No estaba previsto que Pedro Sánchez respondiera a preguntas este viernes tras ser recibido en audiencia con el papa Francisco. Pero la posible imputación de quien fuera su ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, a raíz de un demoledor informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, obligó al presidente a cambiar el paso. El jefe del Ejecutivo enfatizó desde Roma que actuó con "contundencia", "determinación" y "convicción" con él, prometió que no habrá "impunidad" y aclaró un hecho que le interpela: el viaje a España de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en enero de 2020. Sánchez reconoció que sí le informó Ábalos, pero agregó que era una "visita privada" y que en cuanto el Gobierno se dio cuenta de que estaba sometida a las sanciones de la Unión Europea y que, por tanto, no podía entrar en territorio Schengen, se le denegó la entrada. A partir de ahí, dijo serán otros —o sea, Ábalos— quienes deban responder de "supuestas prácticas delictivas".
El presidente puso todo el acento en el contraste entre la actitud de su Gobierno y el del PP. Por eso aseguró, en cuanto los periodistas le preguntaron tras su encuentro con el Papa, que su compromiso con la "regeneración democrática" es y será siempre firme. "Desde el Gobierno, en cuanto ha habido un mínimo atisbo de casos de corrupción, se ha actuado con contundencia, con determinación y con convicción", sostuvo. Recordó que, en cuanto estalló el caso Koldo, en febrero, la dirección pidió el acta a Ábalos y, como él se negó y se fue al Grupo Mixto para no perder su aforamiento, se le suspendió de militancia.
El Ejecutivo garantiza su "absoluta colaboración con la Justicia y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", algo que "en épocas pasadas no ocurrió", señaló Sánchez, aludiendo a la destrucción de ordenadores ordenada por el PP, caso por el fue absuelto finalmente por la Audiencia de Madrid.
Lo más importante en esa actuación es responder de forma determinada, colaborar con la Justicia, ser transparente por parte de un Gobierno limpio que no tiene nada que ver con esas practicas faltas de ejemplaridad y rayanas con la corrupción y también que no va a haber impunidad", asegura
"Respuesta inmediata", puso en valor el presidente, incluso frente a quienes le criticaron por no haber "respetado la lógica presunción de inocencia". "Quiero trasladar a la ciudadanía que lo más importante en esa actuación es responder de forma determinada, colaborar con la Justicia, ser transparente por parte de un Gobierno limpio que no tiene nada que ver con esas practicas faltas de ejemplaridad y rayanas con la corrupción [del pasado] y también que no va a haber impunidad", remarcó. Esta es la clave, incidió: "A diferencia de épocas pasadas, si hay casos de corrupción, no va a haber impunidad. Quien la haga, la paga".
La UCO apunta en su informe que Ábalos informó a Sánchez al final de un mensaje del "viaje privado" de Rodríguez a España. Lo hizo el 16 de enero de 2020, cuatro días antes de la llegada de la dirigente chavista al aeropuerto de Barajas. "Quiere verme discretamente —le escribió el exministro al presidente—. La gestión que acordamos con empresas españolas ha permitido que Duro Felguera cobre una deuda importante". Sánchez respondió con un simple "bien". Pero no eran esas las verdaderas razones del viaje, sostiene la UCO, porque no consta que la empresa cobrara una deuda del Gobierno de Caracas.
El exministro Ábalos me informó de esta visita privada de la vicepresidenta Delcy Rodríguez a España y cuando el Gobierno se percató de que había unas sanciones individuales [de la UE] a la vicepresidenta de Venezuela, efectivamente se canceló esa visita"
Sánchez ofreció su versión de lo ocurrido desde Roma a los periodistas, en línea con lo que adelantaron ayer fuentes de la Moncloa. "En relación con el viaje, o mejor dicho, con el no viaje de la vicepresidenta de Venezuela a España, la participación del Gobierno de España y la mía en particular sobre esta cuestión es la siguiente: las visitas privadas y oficiales de vicepresidentes del Gobierno o de ministros y ministras de múltiples gobiernos del extranjero son muy cotidianas y asiduas. A mí, efectivamente, el exministro Ábalos me informó de esta visita privada de la vicepresidenta Delcy Rodríguez a España y cuando el Gobierno de España se percató de que había unas sanciones individuales [de la UE] a la vicepresidenta de Venezuela, efectivamente se canceló esa visita".
Lo cierto es que el avión de Rodríguez sí aterrizó en España en la madrugada del domingo 19 al lunes 20 de enero de 2020, aunque ella no salió de la terminal de Barajas. En la Moncloa justificaban esa parada porque la tripulación necesitaba descansar. Sánchez vino a decir que lo que sucediera en el aeropuerto —Ábalos acudió allí con su asesor, Koldo García— ya no es su responsabilidad: "Cualquier otra cuestión que tenga que ver con supuestas prácticas delictivas, van a ser las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la Justicia quienes lo diriman y quien tendrá que responder [por ellas] serán precisamente aquellas personas involucradas". Lo que hizo el Gobierno es "actuar" cuando "se constató que había unas sanciones individuales" impuestas por la UE a Rodríguez. Una vicepresidenta que, recordó, sí acudió a la cumbre UE-CELAC de julio de 2023 en Bruselas. Este viernes, desde Barcelona, la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, señaló que solo hubo "única y exclusivamente", una "parada técnica" del avión en el que volaba Rodríguez, para "descanso" del personal. "No hubo ninguna reunión porque conocimos que existía esa sanción de la UE que le imposibilitaba pisar espacio Schengen".
En 2020, cuando estalló el Delcygate, no solo Ábalos ofrecía otra versión de los hechos. La Moncloa y el propio presidente decían otra cosa muy distinta. Defendían la actuación del entonces exministro para "evitar una crisis diplomática" con Venezuela, dado que ella no podía pisar suelo comunitario. El Gobierno dijo entonces que tuvo conocimiento del viaje de la dirigente chavista cuando ya había despegado del país caribeño. Sin embargo, el pantallazo del mensaje que Ábalos se intercambió con Sánchez prueba que este sí lo sabía días antes. Y el presidente lo ratificó este viernes.
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