La denuncia de falta de concreciones por parte del presidente del Gobierno se replicó en la comparecencia de Alfonso Rueda y en la de Juanma Moreno de este viernes en Moncloa. Tanto el presidente de Galicia como el de Andalucía esperaban salir con "objetivos" autonómicos claros de sus encuentros con Pedro Sánchez en la ronda de reuniones bilaterales que ha iniciado y que le hará recibir en las próximas semanas de acuerdo a las posibilidades del calendario a todos los líderes regionales. A ellos se sumó el lehendakari, Imanol Pradales que sí los cosechó: siete transferencias en octubre y la Seguridad Social en 2025 bajo lo pactado para la investidura. La primera sensación que perciben dentro del PP es que en Moncloa no hay claridad sobre los pasos futuros a seguir en torno al debate económico.

Según fuentes populares, Sánchez aludió en las reuniones con ambos mandatarios la dificultad de abordar un debate sobre financiación en conjunto en estos momentos. Y aunque se preveía que bajo ese argumentario desplegase propuestas personales para cada barón, no hubo "tentaciones" de "singularidades" para que Rueda o Moreno Bonilla abandonaran la "multilateralidad" demandada por todo el PP para priorizar sus comunidades. Se venía hablando de la posibilidad de ofrecimientos de quita de la deuda al Fondo de Liquidación Autonómica (FLA). Ambos así lo aseguraron en sus ruedas de prensa. A su vez, frente a Sánchez fijaron una posición díscola con la financiación singular de Cataluña, exigiéndole desistir de ella e invitándole a plantear cualquier reforma dentro de la Conferencia de Presidentes.

Se ha podido arrancar un ligero compromiso a convocarla de forma "inminente" y con apertura [si no lo forzarán jurídicamente dicen desde el PP ] en su orden del día a añadir la cuestión de financiación. Aunque la preferencia del Gobierno, sin más detalle, es el de acudir al Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Habría habido una advertencia a Sánchez desde el PP. Al margen de las duras consecuencias sociales, de "desigualdad" y diferenciación entre Cataluña y el resto de España, "las consecuencias para el PSOE" apuntan a ser desastrosas en el futuro. Sobre todo en relación a su base de apoyos. El presidente del Gobierno, ante ello, no reaccionó con profundidad, se destaca. Sí, en cambio, acreditó su deseo de proseguir con lo pactado con ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa. No obstante, y preguntado por ello como se ha hecho sin éxito ya a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero en el Senado, Sánchez no precisó qué es lo que se quiere hacer en la autonomía. Ambos se escudan en generalidades como que el pacto radica en "lo que pone en el acuerdo".

El PP cree que es imposible que Sánchez contente a todos sus socios por mucho más tiempo

Esa falta de explicaciones, genera notables dudas dentro del PP. No se sabe si lo que Sánchez está queriendo hacer es ganar el mayor tiempo posible para continuar al frente del Ejecutivo, siendo ambiguo, o si de verdad tiene el compromiso de materializar el cupo. Se insiste en que, de acuerdo a los plazos con ERC, tiene que empezarse a negociar el primer trimestre de 2025. Y la sensación es que hay tantos frentes abiertos con los socios, que es imposible contentar a todos. Tampoco prolongarse fracaso tras fracaso en el Congreso y sin presupuestos.

Sorprende que no haya habido especificaciones por parte del máximo valedor de ese acuerdo. No descartan, en todo caso, la posibilidad de que se las reserve para no incendiar más el debate. De hecho, el socialista sí que habría incidido en su deseo de "normalizar la situación de Cataluña". "Hay otras fórmulas constitucionales" y que no afectan al conjunto, defienden dentro del PP. "Esto ni siquiera es una demanda de Cataluña", lo es de los republicanos, insisten.

De lo que no cabe la menor duda es que Sánchez, al margen de los equilibrios con sus socios, quiere ganar tiempo con el PP tras la presión conjunta de sus once comunidades y las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. "Quiere tener una gira de mes y medio con los presidentes para apagar fuegos", está claro que siente "agobio", consideran fuentes populares. Si no, entienden, se habría ido a unas reuniones programadas por puntos, detallada y sin divagaciones. El propio Moreno Bonilla, de hecho, lamentaba que al acudir llamado por Sánchez, éste no tuvo la iniciativa. Se abordaron generalidades con "buenas palabras y pocos compromisos", según el andaluz. Este mismo viernes el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y una delegación del partido acudió a Ginebra (Suiza) para reunirse con Carles Puigdemont y limar asperezas para reconducir la normalidad de la investidura.

El PP pide que el Gobierno tome la iniciativa

Desde el PP siguen pidiendo al Gobierno que deje de excusarse ante las dificultades, que priorice el avanzar en estos momentos hacia un nuevo modelo y que tome la iniciativa del debate con una propuesta sobre la mesa para todos. Y no solo para Cataluña. Los populares cuentan ya con unos ejes propios, pero renuncian a hacerlos públicos hasta que Montero muestre sus cartas para no darles ventaja y que el debate gire en torno a las propuestas de Génova.

Si finalmente se prioriza ese concierto para Cataluña y no se da cancha a las demandas del resto, barones como Moreno Bonilla auguraron acciones desde Andalucía. "Hará valer su peso demográfico, político y económico", y usará "todos los instrumentos" que tenga al alcance para que no se acabe aprobando ese cupo. El dirigente andaluz cree que "suspendería y rompería de facto la igualdad entre los españoles".

"Nos condenaría a que hubiese ciudadanos de primera y de segunda", advirtió en su comparecencia. El primer paso, en todo caso, se hará de forma común. Si Sánchez rehuye introducir por voluntad propia la financiación en la próxima Conferencia de Presidentes priorizando el Consejo de Política Fiscal, se hará uso del artículo 5.1 del Reglamento para forzarlo. Versa: "El orden del día será fijado por el comité preparatorio con conformidad de su Presidente [el ministro Torres] y diez comunidades autónomas o ciudades con Estatuto de Autonomía". El PP cuenta con mayoría en ellas y Torres declaró que "se cumplirá escrupulosamente" con esa regla.