Circulan por las redes todo tipo de teorías de la conspiración relacionadas con el intento de asesinato de Donald Trump. Unos piensan que la CIA es quien lo organizó todo; otros, que él mismo es el responsable como parte de una enrevesada estrategia para movilizar a sus votantes y ganar las elecciones, y también hay quien lo relaciona con Irán. No faltan quienes están seguros de que el joven de 20 años Thomas Crooks no fue el tirador, convencidos de que lo hizo un agente del Servicio Secreto al que se ha tratado de ocultar.

Ha pasado más de un mes y medio del atentado, pero todas esas teorías están aún muy vivas.

"La CIA está relacionada con el intento de asesinato de Trump. Thomas Crooks no fue el tirador. Lo hizo Maxwell Yearick, dueño de Yearick Armory en Arizona, quien vendía explosivos en el mercado negro y armas y trabajaba con la CIA. Él era el chico muerto que estaba en el tejado y el dueño de la furgoneta que se encontró en la escena", decía esta semana Joey Franko, un usuario de la red social X (antes Twitter) que se define como seguidor de Trump y amante de Dios, la familia y su país, Estados Unidos. En el mismo tuit, Franko ha publicado el enlace de un vídeo de Youtube que explica en profundidad esta teoría del segundo tirador y que tiene 92.000 visualizaciones. En canal, WolvesAndFinance, cuenta con casi 200.000 suscriptores.

Las teorías de la conspiración no son nada nuevo en Estados Unidos, donde han corrido como la pólvora desde antes de que existiese internet. Quizá es más sorprendente lo contrario, que puedan proliferar las conspiraciones en un mundo plagado de recursos a los que puede accederse al instante. La abundancia de información debería ser contraria a los engaños y a las mentiras, pero en el siglo XXI siguen teniendo cabida muchas de estas corrientes. Y en este año de elecciones en EEUU, todavía más.

Pero más sorprendentes aún son los números detrás de estas teorías. Según una encuesta de YouGov, uno de cada tres estadounidenses adultos (35%) cree que el intento de asesinato de Donald Trump fue parte de una trama o conspiración que todavía no se ha destapado. Sobre todo lo piensan los votantes que se identifican como republicanos (50%), pero también una parte importante de los que lo hacen como demócratas (26%) y uno de cada tres independientes (30%). Es más, la mitad de los demócratas encuestados cree que Trump está detrás del atentado (47%), frente al 5% de los votantes de su partido, el también conocido como Grand Old Party (GOP). Del conjunto de adultos estadounidenses, opina así el 26%.

Al contrario de lo que se podría pensar, estos estadounidenses no creen que el discurso cada vez más escorado a la derecha del expresidente sea lo que ha llevado a que alguien intentase matarlo. La mitad de los republicanos (51%) sí creen que los medios de izquierdas son en parte responsables del ataque, de la misma manera que uno de cada tres demócratas (29%) piensa al contrario: que la retórica de los medios de derechas ha impulsado este desenlace. Y muchos demócratas culpan a las leyes que rigen el derecho a tener armas (55%), y a la salud mental (28%). En cambio, para la mitad de los republicanos la culpa la tiene Joe Biden y los demócratas (51%) y el Servicio Secreto (42%).

Son datos recopilados a finales de julio, por lo que algunas de las preguntas podrían encontrar respuestas diferentes a día de hoy. Por ejemplo, en la misma encuesta solo el 41% de los adultos mantiene que el autor del atentado actuó solo, aunque ni entonces ni ahora se conoce ningún indicio o prueba que apunte a que lo hiciera acompañado o a que hubiese otros detrás del plan que trazó. Los republicanos son quienes más piensan que hubo otros implicados (45%). Por otro lado la mayoría cree que el atentado aumentará las opciones del magnate en las elecciones de noviembre, hecho que ahora se ha visto influido por el cambio de candidato demócrata.

Llaman la atención también las respuestas a otras preguntas: un 20% de norteamericanos cree que a Trump no le dispararon en la oreja en el incidente, un 30% no cree que represente un fallo del Servicio Secreto -la directora de la institución dimitió pocos días después en medio de un sinfín de críticas por los errores de sus agentes que llevaron al fatal evento-, y otro 30% no cree que el expresidente sea más conocido ni más popular a raíz del atentado.

Y ya más allá del incidente, un 40% de los ciudadanos americanos creen que es probable que estalle una guerra civil en los próximos diez años; un 50% cree que la economía colapsará y que el sistema judicial y administrativo tal y como lo conocemos se vendrá abajo. El 40% considera probable o muy probable que Estados Unidos no siga siendo una democracia, y el 50% que dejará de ser una superpotencia.

Del asesinato de Luther King al de Kennedy

La encuesta de YouGov revela que la mayoría de los estadounidenses cree que hay más violencia política y desinformación ligada con este ámbito que hace diez años. También opinan que el intento de asesinato es solo una muestra de problemas mucho mayores que subyacen en la sociedad de EEUU. Sin embargo, otras encuestas a lo largo de la historia muestran cómo las respuestas registradas este verano no difieren demasiado de las que los norteamericanos dieron ante otros eventos de magnitud similar, como el asesinato del activista Martin Luther King o el de John F. Kennedy.

Una encuesta de Gallup de 1976 encontró que el 70% de los ciudadanos creía que había más personas envueltas en el asesinato de Luther King Jr, mientras que solo un 18% decía que lo hizo un solo hombre (el tirador, James Earl Ray). Otra de CBS News y el New York Times en 1988 mostró que el 66% creía lo mismo pero del asesinato de Kennedy, es decir, que detrás estaban más de una persona, con solo el 13% respaldando que Lee Harvey Oswald actuó solo.

A día de hoy, muchas otras encuestas muestran que esas teorías están muy vivas. El año pasado, un sondeo mostró que el 54% de los estadounidenses cree que Harvey Oswald no asesinó a Kennedy solo; una buena parte de la población sigue creyendo que el expresidente Barack Obama no nació en EEUU (31%) y lo mismo sucede con los que mantienen que las urnas electrónicas estaban programadas para cambiar los resultados de las elecciones de 2020 (29%). Uno de cada cinco cree que es cierto que el Gobierno está utilizando las vacunas del covid para introducir microchips en la población (20%), que también está detrás de los ataques del 11 de septiembre (20%) y que realmente la llegada del hombre a la luna no tuvo lugar en 1969 (18%).