"No hay que correr tanto". El PSOE quiere también que se llegue a una reducción de la jornada laboral, pero empuja para que la patronal se sume al acuerdo. "Agotar las posibilidades" de diálogo con la CEOE, aunque eso suponga una demora de los plazos, aunque no se camine tan rápido como pretendía la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. "Preferimos llegar un poco más tarde, pero llegar todos", reflexionan en el ala socialista del Gobierno. "Por supuesto que vamos a intentar el acuerdo con los empresarios, como siempre hacemos, pero no es una condición", sostienen mientras desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Lo cierto es que la guerra declarativa entre el Ejecutivo y la patronal se ha recrudecido en la última semana. Tras meses de negociación infructuosa entre sindicatos y patronal, el ministerio decidió incorporarse a la mesa del diálogo social para impulsar las conversaciones y cerrar lo antes posible un acuerdo que permita pasar de las 40 horas semanales —la jornada que se fijó hace 41 años, en 1983— a las 38,5 en 2024 y a las 37,5 en 2025, una medida que afectaría a 12 millones de trabajadores.
La vicepresidenta giró el martes al precisar que no da plazos y adelantar que el lunes próximo hará una propuesta a los empresarios
El lunes, tras la sexta reunión sobre la reducción de jornada con los agentes sociales, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, daba a entender que prácticamente estaba descartado el entendimiento con los empresarios después de que estos no llevaran ninguna propuesta por escrito, después de que protagonizaran una "burla al diálogo social". Horas antes, su jefa, la vicepresidenta segunda, subrayaba que la CEOE se situaba "con la extrema derecha" en su rechazo a recortar la jornada de trabajo sin merma salarial, porque "ni siquiera el PP está en esa tesis". "Al monólogo yo no tengo que contestar con nada. Directamente, que hagan lo que tengan que hacer", había despachado días antes el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, para justificar por qué no iría a las reuniones con una propuesta escrita.
El martes, tras el Consejo de Ministros, Díaz, sin embargo, comenzó a frenar. Preguntada por los plazos que manejaba para sacar adelante la reducción de la jornada laboral, la vicepresidenta sostuvo que cuando se trata del diálogo social, nunca da plazos. Y adelantó que el próximo lunes, en la reunión con empresarios y sindicatos, sería Trabajo quien plantearía una propuesta a CEOE y Cepyme.
No a una "reducción de jornada 'fake"
"Vamos a hacer nosotros lo que no hacen ellos, y vamos a ver cuál es su vocación negociadora", sostuvo, antes de subrayar que el Ejecutivo no aceptará una "reducción de jornada fake". Es decir, que a cambio de recortar las horas semanales se destopen las horas extra. "Si la propuesta que hace el señor Garamendi en los medios de comunicación es que aceptan reducir 37 horas y media a cambio de ampliar las horas extraordinarias a 150 horas [desde las 80 al año actuales], ya les digo yo que eso es una jornada reducida fake. Y no va a ser. No la vamos a hacer en el Gobierno de España", avisó. "A ella [a la vicepresidenta] le puede obligar un pacto de Gobierno, pero a mí no me obliga ningún pacto de Gobierno", le replicó al día siguiente Garamendi.
Se lo hemos dicho a Sumar. Otra cosa es que ellos vean a la CEOE muy cerrada. Pero no vamos a dar por cerrado el diálogo social hasta agotar posibilidades", señalan en la Moncloa
En el ala socialista del Ejecutivo defienden que hay que "dar una oportunidad al diálogo". "Y se lo hemos dicho a Sumar. Otra cosa es que ellos vean a la CEOE muy cerrada. Pero nosotros no vamos a dar por cerrado el diálogo social hasta que hayamos agotado las posibilidades de entendimiento", explican desde la Moncloa. Es decir, que no importa tanto que el acuerdo llegue "un poco más tarde" de lo previsto si a cambio entra la patronal.
La razón por la que los socialistas quieren sumar a Garamendi no es solo porque el pacto gozaría de más solidez y estabilidad —la reforma laboral convalidada de 2022 llevaba la firma de empresarios y sindicatos—, sino sobre todo porque su tramitación y aprobación podría ser menos ardua. En esta legislatura, a diferencia de la anterior, no cabe la geometría variable y, salvo en los escasísimos consensos de Estado con el PP —como ha ocurrido con la renovación del Poder Judicial—, el Gobierno de PSOE y Sumar se tiene que apoyar para todas sus iniciativas en todos sus socios de investidura. Y eso supone reunir a las formaciones de izquierdas (ERC, Bildu, Podemos y BNG) y a las de derechas (Junts y PNV), en un equilibrio siempre tenso y delicado.
