La Policía Nacional ha detenido a un conductor que en su intento de fuga arrolló a un agente y embistió a varios vehículos policiales. Los hechos, de película, ocurrieron en la noche del pasado 15 de septiembre entre los barrios de Usera y Villaverde, en Madrid.

Alrededor de las 22:20, una pareja de policías nacionales detectaron un coche robado, un Seat, en la calle Afecto. Dentro había un hombre, sentado en la plaza del conductor. El copiloto policial se bajó del vehículo para darle el alto. Empieza entonces la persecución.

El hombre hizo caso omiso y dio marcha atrás de manera violenta. Uno de los agentes le persiguió en coche y el otro a pie. No les costó mucho seguirle el paso en ese primer momento porque iba chocándose con varios vehículos estacionados. En la Avenida Orovilla intentó enderezar el Seat robado, pero fue bloqueado por un coche de Policía camuflado.

El fugado dio marcha atrás en dirección contraria, mientras que el agente que iba a pie intentó detenerlo acercándose por la parte trasera izquierda para abrir la puerta del conductor. Entonces chocó con un Fiat que estaba aparcado y el primer coche policial le impidió la fuga por esa calle. De momento.

Al verse atrapado, el conductor dio marcha atrás a gran velocidad en dirección al agente que estaba en la calzada con intención de arrollarle. El policía quedó atrapado entre una valla y otro coche. Al existir un gran riesgo para su vida, sacó su arma reglamentaria y disparó cuatro veces al aire. De poco sirvió.

Disparos al coche

Lejos de cejar en su intento, el posteriormente detenido siguió marcha atrás en dirección al policía, que tuvo que apartarse en un lateral de la calle, disparando dos tiros a la rueda trasera izquierda para intentar detener el Seat. El huido dio un volantazo para con clara intención de arrollarlo, según las fuentes conocedoras consultadas. El agente disparó dos veces más. Esta vez una bala entró por la luna del coche y la otroa por el maletero. El funcionario salió disparado por el golpe, que le ha provocado lesiones en todo el cuerpo.

El vehículo giró 180 grados y huyó rápidamente. El agente volvió a la patrulla, retomando la persecución hacia Avenida de Andalucía. En ese momento dan el aviso al resto de unidades. Otro zeta, como se conoce a los vehídulos policiales, que estaba en esa calle, vio que el Seat se aproximaba a gran velocidad. Los agentes redujeron la marcha para intentar hacerle frenar, pero se termina estrellando en el lateral derecho del coche. El detenido emprendió la marcha, otra vez, saltándose un semáforo rojo en el cruce de Gran Vía de Villaverde con San Dalmacio. En la rotonda de la Avenida Real de Pinto se estrelló contra un Mercedes blanco, incrustando dos de las ruedas.

Agresión a los policías

El conductor, infatigable en su intento de huida, siguió hasta Plaza Ágata, donde chocó con un Ford. En la calle Villalonso se empotró contra dos patrullas, pero consiguió escapar de nuevo, con los dos zetas pisándole los talones. En el párking de calle Islas embistió a otro coche de Policía, que le siguió hasta una calle cortada. El hombre condujo hacia atrás al verse atrapado y se estampó contra otro vehículo.

A esas alturas, los destrozos del Seat no le permiten continuar, y huye a pie hasta que es finalmente detenido. Pero la noche de los policías no termina ahí. Mientras lo reducen para esposarlo, golpea en la nariz y en la cara de los agentes, que empiezan a sangrar. Un tercer funcionario tiene que intervenir y recibe una patada en la mano derecha antes de ponerle las esposas y poner fin a la noche.

El detenido no tenía carné de conducir. Además de eso, se le imputan delitos por el robo de Seat, tentativa de homicidio, atentado a agente de autoridad, lesiones, daños, conducción temeraria y desobediencia.