De la contundencia a dejarlo todo en el aire. Así ha sido el breve viraje del PP de Baleares al expresarse sobre la continuidad del Gabriel Le Senne, el polémico presidente del Parlament consensuado con el partido de Santiago Abascal el verano pasado, como intercambio [además de un pacto programático] por el apoyo externo, a diferencia del resto de las regiones donde se ha codirigido. Ello, en el contexto post ruptura con Vox, que pidió a sus vicepresidentes hace una semana salir de las coaliciones y pasar a la oposición. Pero no lo hizo con sus presidentes de Cortes regionales. "No vemos razón", dijeron en Vox, no sin recelos entre voces del PP, que consideran que los pactos incluían esos nombramientos. La contrarréplica de Vox: "Si salen ellos, los presidentes autonómicos también. Son resultado de esos pactos".

Las islas, bajo los términos de la ruptura, se encuentran en una especie de vacío legal, de resquicios posibles y letra pequeña. Y si el PP se abre a seguir intercambiando medidas por apoyo legislativo, "no hay obstáculos" para seguir colaborando sin un acuerdo presente, se cree. Aunque Manuela Cañadas, la portavoz parlamentaria de Vox, ha dado por roto el pacto. Desde Madrid se establece el tipo de relación futura con el PP: "Negociación a negociación y dureza". La expulsión de los presidentes parlamentarios, para ello, no allana el camino.

Fuentes próximas a PP y Vox en Baleares dan cuenta de ese aminoramiento de los populares en cuanto a presión Le Senne. De las declaraciones del pasado viernes, al calor de la fractura, de la presidenta autonómica, Marga Prohens, que pidió a la autoridad parlamentaria que se diera voluntariamente de baja; a la comparecencia de este miércoles en rueda de prensa del portavoz parlamentario popular, Sebastià Sagreras. Éste pidió esperar hasta que Vox se pusiera en contacto con ellos para, así, tras valorar el estado del pacto, que desconocen, tomar una decisión. "No descartamos que las circunstancias que han puesto sobre la mesa pueden cambiar y que Abascal cambie de opinión en toda España o en Baleares". Ello pese insistir Cañadas de que la ruptura es irrevocable.

Esas mismas fuentes consultadas, indican que cabe la posibilidad de que se esté gestando un pacto interno para permitir a Le Senne continuar con sus funciones. Y apuntan al que sería el tótem de ello, a la aprobación de los próximos Presupuestos autonómicos. Unas nuevas cuentas que ya generaron tensión con Vox a finales del año pasado y para lo que fue crucial acelerar la implementación de la política lingüística pactada en el documento programático. Para garantizar la libre elección del castellano en la aulas. Algo que corre el riesgo de decaer tal cual fue configurado con Vox si las relaciones con ellos se estancan. Sitúan, por tanto, las cuentas a cambio del mantenimiento de Le Senne y la libertad de lengua. Aunque advierten, la situación está muy enrevesada, "esto cambia a cada hora", afirman.

Consultadas fuentes de las cúpulas autonómicas de ambas formaciones, ambas insisten en que no se ha hablado nada y tampoco se pronostica cuándo se hará. Vox, preguntado, no niega que eso sea una realidad, con todo, con una escueta respuesta. Desde el PP no se descarta y se menciona que no ha habido conversaciones. La voluntad del partido es la de gobernar en solitario negociando "iniciativa a iniciativa, hablando con todos los grupos", inciden. Respecto al tema de Le Senne, creen que "si fuera coherente debería renunciar". "No hay fecha para la remoción. Llegado el momento, tomaremos las decisiones que tengamos que tomar", exponen.

El PP espera a que Vox le contacte para valorar si vota a favor o no de la moción de remoción de la izquierda

Preguntado por ello, voces relevantes del PSIB-PSOE prevén otra vertiente. Como ya se ha escrito en estas páginas, tras las crisis de Vox en Baleares y con la dirección nacional entre finales de 2023 y principios de 2024, se establecieron tres facciones internas en el grupo parlamentario. Hay tres críticos dentro de los siete diputados de Vox, que sumado a equilibrios con otro díscolo que dejó por entonces el partido, y el representante de Sa Unió por Formentera, darían al PP el respaldo exacto necesario. En el seno socialista se estima que Prohens quiere ganar tiempo y fomentar que esos tres díscolos, que según propias fuentes de Vox "ya están más fuera que dentro", acaben desertando definitivamente y pasen a no adscritos. Algo más ambicioso, dicen, que solo los presupuestos.

Se cree que en las próximas semanas puede haber un amotinamiento fomentado por el descontento interno en las regiones por las rupturas. Y que estos díscolos den el paso definitivo. Son la exportavoz y su exportavoz adjunto, Idoia Ribas y Sergio Rodríguez, junto a Agustín Buades. De hecho trabajan ya más en su plataforma civil Avanzar en Libertad, que por Vox. En Bambú verían con mejores ojos una repetición electoral, para purgar el grupo.

