El lunes fue su primera vez, la primera ocasión en la que el Rey Felipe VI y el lehendakari Imanol Pradales se veían en una audiencia en el palacio de la Zarzuela. Formaba parte del protocolo oficial tras la designación de un nuevo presidente autonómico. A Pradales, con gesto nervioso, algo inseguro, se le vio sonreír tímidamente. Un “¡zorionak, lehendakari!” (Felicidadas) del rey, un apretón de manos y una pregunta sobre si estaba recién llegado, “sí, de Bilbao”, respondida por Pradales, fue la breve conversación que se pudo escuchar del posado previo a la reunión. Después, ambos mandatarios tuvieron mucho tiempo para conversar en un encuentro que se prolongó durante casi dos horas, según trascendió ayer.
Sin embargo, en el Gobierno vasco han intentado rebajar al máximo la cita, restarle cualquier trascendencia, incluso lo han hecho ‘desaparecer’ de la agenda del lehendakari y del histórico de actos públicos de Pradales que recoge ‘Irekia’, la página web oficial del Ejecutivo. En ella no hay rastro el 8 de julio de este acto oficial del lehendakari. Por la mañana Pradales participó en un acto relacionado con el Metro de Bilbao, del que si queda constancia, no así de la audiencia real de esa misma tarde. Ni como previsión, ni como noticia.
La víspera del encuentro el nuevo Ejecutivo dio muestras del poco foco que quería poner sobre esta audiencia real. Avanzaron que no emitirían comunicado alguno al respecto, “se enmarca dentro de una cita protocolaría”, aseguraron para justificar la decisión. Después de celebrarse tan sólo compartieron la información emitida por la Casa Real sobre el encuentro, pero ningún documento propio del Gobierno vasco.
La portavoz del Ejecutivo, María Ubarretxena, también intentó ayer restar trascendencia al encuentro. Tras el Consejo de Gobierno, el segundo ordinario de la legislatura, y preguntada por el mismo insistió en que fue una reunión “amable”, “cordial” y de “conocimiento mutuo” en la que hablaron de “problemas que preocupan a la gente”, como la vivienda o cuestiones “geopolíticas”. No hubo mayor detalle.
Distancia con la Corona
Pradales ya marco distancias con la Corona durante la jura de su cargo ante el Arbol de Gernika en la que modificó la fórmula empleada por sus antecesores en la lehendakaritza. Si Urkullu sí prometió lealtad a la Corona y la Constitución, Pradales obvió estas referencias expresas y las sustituyó por un compromiso general a cumplir su cargo de acuerdo al “ordenamiento jurídico” vigente.
Por el momento estas son las únicas referencias públicas relacionadas con la monarquía que se le conocen a Pradales. Urkullu, quien le cedió la ‘makila’ de mando a Pradales el pasado 22 de junio, siempre se mostró partidario de la república frente a la monarquía. Sin embargo, defendió la necesidad de mostrar “cortesía”, no “pleitesía” a la figura del monarca y le recibió siempre en todas las visitas de Felipe VI a Euskadi. Urkullu llegó a afirmar que era necesaria “republicanizar” la figura de la jefatura del Estado para aplicar los mismos criterios de rendición de cuentas y renovación en su elección y abandonar el modelo “anacrónico” que fija el linaje como el criterio de designación de la jefatura de un Estado.
En el País Vasco el apoyo de la monarquía registra los niveles más bajos de España. En las sucesivas encuestas realizadas por distintos organismos figura en los últimos puestos en cuanto al reconocimiento de las instituciones.
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