La nueva Moncloa ya está en funcionamiento. La tercera edición de la Moncloa desde que Pedro Sánchez aterrizó en el Ejecutivo en 2018. Ahora, liderada por el joven historiador Diego Rubio Rodríguez (Cáceres, 1986). Él es el nuevo director de Gabinete del presidente del Gobierno, el que ha construido un equipo con una impronta muy distinta a la de sus predecesores, Iván Redondo (2018-2021) y Óscar López (2021-2024). Él ha designado a académicos de su generación en la primera línea, el que ha despoblado de la vanguardia a prácticamente todos los hombres de partido, el que ha ideado un staff que será el que lleve las riendas del cerebro de la coalición gubernamental hasta el final de la legislatura. Sánchez ha ungido a Rubio como su mano derecha y le ha conferido todos los poderes para conformar a su propio núcleo duro. Un movimiento esperado, porque el presidente ha dejado ver que confiaba más y más en él, desde que Redondo lo fichó para el Gabinete en febrero de 2020.
El pasado martes, el Boletín Oficial del Estado publicó la reestructuración de la Moncloa, diseñada por Rubio. El Consejo de Ministros acordó ocho nombramientos —siete hombres, una mujer—, que fueron publicados al día siguiente. El organigrama al completo del Gabinete, descontada la Secretaría de Estado de Comunicación, lo conforman 22 altos cargos, 11 hombres y 11 mujeres, pero su cúpula, el llamado comité de dirección de la Presidencia del Gobierno, lo componen ocho personas, seis de las cuales son hombres. El 75%. Es decir, que la paridad se cumple en la suma de altos cargos del Gabinete, pero no en su núcleo de poder.
El Consejo de Ministros acordó ocho nombramientos el pasado martes, siete de ellos hombres y una mujer. Rubio tiene como número dos, como director adjunto, al antropólogo y periodista Ángel Alonso
De los ocho nombramientos que el BOE publicó el miércoles, solo hay uno que encarna el vínculo entre Gobierno y partido: el de Paco Salazar. El dirigente sevillano ocupa también una cartera en la dirección federal del PSOE, la Secretaría de Investigación y Análisis, y es el que ha sobrevivido a todas las adversidades, también el que ha logrado mantenerse a salvo tras la revolución operada por Rubio. Cambia de responsabilidad, eso sí: de secretario general de Planificación Política a secretario general de Coordinación Institucional, en ambos casos con rango de subsecretario.
Rubio ha elegido como su número dos, como su director adjunto de Gabinete, a Ángel Alonso Arroba. Ese era el puesto que ocupaba hasta esta semana un pata negra del PSOE, Antonio Hernando, reclutado por el ministro Óscar López —su antiguo jefe en la Moncloa— como secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales.
Alonso es licenciado en Antropología Social y Periodismo por la Universidad de Sevilla, con un máster en Seguridad Internacional por la Universidad de Georgetown. También cuenta con un máster en Relaciones Internacionales del Instituto Universitario Ortega y Gasset, y un diploma en Ciencia Política y Derecho Constitucional del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC), logrando el premio extraordinario a la mejor memoria de investigación. Antes de llegar a la Moncloa, trabajaba como vicedecano y profesor de la Escuela de Políticas, Economía y Asuntos Globales de la IE University. Pero antes trabajó 13 años en la OCDE y fue consultor del Banco Mundial en Washington y embajador en Misión Especial para la Ciudadanía Española Global en el Ministerio de Exteriores español.
