En pleno compás de espera, pendientes de que las bases de ERC manifiesten este viernes su apoyo o rechazo al pacto suscrito entre Moncloa y Marta Rovira para asegurar la investidura del socialista Salvador Illa, los populares no creen que un hipotético 'sí' garantice la continuidad de Pedro Sánchez el resto de la legislatura nacional. "Una cosa es que el presidente del Gobierno sea capaz de saltarse todas las líneas rojas en su política de cesión a los independentistas y otra muy distinta que eso le garantice la estabilidad parlamentaria en Madrid", dicen fuentes de Génova, aunque sí admiten que "gana tiempo".

Creen que la reacción del líder de Junts, Carles Puigdemont, puede ser imprevisible, y aunque dan poca credibilidad a su amenaza de presentarse en Barcelona el día de la hipotética investidura del socialista, "mantiene la fuerza de sus siete votos para hacer imposible el desarrollo de la legislatura" nacional, De hecho, ya lanzó dos serias advertencias, tanto con la ley de Extranjería como con la senda de déficit. Con una negociación presupuestaria por delante, la comprometida reforma de la LOFCA para ceder la soberanía fiscal a Cataluña -que ha llegado a soliviantar a no pocos dirigentes territoriales socialistas- y la negociación pendiente de un nuevo modelo de financiación autonómica, las cosas no se le están poniendo fáciles a Pedro Sánchez.

"Una patada adelante y seguir"

Pero, precisamente, compromisos como la hacienda catalana le permiten dar "una patada para adelante y seguir", afirman en este caso fuentes del PP de Cataluña. "Alarga la comedia puesto que ninguna de las medidas que han pactado podrá aplicarlas a corto plazo", agregan.

Los populares se cruzan apuestas respecto a qué saldrá de la consulta de ERC. Hay quienes creen que gana el 'sí' pero "sin poner la mano en el fuego", puntualizan cautos. En cambio, otro destacado dirigente territorial apuesta por un resultado muy ajustado en el que triunfan los contrarios al pacto, lo que no significa, puntualiza, que ese sea el fin de la historia. Es más, cree que dicho escenario "está acordado. Y se hará una contraoferta. Lo llevarán a votación otra vez a mediados de mes y, entonces, tirarán adelante". La fecha tope es el día 25. Si para entonces no hay investidura se pone en marcha el mecanismo automático de repetición electoral para el 13 de octubre. Eso sí, agrega, habrá que ver si Puigdemont viene a España, arriesgándose a ser detenido, y lo que eso "puede significar de desestabilización para ERC".

Precisamente, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Miguel Tellado, criticó ayer que "lo que no puede ser es que toda España esté pendiente de una consulta que ERC va hacer a sus bases. Es decir, que el futuro del modelo territorial de nuestro país lo van a decidir, parece ser, 8.000 militantes de ERC". En declaraciones a Telecinco retó a que el PSOE también pregunte a sus afiliados en toda España "si ese acuerdo es satisfactorio" para el conjunto del país.

Cesión y engaño

En todo caso, hay cierta incoherencia en la valoración que vienen haciendo los populares sobre el pacto en torno a la soberanía fiscal catalana. Porque al tiempo que acusan al jefe del Ejecutivo de haber traspasado la enésima "línea roja" en sus cesiones al independentismo, le imputan voluntad de engaño a ERC del mismo modo, dicen, que mintió a Junts con la ley de Amnistía. Tellado incidió ayer en esta línea argumental al afirmar que Sánchez ha ofrecido un concierto económico imposible de aplicar "porque no cumpliría la legislación vigente" por ir contra "las reglas básicas de nuestro Estado de Derecho, que garantiza la solidaridad interterritorial". Por lo tanto, dijo a modo de colofón, "hoy Pedro Sánchez también está engañando a sus socios de ERC de Cataluña”.

Por su parte, el líder de los populares castellanomanchegos, Paco Núñez, pidió ayer a Emiliano García-Page aclarar si sus diputados en el Congreso "tumbarán" el pacto fiscal catalán cuando pase por la Cámara Baja la reforma de la LOFCA. "De las palabras de Page deduje que el acuerdo para una financiación singular en Cataluña de la mano de ERC y Pedro Sánchez, no va a salir adelante cuando llegue al Congreso, porque fue claro y lo dijo claramente", dice Núñez en entrevista con Europa Press. Y recordó, en esa estrategia de presión del PP sobre los barones territoriales socialistas, que "le hemos oído decir 'no' a los indultos, 'no' a la amnistía y finalmente los diputados del PSOE de Castilla-La Mancha lo han apoyado". Además, el líder territorial popular propone a Page "tejer" entre ambos partidos en la región "un cordón sanitario frente a Sánchez".

Los populares alimentaron desde la celebración de las elecciones catalanas, el pasado 12 de mayo, la tesis de que el presidente del Gobierno no dudaría en hacer caer a Salvador Illa si eso le garantizaba agotar la legislatura en Madrid. De hecho, esta teoría fue cogiendo fuerza conforme crecían el disgusto y las amenazas de Puigdemont en su intento por hacer descarrilar un acuerdo entre el PSC y ERC, al tiempo que invitaba a los independentistas republicanos a sumarse a una lista conjunta para repetir elecciones. Este era, afirmaban desde Génova, el escenario ideal para Sánchez. Pasaba por llevar de nuevo a los catalanes a las urnas y asegurar un gobierno autonómico Junts-ERC que calmara a unos y a otros en el Congreso de los Diputados. A Illa "ya se le buscaría una embajada", decían. Y esa es, una puerta que aún no está cerrada.