Pedro Sánchez podría equipararse a Francisco Franco. Es lo que defendió este miércoles Alberto Núñez Feijóo en la primera sesión de control al Gobierno con el presidente del Gobierno en su escaño. Y el líder del PP no escatimó en adjetivos ni en dureza, aprovechando la aprobación, ayer martes, del plan de regeneración democrática por el Consejo de Ministros, que para los conservadores no deja de ser un "plan de censura" y un ejemplo de que la "concepción bananera del poder" que tiene Sánchez "no tiene fin". El jefe del Ejecutivo, sin embargo, no se da por aludido y prefiere proyectar optimismo, exhibiendo la buena marcha de los datos económicos y su disposición al "diálogo y el acuerdo" frente a la "oposición avinagrada" del PP. "Cambie el chip", le aconsejó casi con humor a su oponente.

El de este miércoles era el primer duelo de Sánchez y Feijóo en este arranque de curso político, porque la semana pasada el presidente estaba de viaje oficial en China y la próxima estará en Nueva York por la apertura del 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. "Bienvenido al Congreso de nuevo, señor Sánchez. Viene a rendir usted cuentas ante el Legislativo solo una vez este mes y le parece muchísimo. Qué honra", ironizó Feijóo de entrada. De vuelta, Sánchez le reprochó que compareciera solo 10 veces en el pleno del Parlamento de Galicia en sus 13 años al frente de la Xunta, cuando él ya tiene a sus espaldas 39 en seis años en la Moncloa. Sesiones de control de ambos aparte, lógicamente.

Para Feijóo, la "concepción bananera del poder" del presidente "no tiene fin". Le afea también que solo se someta a una sesión de control este mes

El líder del PP remarcó la ausencia de Sánchez este mes en la Cámara baja para apuntalar la imagen de que quien está al mando del Gobierno es poco menos que un dictador. "Usted ya ha respondido cómo va a iniciar el curso político, con una ofensiva contra jueces, periodistas y medios de comunicación —dijo, refiriéndose a las últimas publicaciones del diario El Confidencial—. Lo que usted llama regeneración democrática es realmente un plan de censura". Se refería así a uno de los ejes del programa aprobado ayer por el Ejecutivo, el relativo a las empresas periodísticas, que bebe del reglamento europeo de libertad de los medios de comunicación, aprobado en el Parlamento Europeo también con los votos del PP. "Su concepción bananera del poder no tiene fin".

El líder del PP ensartó a continuación varias cuestiones: que el Gobierno se "niega a reconocer que Venezuela es un régimen dictatorial, aunque haya socialistas decentes que así lo hacen", que "quita recursos a la sanidad y a la educación para financiar el cupo independentista", que para tener un cargo público, como el de gobernador del Banco de España, "es necesario estar en sus grupos de WhatsApp". "En fin, censura y persecución a quien ose criticarle. No se veía una cosa así desde Franco", le lanzó, extremando la comparación. "¿Para qué todo esto? Sus casos de corrupción siguen todos abiertos y la legislatura parece bastante cerrada. Ni socios parlamentarios estables ni Presupuestos asegurados", remachó.

"Con más ganas que el anterior"

En su turno, Sánchez buscó mantener el tono. Presumió de que el suyo es el Gobierno del "diálogo y del acuerdo". Y lo demuestran las cifras, dijo: más de 200 leyes aprobadas la pasada legislatura, 12 iniciativas legislativas aprobadas en menos de un año —en realidad, son seis reales decretos leyes convalidados y cinco leyes aprobadas— y 30 en tramitación.

Miremos donde miremos", dice Sánchez, "los datos invitan a la confianza y al optimismo. Y esa es la cuestión, que España tiene una sociedad y un Gobierno optimistas y enfrente tenemos a una oposición avinagrada"

El presidente no entró a contestar las acusaciones de Feijóo y siguió por el camino con el que empezó este curso: "Lo afrontamos con más ganas que el anterior". Recordó que su vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se convertirá en la mujer española con más competencias en la Comisión Europea, tras ser nominada por Ursula von der Leyen como vicepresidenta ejecutiva y comisaria de Transición Justa, Limpia y Competitiva. También citó que el Banco de España elevó las previsiones de crecimiento para España para este año al 2,8%, y que el Instituto Nacional de Estadística corrigió al alza las cifras de crecimiento de 2021 y 2022. "Miremos donde miremos, los datos invitan a la confianza y al optimismo. Y esa es la cuestión, que España tiene una sociedad y un Gobierno optimistas y enfrente tenemos a una oposición avinagrada", remató.

"No ha sido el Banco de España, ha sido [José Luis] Escrivá, vamos a ver si acierta a fin de año o ha contratado a un Tezanos 2", ironizó en su réplica Feijóo. Y tras recalcar que compareció en Galicia en "todos los plenos" del Parlamento —pero una cosa son las sesiones de control y otra las comparecencias en el hemiciclo—, insistió en la comparación de Sánchez con un dictador: "Mientras usted persigue a los periodistas, yo propongo guarderías gratis. Y mientras usted plantea campañas contra los jueces, yo una ley de la ELA", acabó, apropiándose del pacto que ayer cerraron PSOE, PP, Sumar y Junts para los pacientes de esclerosis lateral amiotrófica.

"Cambie el chip, cambie el chip", le recomendó Sánchez con sorna. Y volvió a vender optimismo: mientras que el PP lleva seis años diciendo que España "se hunde", el país "crece más que la media europea" y está más "unido" que en 2017, en el estallido del procés. "Usted no es presidente del Gobierno no porque no quiera, sino porque los españoles le dijeron que tenía que continuar en la oposición. Cambie el chip, señoría, porque quedan tres años de legislatura. Hay Gobierno para largo. Abandone esa oposición avinagrada y arrime el hombro en el interés de España". Esa idea, la de que hay Gobierno "para largo" y que la legislatura se agotará, siguió presente en la sesión de control. En el careo de Sánchez con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, o en las preguntas a la número dos del Ejecutivo, María Jesús Montero. Los socialistas quieren fijar la imagen de estabilidad, por muchas turbulencias que afronte el Ejecutivo de coalición y la fragilidad de sus apoyos.