El jefe de Gabinete asciende al politólogo Pepe Fernández Albertos como secretario general de Política Nacional. Ya trabajó con Escrivá en Inclusión
Rubio también ha proyectado a José Fernández Albertos. Desde enero era director del Departamento de Políticas Públicas de la Moncloa, pero ahora Fernández Albertos sube un escalón y se convierte en el secretario general de Política Nacional, también con rango de subsecretario. De nuevo, otro hombre procedente del mundo académico: licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Complutense de Madrid, máster en Ciencias Sociales en el Instituto Juan March, doctor por la Universidad de Harvard y científico titular del Instituto de Políticas y Bienes Públicas del CSIC. Fernández Albertos es uno de los politólogos con perfil público más conocido y que antes de aterrizar en la Moncloa fue asesor de José Luis Escrivá en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y director general de Ordenación de la Seguridad Social. Del nuevo director adjunto depende únicamente un gabinete técnico, no varios departamentos, como sucedía con Antonio Hernando.
Continúan Judit González y Emma Aparici
La antigua Secretaría General de Planificación Política se amortiza. Fue la cartera con la que Paco Salazar volvió a la Moncloa en 2022. Él había llegado a ser el adjunto de Redondo en el Gabinete, pero al salir su jefe en julio de 2021, él cayó también y fue destinado a un cargo nada político, el de presidente de Paradores. Pero Sánchez lo rehabilitó un año después, devolviéndolo a la Moncloa en agosto de 2022 y reintegrándolo en la ejecutiva del partido en enero de 2024. Ahora ya es el nuevo secretario general de Coordinación Institucional, con el mismo rango de subsecretario.
Como hilo con el PSOE y como gran superviviente, Paco Salazar, un veterano dirigente sevillano, ahora secretario general de Coordinación Institucional. Al frente del área de Discurso sigue Jesús Perea
Rubio mantiene a Judit González como secretaria general de la Presidencia del Gobierno —el cargo que de 2018 a 2021 ocupó el hoy ministro Félix Bolaños y, después de él, Fran Martín, actual delegado del Gobierno en Madrid—, y a la diplomática Emma Aparici como secretaria general de Asuntos Exteriores (la sherpa de Sánchez en política exterior).
El nuevo jefe de Gabinete sí ha introducido cambios en los escalones inferiores. Como director del Departamento de Discurso, nombra a Jesús Perea. Licenciado en Derecho por la Universidad de Castilla-La Mancha, fue diputado en el Congreso entre 2000 y 2004, director general de Información Autonómica en la Secretaría de Estado de Comunicación (2020-2021), jefe de la Unidad de Discurso de la Presidencia del Gobierno (2022-2023), secretario de Estado de Migraciones con Escrivá (2021-2022) y director general de Discurso y Mensaje en la Moncloa, su último cargo antes del actual, realmente casi un calco. Él sí que es una cara conocida como fontanero socialista, porque fue director general en la Junta de Castilla-La Mancha (2004-2011), asesor del Grupo Socialista en el Congreso y asesor en la Moncloa (2018-2020), también en la Unidad de Discurso y Mensaje. Es decir, que a Perea le cambian el rótulo del puesto, pero no el contenido, ya que su papel era y es el de ser el responsable de los discursos del presidente Sánchez.
Para Políticas Públicas, Rubio ficha al experto en innovación social Borja Monreal, y para Análisis Territorial promociona al politólogo José Rama. De él dependerá el sociólogo José Pablo Ferrándiz, hasta ahora director de Opinión Pública en Ipsos
Fernández Albertos cede el cargo de director del Departamento de Políticas Públicas del Gabinete a Borja Monreal, otro de los fichajes de Rubio. En su caso, es licenciado en Periodismo por la Complutense, con másteres en la Universidad de Londres, en ICEX-CECO y en la Universitat Oberta de Catalunya. Experto en innovación social y políticas públicas, antes de sumarse a la Moncloa, trabajó como codirector de SIC4Change, una organización dedicada a "buscar y poner en marcha soluciones innovadoras a problemas sociales persistentes".
