Salvador Illa afronta a partir de este martes su primer Debate de Política General, apenas dos meses después de acceder a la presidencia de la Generalitat. Illa acude a la cita con avances en el ámbito de la seguridad y promesas de más inversión en vivienda y una administración autonómica más ágil. Pero el discurso de gestión impuesto por Illa podría verse eclipsado por la guerra abierta entre los dos grandes partidos independentistas, Junts y ERC. Una segunda parte del enfrentamiento escenificado en el Congreso cuando la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acudió a explicar en qué consiste la "financiación singular" prometida por el Gobierno a los republicanos.
"ERC hará oposición al Govern de Illa", aseguraba este lunes la portavoz republicana, Marta Vilalta. Una afirmación que Vilalta acompañó con una nueva andanada contra los de Carles Puigdemont, asegurando que "haremos oposición al govern, no somos oposición de los que quieren ser oposición pero después aceptan ejercer como jefe de la oposición.
Vilalta se refería así a la negativa de Junts a ocupar el cargo de jefe de la oposición, institucionalizado en Cataluña, por la imposibilidad de Puigdemont de regresar a España sin rendir cuentas ante la Justicia. "No sé ellos cómo plantearán el debate de política general, si querrán hacer oposición a Illa atacando a ERC o no" ironizaba la republicana. Sumida en una cruenta guerra civil por el futuro liderazgo del partido, ERC necesita sacar sus disputas internas del foco mediático y esta semana se dispone a utilizar todas las vías para volver al debate nacionalista.
Primera derrota al referéndum en una década
Lo cierto es que las propuestas de resolución avanzadas por Esquerra para este debate supondrán un reto tanto para el PSC como para Junts, partido al que quieren obligar a definirse sobre el concierto económico para Cataluña pactado a cambio de la investidura del socialista. "Queremos una amplia mayoría a favor de la nueva financiación" que abarque desde el PSC hasta Junts, apuntan desde ERC. Los republicanos insisten así en la "incoherencia" de que un partido independentista "renuncie a mejoras como el nuevo sistema de financiación".
Más controvertida para el PSC será la votación de la propuesta anunciada por Esquerra en favor de la celebración de un referéndum de independencia. Una iniciativa que de presentarse en esos términos conducirá a la primera derrota parlamentaria de los postulados independentistas en una década, puesto que Junts, ERC y la CUP no suman ya diputados suficientes para que una propuesta de esta índole salga adelante.
Ni siquiera el concurso de los Comunes, que han coqueteado con la propuesta de un referéndum de autodeterminación, y la xenófoba Aliança Catalana, a la que tanto ERC como la CUP rechazan, permitiría alcanzar los 68 diputados. Hace un año, los tres partidos independentistas, entonces sí con mayoría, consiguieron acordar un texto en defensa del referéndum y la amnistía que sí se impuso.
"Ahora las mayorías son diferentes, pero nosotros seguimos siendo independentistas, si no se aprueba lo seguiremos defendiendo como lo hacíamos en años 80s y éramos tres diputados" apuntaba Vilalta. La cuestión, en este caso, es ver si Junts, ERC y la CUP son capaces todavía de votar juntos en favor de un referéndum pactado. Los antisistema abogan por la independencia unilateral y Junts sigue defendiendo la "confrontación" de modo que podría no haber acuerdo.
Oportunidad perdida por Pujol y Mas
Aunque la auténtica batalla se producirá, sin duda, en la defensa del nuevo modelo de financiación. En este punto Esquerra debería recibir el apoyo de PSC y los Comunes. Pero es altamente improbable que recabe los votos de Junts, partido que no ha dejado de cuestionar el acuerdo alcanzado con los socialistas. De hecho, su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, inició el curso político dando por seguro que la financiación pactada no es un "concierto económico ni nada que se le parezca" y que tampoco da a Cataluña ni "el poder" ni la "llave de la caja" para explicar el rechazo de Junts, por segunda vez, a la senda de déficit del Gobierno.
En este contexto, Vilalta reclamaba este lunes a sus ex socios de gobierno que "más allá de peleas se priorice el país". La portavoz republicana iba más allá, señalando a la antigua Convergencia, partido del que procede buena parte de la cúpula de Junts, con Puigdemont y Jordi Turull a la cabeza, como la responsable de que Cataluña no disponga de un concierto económico similar al del País Vasco y Navarra.
"No podemos volver a perder oportunidad histórica, la tercera" advertía la republicana, para quien Jordi Pujol "dejó escapar la oportunidad de tener un concierto económico" como el de las comunidades forales la Transición. La segunda oportunidad, añadía, se perdió con la reforma del Estatut aprobado en 2006 "cuando Artur Mas y Zapatero pactaron por la puerta de detrás descafeinar el sistema" de financiación acordado entonces.
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