La cesión a Cataluña de todos los impuestos conforme a la exigencia de los independentistas republicanos de ERC ha levantado en pie de guerra a muchos territorios, fracturando al PSOE, pero, también a Sumar. A las primeras críticas de Compromís y de la Chunta, se sumaron poco después las de Izquierda Unida y, ayer mismo las del diputado y portavoz de Economía de la formación magenta, Carlos Martín Urriza, proveniente de Comisiones Obreras y "fichaje" para las elecciones generales del 23-J, quien ha arremetido duramente contra el acuerdo que hará a Salvador Illa presidente de la Generalitat.

Tal es así que, a pesar del periodo estival y ante el riesgo de ruptura, al menos de disciplina de voto, "el grupo parlamentario está trabajando" para intentar tapar las vías de agua, según admiten fuentes de Sumar, ante la acumulación de críticas y susceptibilidades que la soberanía fiscal catalana está levantando, no sólo en una coalición con una fuerte composición territorial si no también sindical. Las mismas fuentes subrayan la sensibilidad que tiene Yolanda Díaz sobre estos debates: "Sabe bien del asunto y ha lidiado con estos temas históricamente".

Reforma de la LOFC

Y aunque se entiende el pacto en Cataluña del PSC con ERC y "se celebra la posición de los comunes", que muy probablemente entrarán en un gobierno de coalición con Salvador Illa, es "entendible" que hayan surgido discrepancias con una cuestión que limita la solidaridad interterritorial y crea agravios comparativos al dotar a Cataluña de una agencia tributaria propia, que exigiría, en todo caso, una reforma de la LOFCA. Es ahí donde se corre el peligro de que las discrepancias internas puedan acabar en una ruptura de la disciplina devoto entre los 33 diputados magentas. "Íñigo y los compañeros del Congreso están en esta tarea", señalan a El Independiente fuentes próximas a Díaz en alusión al trabajo que viene realizando el portavoz del Grupo Plurinacional, Íñigo Errejón, para que la unidad no salte por los aires.

En Sumar explican que se trata de "un debate complejo", y la propia vicepresidenta segunda, que se enteró de la cesión a ERC por la prensa, intentó nadar entre dos aguas, respaldando por un lado un acuerdo que permitirá a los comunes ser una pieza fundamental en la gobernabilidad de Cataluña y, por otro, apelar a la solidaridad interterritorial. La clave, dijo el viernes de la pasada semana en RNE, en la que era su primera manifestación al respecto tras conocerse el acuerdo con ERC, "es conjugar las características del sistema, que debe ser la solidaridad y la suficiencia" con el cumplimiento del Estatuto de Cataluña, que exige "una financiación singular. Y todo ello es posible".

Carga de profundidad del portavoz económico de Sumar contra la soberanía fiscal catalana

No es esa la opinión de Carlos Martín Urriza, portavoz económico de Sumar, presidente de la comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, además de vocal de las comisiones de Economía y de Hacienda y director del gabinete económico de Comisiones Obreras de 2014 a 2023. Urriza publicó ayer un extenso artículo en eldiario.es, bajo el título "Morir por los extremos o por las extremidades", en el que lanzaba toda una carga de profundidad contra el pacto fiscal para Cataluña.

"El acuerdo de investidura suscrito por el PSC y ERC (...) de llevarse a cabo, conduciría a un sistema menos redistributivo y de la renta y de la riqueza y a una deuda pública estatal menos sostenible", arrancaba el artículo. De materializarse, insistía en otro punto, "supondría el primer paso serio en la demolición del sistema actual" y, contra el criterio de un satisfecho Pedro Sánchez, "la cesión de soberanía fiscal no amplía el Estado federal, sino que lo debilita. No es compartir más, sino todo lo contrario".

Asimismo, "el criterio de ordinalidad, es contrario al principio de equidad (...) Trasladado a las personas físicas, este criterio significaría que los ricos tienen que ser lo que más servicios públicos reciban, en tanto que son los que más aportan". Pero más allá de cuestiones económicas, el portavoz de Sumar defiende que el acuerdo "avanza en la fragmentación del pueblo, de la clase trabajadora y de la solidaridad entre ciudadanos". En fin, un cuestionamiento de calado que va mucho más allá de la posible búsqueda de un sistema compensatorio para el resto de las comunidades, salvo País Vasco y Navarra, puesto que critica su propia concepción, no sólo los efectos que tendrá para la fiscalidad de todo el país.

Pisarello acusa a Page y Barbón de "nacionalismo español rancio".

Por contra, Gerardo Pisarello, miembro de los comunes y secretario primero de la Mesa del Congreso, cree que este acuerdo no es sólo bueno para Cataluña sino que, además, "podría abrir un nuevo tiempo para la democratización territorial" y aprovecharse "en beneficio del conjunto de los pueblos y gentes peninsulares (sic)". También en eldiario.es atribuye las críticas y resistencias a la soberanía fiscal catalana al "centralismo insolidario y neofranquista de las Ayuso y los Abascal de turno" así como a los "barones" -se supone que socialistas como Emiliano García-Page o Adrián Barbón- "que parecen reducir su socialismo a agitar cada tanto un nacionalismo español rancio".

Martín Urriza y Pisarello son compañeros de filas del Grupo Plurinacional de Sumar y tanto uno como otro deberán fijar posición el día que la reforma de la Lofca pase por el Congreso de los Diputados. Hoy por hoy tienen posiciones irreconciliables. Errejón parece estar más cerca de las tesis de Pisarello, al defender que el hecho de que Cataluña "abra el melón, facilita una discusión en un sentido federalizante", aunque luego añade la necesidad de "garantizar los mecanismos de compensación interterritorial y una reforma fiscal que haga que los ricos paguen más y que fije un suelo fiscal". Mucho se tendrán que emplear Yolanda Díaz e Íñigo Errejón para que, llegado el momento, el grupo vote de manera unánime.