Ha sido el reparto de menores migrantes no acompañados y no el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alcanzado por PSOE y PP el martes el que ha destapado un tema aparentemente tabú en Vox: la posibilidad de revisión de los acuerdos de gobierno regionales que sostienen a los populares al frente en seis comunidades, cinco de ellas con figuración interna de la fuerza derechista. En esos términos se posicionó ayer la portavoz de Vox, Pepa Rodríguez de Millán, en sede parlamentaria, que consideró "crítica" su postura sobre inmigración ilegal y amenazó a los populares con convocar las sucesivas mesas regionales de seguimiento del pacto si el PP aceptaba la reforma de la ley de Extranjería o sus barones asumían cuotas de distribución. En Aragón se hizo en febrero sin consecuencias, cabe destacar, cerrando filas para no "fomentar" la inmigración irregular, pero asumiendo las "discrepancias" de los partidos.
Previamente a ese momento, y en conversaciones con El Independiente, diversas figuras nacionales y territoriales de Vox, algunas muy próximas a esos ejecutivos tejidos con el PP, advertían del tono duro y persistente mantenido por la cúpula de Abascal con Génova. Especialmente, tras el pacto judicial, que ha supuesto un incremento del reproche y la tachadura a los de Alberto Núñez Feijóo de "estafadores" y "traidores". Si bien lo comprenden, por el "acercamiento del PP al PSOE", son conscientes de que este puede abrir brechas en las comunidades y distanciar a los socios. No se contemplan rupturas, con todo. Tampoco por parte del PP por la dependencia mutua existente.
Tras el anuncio de pacto del CGPJ, Abascal compareció en el pasillo del Congreso, con el primer pleno parlamentario de la semana desarrollándose de fondo. Allí contemplaba que los populares "entregan" la justicia a quien quiere "controlarla" tras un clima ya tenso abonado por la amnistía y la negativa del PP a paralizar la tramitación de la misma en el Senado, algo que sería ilegal tras consultar a los letrados. El partido de Feijóo "consuma la traición y estafa a sus electores", dijo, aludiendo a las palabras de Esteban González Pons, que se refirió a la negociación judicial con Bolaños como una ininterrumpida en dos años. "Mientras sacaba a la gente a la calle, negociaban con el PSOE", insistió Abascal. Apelando, igualmente, al momento en el que los tribunales investigan "la corrupción del PSOE y del entorno de Sánchez". En ello se reiteraba este miércoles, de nuevo, Abascal a través de X:
Al margen de esa advertencia territorial derivada de la inmigración, Millán también se refería al CGPJ. Preguntada por posibles consecuencias de ese segundo pacto de Estado de la legislatura [tras la reforma del artículo 49 de la Constitución], la parlamentaria alejaba una respuesta territorial. "Han fingido pelear dos años mientras negociaban" y ahora dicen que es "el inicio de una amistad", se refirió Millán a Pons nuevamente. "Nosotros vamos a denunciar esto en todos los lugares, pero nuestro compromiso no es con el PP, sino con los españoles que nos han votado para estar en las vicepresidencias de varios gobiernos autonómicos. Porque nosotros llevamos una lucha efectiva contra la izquierda y sus políticas. El PP debe ser el que explique por qué han negociado a la vez que sacaban a la calle" a la ciudadanía, expuso.
En esas se mantienen otras fuentes de la dirección nacional consultadas por este medio que no contemplan la ruptura. De hecho, lo plantean como un reto: "Estamos dispuestos a exprimir hasta el último gramo de sentido común que le quede al PP en las autonomías". Y es que, desde Vox, cotidianamente, y en esta ocasión de nuevo, establecen dos PP, el autonómico, que tachan de "valiente", y el nacional, al que ven equidistante y dudoso. "Una cosa es Génova y otra el PP de las autonomías. Los pactos están dando buenos resultados. Despacio, claro. Lejos de lo que nosotros querríamos", aseguran. Sí condicionan ese mantenimiento, eso sí, "a que el PP cumpla con lo firmado" el verano pasado en todos los enclaves. En redes, incluso, para desacreditar a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y tras el acercamiento el viernes pasado con Javier Milei, Vox le cuestiona su giro: de constatar la poca fiabilidad de Sánchez a manifestarse como "satisfecha" tras el acuerdo. Feijóo habló con ella para explicárselo.
¿Qué supondría para Vox la ruptura? Una pérdida inmediata de sus únicos nichos de poder tras la pérdida de 19 escaños en las últimas generales. Algo que le dejó sin poder recurrir leyes al TC, hacer mociones de censura o que recortó su cuerpo de asesores parlamentarios y que, precisamente, ha hecho que éstos sean distribuidos por las regiones. Es el caso, por ejemplo, de Ricardo Camuñas, que pasó a Baleares. Y al plantearse el dilema de nuevas elecciones o sostenimiento con la izquierda, en Vox tienen claro que se optaría por lo segundo. Aunque estarían preparados para concurrir, después de crecer en todos los procesos de este año. "Terminar con los pactos favorecería a la izquierda en su pretensión de recuperar gobiernos autonómicos o de minar los que no tiene, y terminaría con el único dique de contención que queda", argumentan desde el partido, como un aliciente a permanecer.
