánchez "otorga otras muchas distinciones y nadie le cuestiona por ello".
Breve encuentro en Berlín con Scholz
Milei había llegado a Madrid pasadas las dos de la tarde del viernes y dejó la capital a primera hora de la mañana del sábado para volar hasta Alemania. Primero, a Hamburgo, para recoger una medalla. Allí presumió de nuevo de haber ganado a los "socialistas" con "el ajuste fiscal más grande de la historia de Argentina", un hachazo tras el que el país dará un salto, hasta convertirse en "el país más libre del planeta", informa EFE. Este domingo, mantendrá un breve encuentro con el canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, en Berlín.
Para Morant, la visita del mandatario argentino a Madrid "constata" que Ayuso y José María Aznar, "y no Feijóo", marcan el camino del PP
Un despacho reducido al mínimo, pese a que al principio iba a ser recibido con honores militares y estaba prevista una rueda de prensa conjunta. Se trata de una "visita de trabajo muy breve, por deseo del presidente argentino, lo digo expresamente", contaba este viernes un portavoz del Ejecutivo germano, que recalcó la "clara negativa" del dirigente libertario a una comparecencia con preguntas. Días antes, el Gobierno alemán había calificado de "mal gusto" los insultos de Milei contra Sánchez.
Las relaciones bilaterales entre España y Argentina seguirán tirantes. Sin que, por ahora, la tensión crezca un grado.
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