Rusia está librando una guerra imperialista en Ucrania y España ha dejado clara su posición desde el primer momento: Ucrania ha sido agredida en lo que supone una violación del derecho internacional. Pero esta guerra de Rusia es, como dice el periodista Marc Marginedas, "una guerra total con varios escenarios de guerra híbrida en el mundo". Es el choque entre quienes defienden un mundo basado en reglas y los que abogan por la fuerza bruta, entre los demócratas y los autócratas, entre los que creen en la libertad y en los que utilizan el miedo para seguir en el poder. En la Conferencia Internacional sobre la Invasión de Rusia a Ucrania y su impacto en Europa, organizada por Eurodefense Joven España y el Transnational Dialogue Center, ha quedado claro dónde se sitúan España y Ucrania. Y dónde está Rusia.

El embajador de Ucrania, Serhii Pohoreltsev, ha agradecido al gobierno de España "por condenar la agresión armada de Rusia, apoya la integridad territorial de Ucrania y aboga por aumentar las sanciones de la UE sobre Rusia. A su vez respalda las aspiraciones de integrarse en la UE y en la OTAN".

España en vanguardia en ayuda

Ha recordado cómo un grupo de forenses españoles viajó a Ucrania para investigar los crímenes cometidos por Rusia. En octubre de 20123 España destinó un millón de euros, y en junio tres millones adicionales para el desminado. En julio pasado destino 750.000 euros a las víctimas de la agresión rusa y se han inmovilizado los activos de 24 oligarcas rusos por valor de mil millones de euros.

Ha elogiado cómo España es uno de los mayores contribuyentes al Fondo Europeo de Paz para las necesitadas militares de Ucrania. "España ha sido el primer país de la UE en introducir un programa de protección temporal para refugiados ucranianos", ha dicho el embajador. Han llegado a nuestro país más de 250.000 ciudadanos ucranianos.

En España la percepción de la amenaza está condicionada por la historia de antiatlantismo y por la distancia geográfica. Sin embargo, hubo una oleada de apoyo en el primer momento, que Nacho Torreblanca, director del ECFR, subraya como una noticia sorprendente y positiva. "Contribuyó el hecho de que los dos principales partidos comparten una visión europeísta y atlantista". La excepción sería la extrema izquierda, y los titubeos de la ultraderecha.

La amenaza lejana

Para la profesora de la Universidad Pontificia Comillas Galyna Golovei la población española vive la guerra a gran distancia y no siente la amenaza. "Hay una acogida y una integración muy buena de los ucranianos pero es cierto que aún me sorprenden muchos estudiantes que no se imaginan lo que es la guerra que libramos en Ucrania frente a Rusia".

La geografía marca y así se aprecia al comparar la situación con países como Polonia, que hace frontera con Ucrania y con Bielorrusia, con un dictador como Aleksander Lukashenko, aliado de Putin. "En Polonia la población no tiene ninguna duda de que es necesario invertir en armamento y en defensa. Es la única manera de parar a Putin. Ha de entender que el coste de atacar a Polonia es muy alto y le conlleva más riesgos que beneficios", ha dicho Ana Alonso, periodista de El Independiente basada en la capital polaca.

Focos de la guerra híbrida

A juicio de Marc Marginedas, hay focos muy inquietantes que van más allá de Europa en esa guerra total que libra Rusia. Ha dado el ejemplo de Nicaragua, que Rusia ha convertido en un hub en la región, y México, uno de sus objetivos más preciados. "Rusia persigue provocar un conflicto de México con EEUU y usa la migración en esa región como ya hizo en 2020 y 2021 en la frontera de Bielorrusia y Polonia".

El objetivo no declarado de Rusia en Ucrania es impedir que sea una democracia como la polaca, ha apuntado Alonso. Y ha ido tan lejos porque no sentía que hubiera una amenaza real, según ha señalado Torreblanca. El relato sobre la expansión de la OTAN es así paradójico porque es precisamente porque no percibe que la OTAN vaya a ir más allá por lo que Putin invadió Ucrania.

Una paz aún sin definir

Nadie sabe cómo y cuándo llegará la paz, pero, según ha señalado Carlos Moreno Blanco, representante en el foro del Ministerio español de Exteriores, "España ayudará el tiempo que sea necesario y apoyará la paz que Ucrania quiera: ninguna negociación puede respaldarse sin Ucrania".

Según Gustavo Díaz Matey, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, "en Ucrania nos estamos jugando como europeos un Estado basado en normas que nos ha costado dos guerras mundiales. No podemos permitir que Ucrania pierda".