La ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, ya ha iniciado el proceso para convertirse en la próxima Comisaria de Transición Limpia y Justa en el ejecutivo europeo que capitaneará Ursula von der Leyen. Por ello, ha tenido que responder a varias cuestiones planteadas por comisiones parlamentarias de las que ostentará competencias y ha asegurado que desarrollará “un Plan de Acción sobre precios asequibles de la energía para empresas y hogares” para lograr una transición energética sostenible.

En sus respuestas, Ribera toma nota de lo expresado por el ex primer ministro italiano Mario Draghi en su informe sobre competitividad europea. Subrayan ambos que la transición ecológica tiene que ser un motor de crecimiento para el Viejo Continente. Pero coinciden en que serán necesarias inversiones por parte del sector público y también del sector privado para lograr sustituir las energías fósiles por opciones renovables. Además, se compromete a frenar la importación de energías fósiles procedentes de Rusia.

La futura comisaria abre la puerta a una revisión de la fiscalidad de las energías limpias en ese plan de acción y también hace referencia a la eliminación de las bonificaciones para energías fósiles. “La eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles es esencial para este objetivo, así como el aumento de la eficiencia”, expresa Ribera.

Pese a este plan y al impulso de la financiación que pueda suponer el apoyo económico del presupuesto europeo, Ribera reconoce que el mayor esfuerzo se espera por parte del sector privado. “La financiación privada cubrirá y debería cubrir la mayoría de las necesidades”, resume.

Para conseguir que la inversión privada en la descarbonización sea suficiente, Ribera plantea tres objetivos. El primero es el de profundizar en los mercados de capitales privados, tal y como sugieren los informes Letta y Draghi; el segundo hace referencia a ampliar la financiación sostenible, especialmente la financiación de la transición, y por último, garantizar la financiación de las inversiones en descarbonización. “Los fondos públicos deberían incentivar las inversiones privadas para satisfacer las necesidades sustanciales de las industrias europeas”, añade.

“De ser confirmado, mi mandato se centrará en combinar competitividad y descarbonización para convertir la transición limpia en fuente de crecimiento y prosperidad para la UE”, afirma la candidata a comisaria propuesta por el Gobierno.

Preguntada por la energía nuclear, Ribera defiende que "con respecto a la energía nuclear de bajas emisiones, es bien conocido que la Comisión lanzó en febrero de 2024 una alianza industrial para facilitar la cooperación de los actores de mercado a nivel de la UE" con el objetivo de "acelerar el despliegue de pequeños reactores modulares y garantizar una sólida cadena de suministro, incluida una fuerza laboral cualificada".

"Esto aumentará la capacidad de producción e innovación de la UE para acelerar el despliegue de los primeros proyectos de SMR en la UE para principios de 2030 bajo los más elevados estándares de seguridad nuclear, gestión de residuos, sostenibilidad medioambiental y competitividad industrial", añade la candidata a comisaria.

Ayudas de estado

Además de impulsar la transición ecológica, entre las responsabilidades de Ribera también está la de crear un nuevo marco de ayudas de estado, que garantice el mercado único y no cree desequilibrios entre países con mayor músculo fiscal y aquellos con capacidades más limitadas. En este sentido, la candidata responde a las cuestiones planteadas asegurando que  desarrollará “un nuevo marco de ayudas estatales que permita a los Estados miembros conceder ayudas estatales de forma rápida y eficaz, evitando al mismo tiempo el exceso de compensación, la exclusión de la financiación privada y otras distorsiones indebidas de la competencia en el mercado único”.

Para lograr este objetivo, Ribera considera necesaria una simplificación del sistema de ayudas de estado. Justifica que la Unión Europea no se puede permitir “retrasar el apoyo público a la transición energética o a las medidas para descarbonizar la industria europea y permitir sucompetitividad”.

Regular la competencia sin afectar a los precios

Dentro de las competencias de Ribera también está la de regular las fusiones y adquisiciones dentro del territorio comunitario. Todo esto en un escenario en el que la UE tiene que afianzar sus compañías para competir contra gigantes en Estados Unidos y en China. La hasta ahora ministra del Gobierno de España reconoce el trabajo hecho por la anterior Comisión pero incluye un punto de vista más próximo al consumidor y a la capacidad de estos a acceder a determinados productos y servicios.

En esta línea, Ribera considera que la política de competencia puede tener influencia en los precios. “Aunque la aplicación de la política de competencia no es como tal una herramienta antiinflacionista y no puede hacer frente directamente a los motores de la inflación, como la escasez o los picos de demanda, sí puede garantizar que los operadores del mercado no aprovechen las situaciones de shock para subir los precios por encima de los niveles competitivos o para mantenerlos artificialmente altos cuando las circunstancias del mercado vuelven a la normalidad y los precios deberían haber vuelto a bajar. Al fomentar unos mercados competitivos y contestables, la política de competencia de la UE puede contribuir a evitar subidas de precios o facilitar su bajada”, resume.

Teresa Ribera se someterá a la audiencia de las comisiones de Economía, la de Medio Ambiente y Salud Pública y la de Industria, Investigación y Energía. Además, acudirán como comisiones invitadas -sin potestad de plantear preguntas, salvo sus presidentes- la de Mercado Interior, la de Empleo, la de Transporte, la de Agricultura y la de Desarrollo Regional. Deberá responder a sus cuestiones el próximo 12 de noviembre.