Jornada de comparecencia en el Congreso de los Diputados, en el primer jueves de actividad del curso político. A petición del PP, nuevamente, y tras hacerlo en el Senado a principios de septiembre, sin despejar dudas, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, volvió a ser convocada para tratar la cuestión de la financiación singular de Cataluña. Una incógnita que sigue sobre la mesa después del pacto de investidura de Salvador Illa en la Generalitat, y que es uno de los principales temas de la agenda política del momento que une a populares y a federaciones socialistas como la de Aragón o Castilla-La Mancha. El debate de la financiación autonómica está vigente, de hecho, en la ronda de contactos entre presidentes regionales y el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa inaugurado el viernes pasado.

Montero recurrió al mismo argumentario que expuso en la Cámara Alta. Fue más escueta en los tiempos, eso sí, con apenas 35 minutos de intervención desde la tribuna de oradores. Insistió que el acuerdo con ERC para la investidura de Illa "no supone ninguna quiebra del sistema territorial". Y que los pormenores del mismo son los que "están publicados". "Es trasparente y se puede leer". "Se habla de la solidaridad", y se apunta que la singularidad es "compatible" con la igualdad territorial, el aporte de Cataluña y "el sostenimiento del Estado". "¿De verdad esto es no dar explicaciones?", se mostró molesta, aunque dispuesta a ello, Montero, por tener que abordar la misma cuestión en menos de tres semanas. Así mismo, justificó el pacto por la garantía que tiene respecto a "la Constitución Española, el Estatuto de Autonomía de Cataluña y el avance hacia el federalismo". Eso sí, ya en la réplica eludió hablar de "concierto" o "cupo". Solo de "singularidad".

Para la vicepresidenta primera del Gobierno, el PP busca confrontar electoralmente y rehuir el debate. Sin "voluntad en un nuevo modelo de financiación que mejore" el actual. "Solo quieren hablar mucho sobre algo para que no se concluya nada. Si siguen en esa confrontación, seguirán poniendo en evidencia la verdad: que no tienen proyecto de país, nada que aportar". Una actitud que a su juicio mantendrá "en la oposición" a los populares durante mucho tiempo. Igualmente, en este cuestionamiento del concierto catalán, que ha levantado espinas entre barones socialistas como Adrián Barbón, íntimo de Sánchez, Javier Lambán o Emiliano García-Page, Montero solicitó al PP que "deje de hacer política contra Cataluña".

La pretensión del Gobierno, según sus palabras, no es la "quiebra" del sistema de financiación, sino "mejorar las vidas de los ciudadanos, blindar los servicios públicos" y afianzar la economía. La dos del Ejecutivo cree que el PP está en el rechazo estratégico y por eso recalcó [el PP lo niega y resalta que a diferencia de lo ahora propuesto, su sugerencia se valoraba dentro del régimen común] que en 2012 "la propuesta estrella de Génova era una financiación singular para Cataluña que resolviera un problema sistemático de financiación". "Josep Piqué era partidario. Incluso Feijóo, cuando era presidente de la Xunta, defendía que 'se podía hablar de estas cuestiones'" en los foros pertinentes. También echó en cara a Feijóo no haber aceptado sentarse en una mesa de trabajo sobre financiación para avanzar durante la legislatura en una propuesta de renovación, "como le dijo el presidente Sánchez" en una reunión previa a la investidura.

Con una mano bajan impuestos a los ricos y luego piden con la otra al Gobierno porque no les llega para financiar los servicios

Para Montero las "contradicciones" de los populares son patentes. Más tras negarse en julio, y de cara a este jueves, en la que finalmente se retiró por falta de apoyos, a votar a favor de la senda de estabilidad para los presupuestos. "Piden más recursos para las comunidades, pero al mismo tiempo rechazan la senda" que supone "12.000 millones más a comunidades y ayuntamientos". El foco lo puso a mitad de su intervención la vicepresidenta primera sobre comunidades como Madrid, que promueven "el dumping fiscal". Y fomentan "una carrera de impuestos a la baja" a la que se suman otras con menos capacidad. Y eso abre un "agujero". "Con una mano bajan impuestos a los ricos y luego piden con la otra al Gobierno porque no les llega para financiar los servicios", valoró Montero, que echó en cara a la bancada popular que "se atrevan a dar lecciones de solidaridad e igualdad cuando están fomentando lo contrario".