Rubio prescinde de José Alarcón como director del Departamento de Análisis Territorial. En su lugar, designa a José Rama Caamaño, también de la generación de su jefe y un hombre muy cercano a él. Es graduado en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago de Compostela con premio extraordinario fin de carrera. Es máster en Democracia y Gobierno por la Autónoma de Madrid (UAM) y doctor cum laude. Fue profesor de Ciencia Política en la UAM y, antes, docente en la Carlos III de Madrid y en el King's College de Londres, e investigador visitante en la Universidad de Nottingham. Fue asesor en la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia —la unidad que dirigió Rubio entre 2020 y 2023— y subdirector de Políticas Sociales desde el pasado enero. A las órdenes de Rama, como uno de los dos subdirectores generales que dependen de él, trabajará a partir de ahora el prestigioso sociólogo José Pablo Ferrándiz, director de Opinión Pública y Estudios Políticos en Ipsos, profesor asociado de Sociología en la Carlos III de Madrid y anteriormente socio fundador de Elemental Research, a la que llegó desde Metroscopia.
Silvia Calzón, de Sanidad a la Moncloa
Antonio Hernández Espinal ocupaba el cargo de director del Departamento de Planificación Política. Ahora, cambia de departamento: pasa a dirigir el de Coordinación Política, a las órdenes de Salazar. Hernández Espinal es técnico especialista en Publicidad y ha desempeñado varios puestos en el Gabinete del presidente.
El comité de dirección de la Presidencia es el núcleo de poder en la Moncloa, y lo componen seis hombres y solo dos mujeres, luego ahí no hay paridad. Sí en el conjunto del Gabinete: 11 hombres y 11 mujeres, contando aparte la Secretaría de Estado de Comunicación, con cinco hombres y dos mujeres
De Salazar también depende otra de las personas nombradas por Rubio esta semana: Silvia Calzón, la nueva directora del Departamento de Atención y Respuesta a la Ciudadanía. Calzón es licenciada en Medicina por la Universidad de Sevilla, máster en Salud Pública y Gestión Sanitaria por la Escuela Andaluza de Salud Pública, máster en Economía de la Salud por la Universidad Pompeu Fabra, y doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Granada. Fue médica de Atención Primaria, diputada socialista en el Parlamento de Andalucía (2004-2008) y secretaria de Estado de Sanidad, designada por el entonces ministro Salvador Illa en plena pandemia del covid-19. De todas las nuevas incorporaciones de Rubio, Calzón es la que tiene más perfil político, dada su trayectoria en el PSOE.
El comité de dirección de la Presidencia del Gobierno es el corazón de la Moncloa. La cúpula. El núcleo de poder del que forman parte los jefes con más galones del Gabinete: el director, Diego Rubio; su director adjunto, Ángel Alonso; la secretaria general, Judit González; los secretarios generales de Política Nacional, Pepe Fernández Albertos; de Asuntos Exteriores, Emma Aparici; y de Coordinación Institucional, Paco Salazar, más el director de la Oficina de Asuntos Económicos, Manuel de la Rocha Vázquez —con rango de secretario de Estado—, y el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès. Estos últimos dependen directamente de Sánchez (no de Rubio) y continúan en sus puestos, sin cambios. Son, por tanto, seis hombres y solo dos mujeres. No hay paridad, que se concibe como una representación no superior al 60% ni inferior al 40% de cada sexo.
En la Moncloa hay un total de 29 altos cargos, sumando la SEC: 16 hombres y 13 mujeres, por lo que sí se llega a cumplir la paridad
Si se amplía el foco y se observa todo el Gabinete, con todos los altos cargos (de director general hacia arriba, según indica la ley), entonces ahí sí se alcanza la completa paridad. 11 hombres y 11 mujeres. El nuevo organigrama, siguiendo la descripción del real decreto de estructura de la Presidencia del Gobierno en vigor, sería este (con los nombres de las mujeres en negrita):
- Director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno: Diego Rubio.
- Director adjunto de Gabinete: Ángel Alonso.
- Secretaria general de la Presidencia del Gobierno: Judit González.
- Directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica: Beatriz Rodríguez.
- Director del Departamento de Protocolo: Jorge Mijangos.
