El PP y Vox han entrado en un afán de oposición mutua permanente. Los primeros, de manera no verbalizada, pero sí con gestos. Los segundos, con clara verborrea pleno tras pleno, comparecencia tras comparecencia, y medida tras medida. Siempre con Génova en el punto de mira, alternándolo, cuando el asunto lo permite, con marcar posición contra el Gobierno para reivindicarse sobre el papel de partido de la oposición de los populares. Ante una apuesta clara del PP por empezar a hablar sobre inmigración irregular desde una postura estatalista, ante la crisis migratoria de Canarias y la ruptura regional con Vox, sin corte populista, los de Santiago Abascal han elevado mucho más el tono. Doblado la apuesta por monopolizar la inmigración como eje de sus políticas, algo que ya viene intuyéndose desde el último ciclo electoral. Les funcionó bien para crecer contenidamente en votos en Galicia, País Vasco y Cataluña, o para despuntar algo más en las europeas pasando de cuatro a seis eurodiputados.
Ante una materia espinosa para el PP tras la llegada de Vox a la política nacional, Feijóo apuesta por una posición dura con el Gobierno [de ahí el rechazo de la propuesta de julio, por ser "una imposición"], pero que no impida la solidaridad interregional y los repartos de menores extranjeros no acompañados para descargar de presión migratoria a autonomías como Canarias o a Ceuta. De ahí que haya tejido con el presidente Canario un plan de acción conjunto presentado el pasado lunes. Como elemento complementario a esa presentación, Feijóo inició una ronda breve de reuniones europeas. El viernes, con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, de su mismo signo político. Y tras un inciso por agenda española, hoy con la premier italiana Giorgia Meloni, aliada de la corriente ultraconservadora europea. Será en Roma a las 13:30h, en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera. Ambas citas responden a la ejemplificación que el PP hace con las políticas de Grecia e Italia contra la inmigración irregular que la han reducido en los últimos meses.
Precisamente, el encuentro con Meloni genera dos lecturas dependiendo de lo que trasladan los populares y lo que entiende Vox. La postura de los ultraconservadores es la más radical en ese afán de lanzarse como defensores reales de las fronteras. Más cuando, de fondo, se ha reactivado este martes de nuevo la presión en el último foco de poder territorial que une a Bambú y a Génova: los municipios. Si se incorpora algún tipo de partida económica para la acogida en los presupuestos locales de algún pueblo o ciudad, se romperá. No se llegará a ese punto, en cambio, si el PP rechaza las mociones locales y autonómicas contra la inmigración ilegal que presentarán próximamente.
El encuentro con Feijóo, con todo, es para fuentes de Vox una "buena noticia". Porque, pese al rechazo permanente de los populares a validar las políticas migratorias de Vox, "la reunión legitima a Meloni, al resto de nuestros socios" y las políticas que practican o quieren llevar a cabo en distintos puntos de Europa. O Trump en Estados Unidos. Un candidato estadounidense que, con todo, no es del agrado del PP. Sentarse con Meloni "es el reconocimiento de que tenemos buenos socios" y un intento de "tener presencia internacional", consideran fuentes nacionales de Vox. "Igual aprenden algo" en inmigración, añaden. Sin embargo, desde el PP se cree que esto supone un duro golpe para Abascal.
Imagen potente para el PP frente a Vox
Es un apunte medido sin duda por parte de los populares, que reavivan la polémica salida de Vox del grupo europeo de los Conservadores y Reformistas (ERC) que lidera la italiana. Sin nada en claro, Vox priorizó el liderazgo de Viktor Orban en la Unión tras las europeas, con Patriotas por Europa, que condensó a múltiples partidos distintos entre ellos, pero de perfil ultraconservador y antimigratorio. Desde Marine Le Pen, hasta Matteo Salvini, rival de Meloni en el mismo espacio político, vicepresidente de Italia.
