Han seguido un patrón similar. En el caso de Youssef, el joven retenido durante 14 días en el aeropuerto de Bilbao, había adquirido un vuelo con destino a La Habana. En el de Mustafa y Hafed, que permanecen en Barajas, procedían de la Guayana Francesa, uno de los destinos usados por los saharauis para abandonar los territorios ocupados del Sáhara Occidental. En la última semana hasta cuatro jóvenes saharauis han aprovechado su escala en España para reclamar asilo político.

Fuentes de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) aseguran a El Independiente que existe un cuarto saharaui en condiciones similares que aterrizó la semana pasada en Barajas. Se llama Turad Mustafa Bar y tiene 24 años, aseguran a este diario fuentes saharauis. Lleva diez días retenido en Barajas. Llegó a España procedente de Mauritania y tenía billete a Nicaragua. Esta sucesión de saharauis reportada desde finales de junio muestra un incremento que no sorprende en los territorios de la ex colonia española bajo ocupación marroquí desde 1976.

"Resulta comprensible"

"Resulta totalmente comprensible que los jóvenes saharauis busquen oportunidades alternativas para asegurar su sustento", señala a El Independiente Ali Salem Tamek, un histórico activista saharaui vinculado al Colectivo Saharaui de Defensores de Derechos Humanos (Codesa), una organización con sede en los territorios ocupados que denuncia las violaciones perpetradas por el régimen alauí. "La ocupación marroquí crea sistemáticamente condiciones de represión y empobrecimiento, entre otras penurias, para empujar a los jóvenes saharauis a emigrar al extranjero. Este es el resultado de una política deliberada, con redes establecidas para organizar y facilitar este proceso", agrega.

En su último informe anual, publicado el pasado abril, Amnistía Internacional denuncia los abusos cometidos durante el último años contra la disidencia saharaui en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. El aparato policial, detalla la organización, impidió el derecho de reunión pacífica en la ex colonia española. “Entre el 4 de mayo y el 20 de junio la policía vigiló en El Aaiún, ciudad del norte del Sáhara Occidental, el domicilio de la activista saharaui Mahfouda Lefkir a raíz de que ésta hubiera viajado a Dajla, en el sur del Sáhara Occidental, para solidarizarse con activistas de esta ciudad”, apunta la organización. “Agentes encargados de hacer cumplir la ley la siguieron cada vez que salía de su casa, abordaron y golpearon delante de la vivienda a activistas que iban a visitarla, e insultaron a su familia y a ella”, relató Amnistía.

Represión sistemática

Desde Codesa se admite, además, que "la represión sistemática por parte de la fuerza de ocupación marroquí contra los civiles saharauis en el Sáhara Occidental ocupado se ha intensificado significativamente tras la reanudación de las hostilidades en noviembre de 2020", la fecha en la que el Frente Polisario anunció el fin del alto el fuego que había estado en vigor desde 1991. "Nuestros exhaustivos informes han llegado sistemáticamente a esta conclusión", remacha.

La organización recuerda el perfil de activista de los jóvenes que han pedido asilo político en España, el país de la Unión Europea donde más complicado resulta la concesión de la figura de asilado. Especialmente destacado es el trabajo de Mustafa Sid Zein, que inició el lunes los trámites para la solicitud de asilo tras aterrizar la víspera en Barajas.

Mustafa es miembro activo de Codesa. "Su vida corre peligro en el Sáhara Occidental a causa de sus actividades de campo, como escribir; dibujar grafitis con consignas de apoyo al Frente Polisario y participar en manifestaciones exigiendo el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación", explican desde la asociación, que aseguran que sufrió en el pasado repetidos ataques violentos de las fuerzas de seguridad marroquíes en la ciudad de El Aaiún. "La casa de su familia también fue atacada varias veces por las fuerzas de ocupación con el objetivo de arrestarlo", subrayan.

"Cuando todas las oportunidades están bloqueadas para la juventud y el camino a seguir sigue siendo incierto, sobre todo debido al fracaso de la ONU a la hora de organizar un referéndum sobre la autodeterminación del pueblo saharaui, la emigración se convierte en la única opción viable", concluye Salem Tamek.