Para terminar, Montero arremetió contra el principal partido de la oposición por no haberle trasladado ninguna propuesta cuando gobierna el PP en doce comunidades y dos ciudades autónomas. Hay que destacar que en Génova tienen elaborado un documento más amplio que permanece bajo conocimiento interno. No se quiere dar ventaja al Gobierno para que sean sus propuestas las que condicionen el debate y no las de Moncloa, que a juicio de los de Feijóo, debe abrir el tema. Montero se limitó a insistir en la ausencia de sugerencias más allá del breve "decálogo" de la cumbre que Feijóo y sus presidentes celebraron en el Palacio de los Duques de Pastrana el 6 de septiembre. "Qué larga se les va a hacer la legislatura si tienen que buscarle decorados a Feijóo como La Moncloa", insistió en un discurso ya lanzado por los socialistas la misma jornada.

Ante la petición de que se debata sobre financiación en la Conferencia de Presidentes y en el Consejo de Política Fiscal y Financiero, Montero se sorprendió al reivindicarse esos ámbitos cuando "luego pasan olímpicamente del voto" ejercido. Volvió a mencionar a la senda de estabilidad, que arañó la abstenciones de las regiones del PP para que luego el partido votase contra ella en el Congreso. Lamentó, además, que el PP vaya contra "la bilateralidad contemplada en los estatutos de autonomía" para hacer referencia a posibles condonaciones de la deuda, descartadas por los barones populares, algo que afecta a "una mayor capacidad económica". Además, respecto a la propuesta más llamativa de ese comunicado de la cumbre del PP, la gestión dual de los fondos europeos con las comunidades, a petición de 18.000 millones de euros, Montero afirmó desconocer de dónde se saca esa cifra. Sí reivindicó que "no se pueden usar" para más allá que "las inversiones o las reformas acordadas previamente" en Bruselas. "Se quiere engañar a los ciudadanos, como si este Gobierno tuviese actitud ociosa", dijo la también titular de Hacienda.

Con diez minutos de réplica, ante el argumentario de Montero, el diputado del PP, Juan Bravo, le reprochó que todas las explicaciones dadas se limitaron a "criticar al PP". "Este acuerdo con ERC crea independentistas de primera y españoles de segunda. Traiciona a los principios de convivencia y rompe la igualdad entre españoles. Erosiona la solidaridad", precisó el vicesecretario popular de Economía sobre el cupo. Ante el cuestionamiento de Montero por el rechazo a la senda, Bravo afirmó que la responsabilidad del PP es la de "proteger a los españoles de ustedes", del Gobierno. Por los pactos con Junts, que ahora, dijo, ponen bajo la cuerda la estabilidad de la legislatura.

El PP justifica el rechazo a la senda por los pactos con Junts: "Nuestra responsabilidad es proteger a los ciudadanos de ustedes"

Bravo insistió en la unidad de acción de todos los presidentes del PP y el compromiso en torno a la multilateralidad. Desglosó otras propuestas que hay sobre la mesa, como la estructuración de un fondo transitorio para las comunidades mientras se avanza hacia un nuevo sistema. O primar factores como el envejecimiento o la despoblación. Y ante la negativa de incredulidad manifestada por Montero, que no considera propuestas serias eso, Bravo dijo: "Ven como no contesta". Bravo, al finalizar, instó a Montero a negociar ya, porque "los españoles y las comunidades no pueden esperar más".

Junts sigue restando validez al acuerdo

En el turno de Junts, nuevamente, los neoconvergentes han dado poca credibilidad al pacto con ERC, en plena competencia ideológica por dominar el espectro independentista. Y en vísperas a los congresos de ambos partidos. Josep María Cruset determinó que "grandes afirmaciones" de PSOE y ERC "ya hemos visto en el pasado y se han incumplido sistemáticamente". "Basta recordar, por ejemplo, la mesa de diálogo que se anunció para la solución definitiva del conflicto catalán y someter ese acuerdo a toda la ciudadanía catalana. Mesa que acabó reuniéndose tres veces en cuatro años", lamentó. Desde Junts se invitó, nuevamente a Montero, a aclarar si esto es realmente "una financiación singular" y si supondrá "el final del déficit fiscal de Cataluña".

Para Gabriel Rufián, este acuerdo, "no va contra nadie". "No pretendemos que nadie tenga menos de lo que merece, pero que en Cataluña se consiga un mejor sistema de financiación no va contra nadie. Lo que intenta es reflejar que se puede conseguir" y que "al PSOE se le puede obligar a mejorar las cosas", declaró. Ya en la réplica tras la segunda intervención de Montero, Rufián entró en confrontación con neoconvergentes y populares. "Si esto lo hubieran pactado la derecha española y catalana, estaríamos comiendo y cenando con este pacto fiscal y saldría Feijóo con una barretina abrazándose a Puigdemont en Waterloo", trasladó entre risas. Ante el "machaque desde hace años" de Junts por ser aliado del PSOE "a cambio de nada", Rufián reivindicó la subida de las pensiones, la Ley de Eutanasia o recursos para proteger a las víctimas de violencia de género.