Meloni y el PP europeo acercaron posiciones en la campaña europea pese a las diferencias que impiden un pacto directo
Llamó la atención que sucediese después del gran cónclave de Vistalegre preelectoral. Y más tras el acercamiento de Meloni al Partido Popular Europeo (EPP), a su presidente Manfred Weber y a Ursula von der Leyen. A ella su partido, Fratelli d'Italia la rechazó para repetir como presidenta de la Comisión Europea. Pero el vínculo entre ambas, por dinámica europea, y posturas pro europeos, pro Estado de derecho y pro Ucrania, es patente. Vox sostiene que defiende esos valores, pero el acercamiento a Orbán deja dudas entre los populares. Sobre todo por sus lazos con Putin y la financiación del Kremlin al Frente Nacional francés en la década anterior. Lo suspendieron de pertenencia a su familia en la legislatura anterior. Vox, sin dar importancia a esto, recalca que las relaciones con Meloni son igual de fuertes que siempre y que "no hay que sacralizar la pertenencia" a grupos distintos. Porque "hablamos con ella de forma habitual", dicen de Meloni.
"No estarán contentos", reafirman los populares sobre Vox pese a todo. La idea del PP no es otra, dicen, que tejer alianzas conjuntas con Grecia e Italia. En zonas donde las llegadas por mar de pateras eran constantes, y, tras las últimas actuaciones, se han conseguido frenar. En perjuicio de España, alentándose la ruta canaria desde países como Mauritania. "Vamos a ver que se puede hacer" en común. Pero sin olvidar a la UE.
El enlace para ese encuentro, se reconoce internamente dentro del PP, ha sido el también vicepresidente italiano, Antonio Tajani. Es el actual secretario general de Forza Italia, tercer partido de la coalición conservadora nacional y socio natural de los populares en la Eurocámara. Además, ejerce en estos momentos de ministro de Asuntos Exteriores. El interés por verse con ella radica en que, como ha defendido, Feijóo cree que "ha gestionado la inmigración mucho mejor que Sánchez". Además, se pone en valor su aproximación a la corriente conservadora más europeísta. Y lo justifican por que, a diferencia del resto de socios de Vox, ella y su partido fueron los únicos que apoyaron el Pacto Migratorio europeo.
La política italiana respecto a esto se ha caracterizado por la externalización de competencias. Es decir, el pago de cuantías para que sean los terceros países los que frenen las llegadas. También para que se acojan a los migrantes en centros, como el acuerdo con Albania alcanzado. El plan del PP-CC recoge ese aspecto de externalización cuando se habla de "impulsar acuerdos" con estados "siguiendo lo que ya están haciendo países como Italia, o los modelos de cooperación UE-Túnez". El siguiente artículo profundiza en las medidas de Meloni, más allá de la de sus socios de los 27, para frenar la inmigración ilegal. Hay otras apuestas más ambiciosas como el Plan Mattei:
La presión de Vox no preocupa al PP
El discurso sostenido por Bambú sobre las relaciones con Génova es más que claro: "No tenemos miedo a romper, porque ya lo hemos hecho". Los populares, en cambio, creen que Vox es el único responsable de la imagen que vaya a dejar en los electores si, con la excusa de la inmigración, se instaura en el veto y la oposición a todo por el no. Por ejemplo, ante los presupuestos regionales de Aragón, Castilla y León, Extremadura, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. Que quedan en el aire con Vox ya fuera de los gobiernos, también sin apoyar al de Baleares, ante una posible prórroga, dado que las relaciones con el PSOE no son buenas para buscar mayorías alternativas. La previsión de los populares, según comenta una fuente parlamentaria, es que Vox cree que pronto habrá elecciones generales por imposibilidad de Sánchez de sostener al cúmulo de sus socios. De ahí que retomen la presión.
Feijóo considera que Meloni ha gestionado mejor la inmigración que Sánchez
No hay preocupación interna entre los de Feijóo, pese a todo. Y lo ejemplifican muy claramente. "Ellos verán si quieren romper", dicen ante los amagos de fractura si hay diferencias en torno a los presupuestos locales. Pero recuerdan que la última vez que "tensionaron" fue en la Comunidad de Madrid con Rocío Monasterio. Precisamente por las cuentas de 2023. Se hizo tras no aceptar el PP enmiendas de Vox por estar presentadas "fuera del tiempo" máximo legal. Y entonces, Isabel Díaz Ayuso "arrasó con mayoría absoluta", recuerdan como advertencia ante lo que puede entender la ciudadanía. "Si comparten el fondo y la forma" de los presupuestos allá donde se presenten, "no tienen porque decir que no", creen en el PP.
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