- Directora del Departamento de Seguridad: María Marcos.
- Secretario general de Política Nacional: Pepe Fernández Albertos.
- Director del Departamento de Políticas Públicas: Borja Monreal.
- Director del Departamento de Análisis Territorial: José Rama.
- Directora del Departamento de Asuntos Culturales: Manuela Villa.
- Secretario general de Coordinación Institucional: Paco Salazar.
- Director del Departamento de Coordinación Política: Antonio Hernández Espinal.
- Directora del Departamento de Atención y Respuesta a la Ciudadanía: Silvia Calzón.
- Director del Departamento de Asuntos Institucionales: Iván García Yustos.
- Secretaria general de Asuntos Exteriores: Emma Aparici.
- Directora del Departamento de Asuntos Exteriores: Pilar Sánchez-Bella.
- Directora del Departamento de Seguridad Nacional: Loreto Gutiérrez.
- Directora del Departamento de Asuntos Europeos: Maider Makua.
- Directora de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia: Sara Baliña.
- Director del Departamento de Discurso: Jesús Perea.
- Director de la Oficina de Asuntos Económicos y G-20: Manuel de la Rocha Vázquez.
- Directora del Departamento de Proyectos Estratégicos y Políticas Sectoriales: María Antonia Scheifler.
Y si se suma la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), hay que sumar siete altos cargos, cinco de ellos hombres. No hay cambios en esta etapa, ninguna incorporación y ninguna salida:
- Secretario de Estado de Comunicación: Francesc Vallès.
- Director del Departamento de Información Nacional: Miguel Ángel Marfull.
- Directora del Departamento de Información Internacional: Carmen Pérez.
- Director del Departamento de Información Autonómica: Alfredo Rodríguez.
- Director del Departamento Digital: Fernando Morales.
- Directora del Departamento de Coordinación Informativa: Laura Caldito.
- Director del Departamento de Comunicación Institucional: José Manuel Nevado.
Es decir, que de la Moncloa dependen 29 altos cargos —22 en el Gabinete, en sentido estricto—, 16 de ellos hombres (el 55,17%) y 13 mujeres (44,83%). Se cumpliría la paridad, por tanto. Dicho de otro modo, donde se desequilibra la balanza a favor de los hombres es en el comité de dirección —la cúpula del organigrama—, además de en la SEC.
Evolución meteórica
Con el nuevo equipo, Rubio echa a andar en esta nueva etapa. Sobre sus espaldas, la tarea de dar un impulso distinto a la Moncloa. No solo porque pertenece a una generación muy distinta a la de su predecesor, Óscar López (Madrid, 1973), sino porque no es un hombre de partido. No tiene carné. Lo fichó Redondo en 2020 para que se hiciera cargo de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, una unidad nueva en la Moncloa que alumbró en 2021 el documento España 2050.
Aún quedan muchos cambios por llegar. A finales de noviembre coincidirán el 41º Congreso del PSOE con el ajuste del Ejecutivo obligado por la salida de Ribera
En noviembre de 2023, tras la segunda investidura de Sánchez, se convirtió en el secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica. Y ahora, director de Gabinete. Es decir, mano derecha del presidente y primer secretario de Estado de todo el Gobierno. En la Moncloa y en el partido se preguntan qué huella dejará Rubio en esta nueva fase, radicalmente distinta a las dos anteriores y con la que el jefe del Ejecutivo quiere tomar oxígeno de cara al resto de la legislatura.
Quedan cambios por delante. Muchos. Y se solaparán, previsiblemente, desde finales de noviembre, cuando coincidan el 41º Congreso Federal del PSOE, en el que se renovarán la dirección del partido —y también puede que las cúpulas de los grupos parlamentarios de Congreso y Senado—, y el refresco del Gobierno, obligado por la salida de Teresa Ribera de la vicepresidencia tercera y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Rubio ya ha arrancado motores sin esperar a que lleguen los relevos en el PSOE y en el Gobierno.
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