En la Moncloa reconocen que un acuerdo con la patronal dentro "facilita" que los peneuvistas y los posconvergentes puedan votarlo. Sería clave, sobre todo, para la formación de Andoni Ortuzar, porque para Junts la CEOE no es "representativa de la empresa catalana". Lo que el Ejecutivo tiene claro es que no tramitaría la reducción de la jornada laboral por la vía rápida, la del real decreto ley —que entra en vigor en cuanto se publica y requiere la convalidación del Congreso en el plazo de un mes—, sino que impulsaría la reforma vía proyecto de ley, por lo que los plazos de aprobación se dilatan, incluso por varios meses.
Los socialistas juzgan que es un "tema de legislatura" que obliga a darse tiempo para "explorar el acuerdo", sin "alargar". "No hay que correr tanto. Y Yolanda lo sabe"
"Es Trabajo la que está en la mesa del diálogo social, pero la opinión de la parte socialista del Gobierno es que hay que agotar las posibilidades con la CEOE. Por eso, no hay que correr tanto. Y Yolanda lo sabe. La reducción de la jornada no es como en otras ocasiones en que hemos dicho 'esto se va a hacer sí o sí'. Esto es tema de legislatura lo suficientemente importante como para que nos tomemos un tiempo que permita explorar el acuerdo. No para que nadie alargue la negociación interesadamente, claro. Pero sí vemos posibilidades de acuerdo con la patronal", señalan con rotundidad fuentes de la total confianza del presidente, Pedro Sánchez.
Un "acuerdo equilibrado"
En el PSOE son conscientes de que la rebaja de la jornada era uno de los ejes del pacto de gobierno que firmó con Sumar el pasado octubre. Fue uno de los puntos que más costó cerrar y que finalmente entró en el texto conjunto, en su página 11, que especifica que ha de llegarse a las 38,5 horas en 2024 y a las 37,5 en 2025. Y saben que hay que "cumplir". Pero lo que remarcan en el ala socialista es que todo necesita su tiempo, y que contar con la patronal es clave.
Cuerpo pide "encontrar un punto de equilibrio", porque hay "margen". Plantea flexibilizar plazos de aplicación o "aumentar las bolsas de horas"
En la misma línea se manifestó, en una entrevista en Onda Cero desde Japón, el ministro de Economía. Carlos Cuerpo recalcó que hay una negociación "en curso", que se tienen que dar "el tiempo necesario" y que lo importante "es encontrar un punto de equilibrio". Razonó que si se conquista un "acuerdo equilibrado" que va a conseguir "efectos positivos", es esperable "un apoyo mayoritario", incluso del PP. "Existe margen y flexibilidad para llegar a un acuerdo", sostuvo, asumiendo que hay sectores que se verán más afectados por la reducción de la jornada, igual que la pymes, ya que "tienen menos capacidad de ajustar personal y horas".
Circunstancias, dijo, que se van a tener en cuenta para conseguir que el recorte de las horas semanales sea compatible con un aumento de la productividad. ¿Cómo? Puso como ejemplo la posibilidad de flexibilizar los plazos de aplicación o "aumentar las bolsas de horas" en algunos sectores, como el comercio o la hostelería, informa EFE.
En Trabajo, mientras, remarcan que Díaz lo ha hablado con Sánchez, que cuentan con el respaldo de la Moncloa. Pero su posición no es coincidente a la que defiende el ala socialista. Consideran en el ministerio que la negociación no se puede alargar indefinidamente porque hay que llegar a tener el acuerdo aprobado este año, y la tramitación en las Cámaras consumirá tiempo.
