Cuando, a la vuelta de las vacaciones de verano, se anunció la convocatoria del 41º Congreso Federal del PSOE y se pintó el mapa de España para ver en qué territorios se barruntaba el conflicto, pocos en el partido podían adivinar que acabaría explotando en Cantabria. Justo allí. Una federación pequeña, de en torno a 3.000 militantes, y alineada desde 2017, indubitadamente, con Pedro Sánchez. Una federación discreta, que apenas llamaba la atención en el conjunto del PSOE, y que aunque nunca ha llegado a conquistar la alcaldía de la capital, Santander —siempre ha estado en democracia en manos de la derecha—, sí ha formado parte de los gobiernos regionales, la última vez desde 2015 a 2023, con el regionalista Miguel Ángel Revilla al frente. Allí, en Cantabria, ha saltado el conflicto interno entre sanchistas. Entre quien es el secretario autonómico desde 2017, Pablo Zuloaga (Santander, 1981) y el diputado nacional y miembro de la ejecutiva federal Pedro Casares (Santander, 1983). De momento, solo han librado un ajustadísimo primer asalto, pero lo que ya se da por seguro es que volverán a combatir en el duelo real y decisivo, las primarias por el liderazgo del partido en Cantabria, dentro de solo unas semanas.

El primer round, el que tuvo lugar este pasado domingo, ha arrojado el dibujo de una federación dividida por la mitad, al 50%. Algo que parecía impensable antes de que se abrieran las urnas. Pero ocurrió. Con polémica mediante. Lo que los militantes votaban era quién debía encabezar la lista de 19 delegados al 41º Congreso Federal del PSOE, que se celebrará en Sevilla del 29 de noviembre al 1 de diciembre. Tenían que elegir si debía liderar esa candidatura el propio Zuloaga o bien la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, una mujer muy próxima al diputado Casares.

Quien venció, por un 50,69%, fue la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, afín al diputado nacional Pedro Casares. Pablo Zuloaga, el barón regional, logró el 49,31%, pero impugnó una mesa

Quien venció fue ella, Herrán, por un estrechísimo 50,69% de los sufragios, por el 49,31% de la lista encabezada por el actual barón autonómico. Pero la cúpula regional lanzó un comunicado posteriormente en el que afirmaba que había ganado Zuloaga por un 50,05% a la espera de que se resolviera la impugnación en la agrupación de Cartes "por la participación de una persona no militante en la jornada de votación". Los contrarios señalan que la persona aludida sí es militante pero no aparecía en los listados y, en todo caso, no llegó por eso a emitir su voto. Si esa mesa de Cartes quedara fuera, el líder regional habría obtenido 970 papeletas, por las 968 de Herrán. Es decir, que la diferencia de ambos sería, como máximo, de 30 votos a favor de la regidora de Castro o de dos, como mínimo, a favor de Zuloaga.

La discrepancia tendrá que resolverla ya la comisión federal de ética y garantías, que preside el andaluz Rafa Román. El órgano inferior, la comisión regional, a la que recurrió Zuloaga, decidió en la tarde del lunes inhibirse y mandar el expediente a la federal y al comité organizador del 41º Congreso. Por el momento, Ferraz mantiene una prudente distancia, y reconoce los "resultados provisionales hasta que se resuelvan las posibles impugnaciones". Es decir, que la dirección de Sánchez da por buena la victoria de Herrán a falta de que la comisión federal de garantías emita su dictamen y proclame la lista ganadora. Los partidarios de la alcaldesa recuerdan que no se detectó ninguna incidencia en Cartes y que tendría que haberse impugnado la mesa en cuestión tras el escrutinio y que en cualquier caso, dado que la persona afectada no votó, no debería invalidarse el resultado de toda esa urna, que acabó en un 36-5 a favor de Herrán.

Ferraz mantiene una prudente distancia, y reconoce los "resultados provisionales hasta que se resuelvan las posibles impugnaciones"

Lo que sucedió el domingo fue una especie de primarias anticipadas. Porque no es frecuente, en absoluto, que compitan dos o más afiliados para encabezar una lista provincial de delegados al congreso del PSOE. De hecho, para este cónclave, solo se presentaron dos candidaturas en Cantabria, Huesca, Zaragoza, Segovia y La Gomera, pero como tras el registro cada aspirante tenía que presentar los avales —el 12% del censo respectivo—, al final solo hubo urnas en Cantabria y La Gomera, en este último caso por "dinámicas puramente locales", como indican en la dirección regional. Pero este era un paso de trámite, porque solo se trata de dilucidar quién lidera la lista de delegados al 41º Congreso, punto. Una pugna sin más recorrido orgánico. Salvo que se presentara, como ha ocurrido en la federación cántabra, como una suerte de primera vuelta de las primarias reales.

