El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) revisa este martes la querella que Begoña Gómez interpuso contra el juez Juan Carlos Peinado que la mantiene imputada por delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios privados. La mujer de Pedro Sánchez busca apartar al magistrado porque dice que ha prevaricado y ha cometido un delito al revelar secretos de su causa. Esta es la última bala de las que se han lanzado desde La Moncloa para evitar que Peinado siga instruyendo.

Primero fue el presidente del Gobierno y luego, con unos días de diferencia, la propia Gómez denunciaron a Peinado alegando distintos motivos. Él se quejaba de que el juez le hubiera obligado a declarar de forma presencial, cuando con su condición de jefe del Ejecutivo la ley contempla que podía hacerlo por escrito. Le acusaba de tomar decisiones injustas a sabiendas (prevaricar). Sin embargo, la Sala de lo Civil y de lo Penal fue contundente con la respuesta e inadmitió de plano la querella que había presentado la Abogacía del Estado. Con argumentos como que el presidente era también individuo y marido, que tenía varias condiciones en uno y que, por tanto, esta vez su declaración era más bien en condición de cónyuge.

Un varapalo para uno de los dos miembros de la pareja, que puede anticipar algo de lo que ocurrirá este martes. Y más, sabiendo que de las dos querellas, aquella era la que apoyaba la Fiscalía. El Ministerio Público pidió admitir la de Sánchez e inadmitir la de Begoña Gómez porque, aunque reconocía que la instrucción estaba siendo un poco sui generis ella tiene los resortes internos para quejarse de las decisiones del juez. A través de recursos.

No obstante, distintas fuentes judiciales veían más visos de prosperar a la querella de Gómez especialmente en la parte de revelación de secretos: porque él entregó a las partes del procedimiento alguna documentación cuando éste estaba todavía bajo secreto reforzado. Ocurre que tras el pronunciamiento de la Fiscalía, que no da pie a la admisión, ahora estas fuentes dudan de que vaya a prosperar el intento de Gómez de admitir que Peinado ha cometido un delito.

La simple admisión a trámite, sin necesidad siquiera de llegar a juicio, implicaría apartarlo de su investigación. Pero, por el contrario, si el TSJM rechaza todo, Peinado podrá volver a dar un impulso a la causa para perfilar las diligencias que le quedan como, por ejemplo, aclarar el asunto del software de la Universidad Complutense.