La vicepresidenta dice que no se pueden dar fechas, pero el acuerdo tiene que ser pronto porque de lo contrario no llegamos. Con o sin patronal, pero la idea sigue siendo que entren", argumentan en su equipo de Trabajo
"Esta mesa lleva desde enero en manos de patronal y sindicatos, que pidieron negociar bilateralmente y traer una propuesta conjunta. El acuerdo no fue posible entre ellos porque la patronal anda enquistada desde el principio —explican a El Independiente en el equipo de Díaz—. Y teniendo en cuenta que o acordamos ya o la medida no se implementará este año, decidimos tomar las riendas y convocar cada lunes a los agentes sociales hasta que haya acuerdo. La vicepresidenta siempre ha dicho que no se pueden dar fechas porque en una mesa hay que respetar los tiempos, pero el acuerdo tiene que ser pronto porque de lo contrario no llegamos. Con o sin patronal, pero la idea sigue siendo que entren, y por eso ella hará una propuesta el lunes para ver si quieren entrar".
"En 2024 tienen que estar implantadas las 38,5 horas"
Desde Trabajo subrayan que la vicepresidenta está "apurando el diálogo". Pero añaden, y este es el matiz clave, que "también hay que cumplir con el acuerdo de gobierno, que es el compromiso con la gente". "Así que se apurará hasta que sea compatible con cumplir el acuerdo de gobierno. El acuerdo con la patronal es deseable, pero el verdadero compromiso está firmado en un papel, y es con la gente —avisan fuentes del ministerio—. El PSOE no está mucho para hablar, que no ha hecho diálogo social jamás hasta que nosotros llegamos al Gobierno, que hemos sacado 20 pactos adelante. Nuestro deadline es lo que firmamos con el PSOE, que dice que en 2024 tienen que estar implantadas las 38,5 horas, y este ha sido el único motivo para acelerar, y porque llevaban medio año sin avanzar por su cuenta".
El número dos de Díaz admite seguir negociando "sin fecha de caducidad". "Reducir la jornada no está reñido con que haya flexibilidad en la distribución de esa jornada", apunta
Fuentes muy próximas a la vicepresidenta insisten en que la posición está "hablada entre ella y el presidente", y este no le trasladó que no se pueda dejar a la CEOE fuera. "Yolanda le dijo que por supuesto que intentaríamos un acuerdo con la patronal, como siempre hacemos, pero no es una condición", agregan.
Este jueves, en una entrevista en Al rojo vivo (La Sexta), la posición de Pérez Rey, el dos de Díaz, ya era más matizada. Admitió seguir negociando con patronal y centrales sindicales "sin fecha de caducidad", hablando "día y noche" con las partes para llegar a un consenso. "Reducir la jornada", defendió, "no está reñido con que haya flexibilidad en la distribución de esa jornada", ya que ese recorte se llevaría a cabo "en términos anuales".
"Estamos dispuestos a escuchar a los empresarios el próximo lunes para que nos digan qué sectores creen ellos que pueden tener un tratamiento distinto en materia de reducción de jornada. Ojalá lleven un planteamiento serio, dejen de hacer política, abandonen la ideología y se dediquen a lo que realmente saben hacer, defender los intereses de las empresas, hacer propuestas y decirnos cómo creen que esta reducción de jornada se puede llevar cuanto antes al Boletín Oficial del Estado", apostilló.
Las diferencias entre los socios de coalición, por tanto, están en el tiempo que se deja a la negociación y en si se acometerá la reducción de la jornada, llegado el caso, sin la patronal, con el riesgo de que luego no supere el filtro del Congreso. Sánchez, hasta el momento, no ha sido tan explícito. El miércoles, en su último acto público —este jueves se reunió con el presidente electo del Consejo Europeo, el socialista portugués António Costa, pero luego no fue a la Cámara baja a votar, como estaba previsto—, se comprometió con la medida, pero sin mayores concreciones.
Por supuesto que vamos a reducir la jornada laboral. Y va a ser bueno para la economía y va a ser bueno también para la dignidad laboral de los trabajadores", respalda Sánchez
"Dijeron que subir el salario mínimo interprofesional llevaría al desastre. Aún lo siguen diciendo, ¿no? Y lo hemos incrementado un 54% en seis años. Y, por supuesto que vamos a reducir la jornada laboral. Y va a ser bueno para la economía y va a ser bueno también para la dignidad laboral de los trabajadores y trabajadoras", mantuvo durante el acto de presentación de la fundación Avanza, el think tank del PSOE.
El próximo lunes se comprobará si el clima cambia. Si es posible reencauzar el diálogo. Pero, si no es así, habrá que tomar una decisión. Y la última palabra, como casi siempre, la tiene Sánchez.
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