10 delegados los ganadores, 9 los perdedores

Los militantes así las tomaron. Por la alta participación, por encima del 70%, según reseñan en el sector de Herrán. La movilización fue clave en Santander, la agrupación más grande y de la que Casares es secretario general, y en Castro Urdiales, la tercera en número de afiliados. En la cúpula autonómica admiten que no vieron venir la ola a favor de su contrincante, y que lo que descabaló la balanza, que creían que caía de su lado, fueron básicamente esos dos municipios, que se alinearon de forma aplastante con Herrán. Torrelavega, la segunda agrupación más numerosa, sí está del lado de Zuloaga, igual que Santa Cruz de Bezana —localidad de la que fue alcalde—, Colindres, Suances o Laredo. La primera edil se impuso en Camargo (la cuarta más grande), Santoña, Astillero, San Vicente de la Barquera o Reocín.

En la cúpula regional admiten que no vieron venir la enorme movilización de la principal agrupación, Santander, y en Castro. La principal localidad para Zuloaga fue Torrelavega, la segunda asamblea

Cuando se pronuncien el tribunal interno del PSOE, se sabrá entonces de manera definitiva quién gana. El que venza llevará 10 delegados suyos al congreso de Sevilla y su contrincante, los nueve restantes. Un número de compromisarios total en Cantabria, 19, que palidece frente al que tienen otras federaciones más opulentas en militantes. Andalucía envía al cónclave 268 delegados. Solo Valencia o Sevilla, las dos primeras agrupaciones provinciales de toda España, elige a 62 y 57, respectivamente. Es decir, que el peso de Cantabria en el conjunto del 41º Congreso es muy menor. De ahí que llame la atención que el fuego se haya abierto allí tan pronto.

Pero, en el fondo, y como cuentan en la federación, tampoco era tan sorprendente visto desde dentro. Zuloaga y Casares unieron fuerzas en el cónclave regional de 2017. El primero ganó a la entonces vicepresidenta regional y baronesa autonómica, Eva Díaz Tezanos —una mujer muy próxima al ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, igual que su antecesora en el cargo, Lola Gorostiaga— por solo 166 papeletas. Pero las relaciones entre los dos dirigentes se fueron agrietando.

El desencuentro entre los dos dirigentes, que pelearon juntos contra la rubalcabista Díaz Tezanos en 2017, se produjo a partir de 2021. Los contrarios al líder regional dicen que el partido está "adormecido"

El punto de inflexión, aseguran en el entorno de Casares, se produjo en 2021, cuando se comenzó a palpar que el liderazgo de Zuloaga era "muy pobre, muy personalista, muy veleta, con poca profundidad". En aquel momento, siguen, le pidieron que diera el paso para enfrentarse a él pero consideró que "no era el momento", porque estaba muy reciente la batalla contra Díaz Tezanos. Los críticos se aglutinaron en torno a la candidatura de la exportavoz en Santander Judith Pérez Ezquerra, que obtuvo un 20,84% frente al 75,42% de Zuloaga. Un mes más tarde, ya en el cónclave regional, el líder autonómico sacó adelante su ejecutiva con el 63% de los votos. Con menos margen sobre su rival.

En el círculo de Casares acusan a su rival de haber "construido el relato de que tenía la federación unida en torno a él, cuando la realidad no dice eso". Y el PSOE de Cantabria, estiman, estaba "adormecido", de ahí que el diputado nacional, secretario de Política Económica y Transformación Digital de la ejecutiva de Sánchez, decidiera lanzar ya su órdago con Herrán como candidata. "Si esperábamos, Pablo quizá convocaba el congreso regional con poco margen y no podíamos dar a conocer nuestra propuesta. Y los resultados —continúan— nos dan la razón: esto ha servido de revulsivo y la militancia ha demostrado que tiene ganas de participar en un proceso que, en efecto, no va a ningún lado". Porque la batalla decisiva es la que se dará en unas semanas. Casares aún no ha desvelado si competirá directamente contra Zuloaga, por "respeto" al proceso federal, ya que Ferraz pidió a los territorios que se centraran primero en la cita de Sevilla, sin anticipar las contiendas regionales, que ya vendrán y que explotarán seguramente en más puntos del país. Lo que es seguro es que en Cantabria también. El congreso autonómico aún no tiene fecha.

Quién atiza la "división"

Zuloaga, en declaraciones a los medios este lunes, reconoció la "división" existente en el PSOE de Cantabria. Pero acusó de esa ruptura a su rival, a Casares: "Quien pretendía dividir el partido lo ha hecho y quienes tenían intereses personales para dividir el partido lo han conseguido. Este era el momento de la unidad, de defender al PSOE, al Gobierno de Pedro Sánchez ante el acoso desmedido de la derecha. Aquellos que han pretendido dividir al PSOE de Cantabria en un escenario de polarización como el que existe y han jugado a hacer el caldo gordo a la derecha saben que en el fondo y en la forma se equivocan". El barón regional defendió su trabajo al frente de la federación y sus resultados, que han permitido crecer al partido en la región "un 33%", y también recalcó su "responsabilidad" en este proceso. Herrán, por su parte, defendió la votación del domingo y pidió respetar "el lenguaje de las urnas".