Baleares, la primera en mover ficha

Como ya publicó El Independiente este martes, Vox prevé que el PP, en los gobiernos en los que han quedado en solitario, apuesten por reformas de los reglamentos autonómicos para forzar las destituciones de los presidentes parlamentarios con los que cuentan. Es el caso de Carlos Pollán en Castilla y León, Llanos Massó en la Comunidad Valenciana y Marta Fernández en Aragón. La peculiaridad de Baleares, cuya presidenta es la única que con contundencia ha dicho que esa figura debería dimitir [Carlos Mazón lo ha sugerido más tímidamente, en referencia a Massó] radica en dos elementos. El primero, es la ventaja que ofrece el reglamento, que ahorra trámites. El segundo, es la justificación alternativa que, a diferencia de los homólogos regionales de Le Senne, se puede atribuir.

Respecto al primero, tras varias reformas del pasado, el artículo 39 del Reglamento recoge que "los miembros de la Mesa cesarán como tales" por "la pérdida de la condición de diputado", por "renuncia expresa", por "remodelación del cargo" y por "dejar de pertenecer a su grupo parlamentario". Ya Le Senne estuvo en esa tesitura en enero, cuando sus propios compañeros se amotinaron contra la dirección nacional de Vox, a la que él es fiel, y presentaron una solicitud de expulsión del grupo parlamentario para el político. Lo que llevaría a ese cese inmediato. En su punto cuarto, este artículo añade otro motivo: "Remoción del cargo por negligencia notoria y grave en el cumplimiento de las obligaciones y deberes del cargo". Algo que "debe ser acordado por mayoría de tres quintas partes de los diputados".

Aquí entra el segundo factor. Debe haber un incumplimiento o suceso grave que entre en el marco de censura que se expone. La ruptura del pacto con Vox, en este caso, por sí solo no lo es. La escusa que se implementa es el polémico pleno en el que se iniciaron los trámites para la aprobación de la ley de concordia, en detrimento de la actual legislación de Memoria Democrática autonómica aprobada por el anterior Govern del PSIB, en coalición, de Francina Armengol. Allí Le Senne rompió una fotografía de una víctima del franquismo, Aurora Picornell, que la vicepresidenta segunda, socialista, Mercedes Garrido, portaba en la parte trasera de su ordenador portátil como muestra de repulsa. A ella, le acompañaban otros compañeros de partido con camisetas. También representantes de Més y Podemos.

Ya entonces se le exigió la dimisión. Le Senne, en cambio, argumentó que la acción no fue intencionada y que él tuvo como finalidad en todo momento garantizar la independencia en cuanto a simbología en la cámara. La acción, en cambio, agitó a la oposición. Incluso llegó al Congreso la jornada posterior. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ahora enrolado con la cuestión migratoria de Canarias, que ha desencadenado el choque de PP y Vox, trasladó que el Ejecutivo iría a la Fiscalía. Ese recorrido, de prosperar, como contó este medio, llevaría a la inhabilitación al de Vox. Por entonces, Armengol ofreció los votos al PP balear para iniciar los trámites de remoción. El PP lo rechazó. Miguel Tellado, desde el Congreso de los Diputados, reprochó a la presidenta de la Cámara que ella debería hacer lo mismo, hilando la crítica a las anteriores por los supuestos nexos de la trama Koldo con su ex Govern.

Ahora, la iniciativa la han tomado los socialistas en el Parlament con el resto de grupos de la oposición: Més per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos. Suman 25 de los 36 escaños necesarios para el trámite, por lo que es crucial el apoyo popular. Ante el registro de la moción de remoción, Le Senne, junto a la Mesa, ha convocado a la Diputación Permanente del organismo [al encontrarnos fuera del periodo de sesiones] para el 7 de agosto. Ahí se tendrá que fijar una fecha para la valoración de la iniciativa y si se le revoca, que se estima en septiembre. El Reglamento establece que, como se ha hecho, la propuesta debe proponerla como mínimo dos grupos. Y si se aprueba, procederá en la siguiente sesión plenaria designar un nuevo cargo.

La posición de Le Senne es la de esperar a que pasen los acontecimientos y se llegue a ese momento. En declaraciones públicas a los medios locales, el todavía presidente mencionó que si le remueven "será un descanso, porque el cargo es una carga". Luego matizó: "Cuando decía que el cargo es una carga digo que llevo ya un año y por una cuestión o por otra me he visto cuestionado con bastante frecuencia". Si lo remueven, añadió "no habrá problema". Mientras tanto, seguirá "cumpliendo" con su "deber".

La aprobación de las nuevas cuentas para el próximo año serán las negociaciones clave para el PP en Aragón, la Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla y León, la Región de Murcia y en Baleares. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anticipó que el PP contaría con el voto socialista en las autonomías para deshacer las políticas "de retroceso" pactadas con Vox. Por lo que el coste para sacar las cuentas adelante, será alto tanto por un lado como por otro del tablero ideológico. Los populares pueden conformarse con prorrogar los suyos propios, ya sacados adelante el año pasado.