Una borrasca negra se ha posado sobre la Guardia Civil en la semana que celebra su patrona. Las informaciones del caso Koldo sobre la participación de un comandante ha dejado tocado al Servicio de Información, la unidad de élite en la lucha contra la corrupción.
A Rubén Villalba, el mando que se relacionaba con la trama de las comisiones de las mascarillas, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita le otorga un rol importante. Se encargaba, presuntamente, de facilitar comunicaciones seguras. Su enlace principal es el perejil de todas las salsas corruptas en los últimos años: Víctor de Aldama.
El comandante recibía un sobresueldo de 2.000 euros al mes. A cambio, daba teléfonos móviles al conseguidor. Según sus propias palabras, hasta "tres o cuatro" en el mismo mes. Los terminales no superaban los 150 euros, y si se le añadía las recargas de saldo llegaba a los 200 euros por móvil.
Los investigadores han entrevistado a casi una decena de subordinados de Villalba en el Servicio de Información. El comandante los usaba para que le ingresaran dinero en efectivo en su cuenta, para llevar los teléfonos a la oficina de Aldama o incluso para hacer de chófer del asesor del exministro José Luis Ábalos, Koldo García, desde el barrio de Malasaña a la estación de Atocha.
La sensación que se extrae es que Villalba utilizaba el equipo de élite a su antojo, como un pequeño cortijo. Guardias civiles, de tenientes para arriba, haciendo recados para un superior enrolado en una trama de corrupción. "Estamos aguantando el chaparrón", afirma un agente compañero del comandante.
"Es una situación muy incómoda, pero estamos tranquilos", se reafirma. La pregunta entre los mandos de la Guardia Civil es hasta dónde ha llegado la infección. En los audios aportados en la causa, se escucha como Villalba departe con tres superiores, uno de ellos su jefe. Todos estaban enterados de su relación con Aldama. Fuentes jurídicas afirman que era colaborador de la unidad antiterrorista.
Todavía no se pueden explicar cómo una organización criminal ha podido adentrarse en uno de los equipos más respetados y preparados del Instituto Armado.
El exdirector, señalado
El exasesor del Ministerio de Transportes, Koldo García, le dijo al comandante de la Guardia Civil detenido en la operación Delorme, Rubén Villalba, que el anterior director del Instituto Armado, Leonardo Marcos, le informó de la investigación policial contra la trama.
Así se desprende del último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil aportado a la causa y consultado por El Independiente. El documento, de 87 páginas, trata sobre el papel de Villalba, destinado en octubre de 2023 pero con pasado en los Servicios de Información, en la organización que presuntamente cobró mordidas de contratos públicos de mascarillas durante la pandemia.
Según Villalba, el súperasesor del exministro José Luis Ábalos le preguntó en varias ocasiones si era la UCO quien los investigaba. Pero el 25 de enero, en una conversación por WhatsApp, fue el propio Koldo quien le confirmó este extremo y que fue el exdirector Leonardo Marcos quien le dio los detalles.
La UCO, en su informe, dice que no ha podido corroborar este extremo y que le llama la atención la "ligereza" con la que Koldo presumía de sus contactos. "Presumiblemente para darse cierta importancia".
AUGC denuncia
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha anunciado que denunciará al exdirector de la Guardia Civil Leonardo Marcos ante la posibilidad de que fuera la persona que protagonizó un chivatazo a Koldo García.
En un comunicado, la asociación ha señalado a Marcos por un presunto delito de infidelidad en la custodia de documentos y de la violación de secretos, motivo que les lleva a emprender "las acciones judiciales necesarias" para que "actos como estos no se repitan" y no dañen la reputación de la Guardia Civil y sus trabajadores.
Según AUGC, la situación en torno a este posible chivatazo es "aún más alarmante dado que, tras su destitución, Marcos fue asignado a un prestigioso puesto en la Embajada de España en Washington, donde recibe un salario superior a los 20.000 euros mensuales".
Leonardo Marcos dejó de ser director general de la Guardia Civil el pasado 17 de septiembre y el Gobierno recuperó para este alto cargo a Mercedes González, tras su breve periodo de tres meses al frente del Instituto Armado, interrumpido por su inclusión en la listas del PSOE para las elecciones generales del 23 de julio de 2023.
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