La tensión no favorece a los acuerdos
"No es buena, dejémoslo ahí", valora una tercera fuente con vinculación nacional y regional. Que insiste, pese a todo, en la necesidad de recalcar las "contradicciones" de Génova, con un "grado de fiabilidad" mucho menor al de los barones regionales. Reparte culpas de esa tensión también a los populares. Éstas, dicen, las teníamos "contempladas desde el primer momento". Señalan el reparto de comisiones en el Congreso a la par que se denunciaba la disposición a la amnistía. "Ellos sabrán hasta donde pueden llegar" con el PSOE, añaden. Insistiendo que quienes han "tirado del carro" han sido figuras como el valenciano Carlos Mazón o el murciano Fernando López Miras.
Voces autonómicas de Vox creen que deberían romperse los pactos si el PP entra en una dinámica de pactos de Estado con el PSOE
Otros sectores del partido, íntegramente autonómicos y afincados en la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y en Castilla y León vaticinan que esto "acabará afectando" de una forma u otra a las relaciones entre socios. Porque, con un ruido tan potente desde Madrid, "algo llega" y terminará contagiando. Se limitan a contemplar más divisiones en determinados asuntos, pero no una ruptura en sí. Ahora bien, no todos son tan positivos. Y piden mantenerse firmes si Feijóo y los suyos siguen acercándose a los socialistas. Por mucho que no se incumplan los acuerdos firmados. Mientras que Bambú, en palabras de Millán, deja al PP explicarse a sus votantes, éstas facciones creen que "si el PP consolida un 'pacto' de gobierno con el PSOE a nivel nacional" con múltiples pactos de Estado, "no tiene sentido proseguir con los acuerdos autonómicos". Porque "el propósito es frenar el daño que el PSOE está haciendo" y se entraría en una contradicción.
La situación regional es estable por el momento. En valencia, se avala la fiabilidad que genera Mazón y con la nueva legislación pactada, la ley de libertad educativa, a punto de echar a andar. No hay margen para la agresión mutua en Baleares tras el caso Le Senne, ya con los de Prohens habiendo negado los votos prestados del PSOE para cesarlo como presidente del Parlament tras romper una foto de una víctima del franquismo "involuntariamente", según dijo.
En Castilla y León directamente no hay tensión, comentan fuentes populares, que ven al vicepresidente Juan García-Gallardo en un segundo plano últimamente. Lo achacan a la pluralidad de 'barones' de Vox, que le han quitado todo el foco con el que contaba. La presencia 'rebajada' en Extremadura, con solo una consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, disminuye la posibilidad de conflictos. Y en Murcia, aunque "hay momentos de tensión", aseguran que se van controlando. Lo ejemplifican con cuestiones como la ley de protección de la naturaleza europea, "rectificada" por los populares. O la ley del Mar Menor, que será replanteada "con las ideas de Vox".
El PP dice estar "a otra cosa"
Fuentes nacionales del PP destacan que, en lo que llevamos de legislatura, Vox "está siempre en el no". En el caso del Poder Judicial, aprecian que los de Abascal "prefieren que no haya ningún acuerdo a que haya uno que sea bueno". Y así lo defienden, como "bueno para España" lejos de partidismos. "Ellos verán", se atienen a precisar, sin dar más relevancia al asunto y dejando constancia que no solo Vox está descontento con este acuerdo, también "los socios del Gobierno".
Siguiendo el planteamiento de Vox, destacan, igualmente, que, pese al ruido nacional, en las comunidades se está trabajando "bien". Frente al acercamiento al PSOE que denuncia Vox, los populares sostienen que "no ha cambiado nada". Ni la apreciación que en el partido tienen de Sánchez. Y sí matizan que el desbloqueo del acuerdo ha sido porque los socialistas se han sometido al criterio europeo y al mantenido en 2022. Las puertas, eso sí, están abiertas para renovar órganos como el Banco de España. Más difícil será con RTVE, con posturas "empantanadas".
Fuentes territoriales del PP, ubicadas en un alto escalafón orgánico, aprecian que frente a la "combustión" de la cúpula nacional de Vox, con "manifestaciones que llevan produciéndose", como esas, "a lo largo de las últimas campañas electorales, éstas no han repercutido en absoluto en la acción" de los gobiernos. Descartan, pues, que vaya a haber una ruptura generalizada de los ejecutivos. Aunque coinciden en las pocas bondades que hace compartir espacios de gestión cuando las relaciones nacionales entre las formaciones no son las mejores. "Estas europeas han elevado el tono, pero siempre con consideraciones nacionales y dejando la política autonómica a un lado, por eso no creo que hagan nada", prevé una fuente regional. El verano, creen en ambos partidos, será clave para reducir la tensión.
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