Zuloaga reprocha a Casares que haya puesto por delante sus intereses personales cuando era este "el momento de la unidad", y no de "hacer el caldo gordo a la derecha". Hay que respetar "el lenguaje de las urnas", advierte Herrán por su parte

Zuloaga no citó a Casares, pero sí lo hace su entorno. Le acusan de estimular la ruptura interna, de ser él el "único responsable" de que la federación viva un cisma total. Apuntan que lo hace para "continuar siendo diputado en Madrid", ya que dan por hecho que no continuará en la ejecutiva de Sánchez, aunque hasta el momento no se conoce ni el diseño ni los rostros de la nueva cúpula que el presidente del Gobierno tiene en su cabeza. En la dirección regional también reprochan a Casares que haya "manoseado" el nombre de Sánchez "en cada comentario, conversación con los militantes y entrevistas". "Pero todos somos de Pedro, de eso no hay duda. Lo que ocurre es que mientras Pablo trabajaba por el conjunto del PSOE de Cantabria sumando votos y apoyos, Casares perdió [en las municipales de Santander, en 2019] y salió pitando para Madrid, perdiendo en la repetición de las generales de aquel año [las de noviembre] después de haberlas ganado [en abril de 2019], y liderando un PSOE en Santander como secretario general que ha perdido concejales, votos y con un PP de mayoría absoluta", esgrimen en el círculo de confianza de Zuloaga.

En la otra trinchera, insisten en que Casares no divide un partido que "ya no estaba unido" y recalcan que el voto de los militantes "no rompe nada". "Pedro está tranquilo y cómodo en Madrid como diputado. Si ahora se ha movido es por responsabilidad, porque la gente le dice que el partido no puede seguir así". Y recuerdan que se presentó como candidato a la alcaldía de Santander en 2015 y 2019, sin poder gobernar, y solo fue tras esta segunda derrota cuando dio el salto al Congreso de los Diputados. Diferencias políticas entre ambos apenas se aprecian. El líder autonómico (y exvicepresidente de Revilla) ha orbitado siempre en torno a Sánchez, igual que Casares. En los últimos meses solo se ha permitido una pequeña discrepancia, cuando aconsejó la reunión del consejo político federal del PSOE para abordar la financiación singular de Cataluña. Pero no fue más allá.

El apoyo de Díaz Tezanos y Gorostiaga

En la victoria (ajustada) —y hasta que hable la comisión federal de ética y garantías— ha influido también el apoyo de figuras históricas de la federación, como las ex secretarias generales Eva Díaz Tezanos y Lola Gorostiaga, identificadas con el rubalcabismo, desde siempre muy potente en Cantabria, porque de allí era el exvicepresidente del Gobierno y donde ejercía una gran influencia. Ambas no se han manifestado públicamente, pero tanto dirigentes próximos al ya fallecido Rubalcaba como en el sector de Casares admiten que ambas le respaldan. "Tiempo habrá de que hablen, queda por delante el congreso regional. Lo importante es que se han reconstruido puentes con mucha gente. Y muchos pueden cambiar ahora", indican. Para la cúpula regional, lo que muestra ese apoyo es el aval de "la vieja guardia del PSOE de Cantabria".

Solo se produjo otra votación este domingo: fue en La Gomera. En Ferraz no se inclinan por ningún candidato en Cantabria: "Los dos son buenos"

En Ferraz, mientras, intenta no implicarse en la guerra. No anticipa el pronunciamiento de la comisión federal de garantías, ni se moja por ninguno de los dos rivales, Zuloaga y Casares. "Los dos son buenos", indican en el aparato. En el cuartel general piden naturalizar lo ocurrido, porque es "histórica" la división por la mitad de la federación cántabra. Es decir, que esa fractura no es nueva, solo que ahora ha estallado con fuerza. Y añaden que no es representativa del ambiente general. Como no puede ser "significativa", apuntan, la pugna en La Gomera, que por cierto ganó el domingo 42 a 39 votos el consejero insular José María Morales frente a la exdiputada regional Ventura del Carmen Rodríguez. En la isla canaria solo estaba en liza un único delegado del total de 1.099 que viajarán hasta Sevilla para el 41º Congreso.

Vistos los datos tan ajustadísimos del domingo en Cantabria, cabe presumir que la disputa en las primarias por el liderazgo regional del partido será durísima e igualmente apretada. Se da por hecho que Zuloaga irá a la guerra. Y enfrente todo indica que tendrá, esta vez sí, a Casares. Su antiguo compañero de batallas será seguramente su adversario interno en una federación poco acostumbrada a los titulares en los medios nacionales.