El martes por la noche, William Joffre Alcívar Bautista y su hermano Álex Iván se fueron a dormir a altas horas de la madrugada, como siempre. Eran cerca de las 5 de la mañana. Apagaron las luces y se metieron en la cama de un chalet de Tarragona. No podían esperar que minutos después la Guardia Civil y la Policía de Ecuador les detuviese con un gran despliegue de agentes.

Los dos conformaban la cúspide de Los Tiguerones, considerado el peor grupo terrorista ecuatoriano. Fue la organización que en enero de este año tomó por la fuerza una televisión de su país. Querían forzar al Gobierno a liberar a los presos de su banda detenidos. Ellos llevaban dos años huidos de Ecuador. La Guardia Civil cree que siempre estuvieron en la provincia catalana. Desde allí planificaron y mandaron ejecutar la toma del canal televisivo.

La detención de los Tiguerones no fue fácil. Primero porque los enlaces policiales ecuatorianos no tenían muchos datos. El Servicio de Información de la Benemérita tuvo que jugar con lo que les habían dado, unido a sus medios propios, para localizarlos. La zona donde estaban escondidos, una urbanización de chalets, no favorecía que alguien los reconociese. "Los vecinos no tenían por qué saber que estaban ahí", apunta una fuente policial.

Vigilancias y seguimientos

Los investigadores desplegaron durante días un operativo de vigilancia y seguimientos. "Tenían una vida desordenada, sin rutina. Sus movimientos eran impredecibles". Todo esto dificultaba elegir el momento para ponerle los grilletes. Además, en la vivienda no estaban solos. Convivían con otros dos hombres que hacían de guardaespaldas. Hacían contravigilancias y "lo mordían todo", como se dice en el argot policial. También había una mujer y una niña menor de edad.

Detectaron un patrón: siempre se acostaban tarde, pasadas las cuatro de la mañana. Por eso aprovecharon cuando cayeron las luces de la casa para empezar la operación.

Para este tipo de trabajos, la Guardia Civil suele utilizar los Grupos de Acción Rápida (GAR). Pero esto era diferente. "Nuestros colegas ecuatorianos nos habían avisado de lo peligrosos que son". Además de la toma de la televisión, Ecuador les vincula con 250 asesinatos en los últimos seis meses. Por eso se decidió emplear a la Unidad Especial de Intervención (UEI), una unidad de élite similar a los GEOS en la Policía Nacional.

Si la localización fue complicada, la entrada y detención no fueron menos. "En operativos así, desde que entramos hasta que damos el controlado suelen pasar cinco o seis minutos. Aquí fueron algo más de 25", explican fuentes cercanas a la investigación. Los hermanos Tiguerones se resistieron. Uno incluso utilizó a la menor que había en la vivienda como rehén. Los agentes emplearon los métodos de fuerza precisos, pero que no suponían poner en riesgo la vida de nadie. Incluso se utilizó un arma no letal.

Registro

Una vez controlada la situación, los agentes procedieron al registro de la vivienda. No encontraron armas ni drogas, pero sí que "habían hecho acopio de mucho dinero y joyas". Los investigadores creen que les surtían de efectivo desde Ecuador por ser los cabecillas de la organización.

En España los hermanos vivían a todo trapo. "Llevaban una vida de mucho lujo, un nivel muy alto". Prueba de ello es que por Tarragona se movían en coches de alta gama. La Guardia Civil se incautó de un BMW y un Mercedes.

La noticia de la detención ha sido todo un acontecimiento en Ecuador. La ministra del Interior, Mónica Palencia, hizo alusión a la operación de la Benemérita en el parlamento de su país.

Un decreto presidencial de Ecuador considera a Los Tiguerones organización terrorista. Se les atribuye el asalto a la televisión, el asesinato del fiscal y numerosas extorsiones a empresarios. La organización es una escisión -dicen las fuentes- de la organización Los Choneros, que ha perdido poder en Ecuador. Controlan la provincia de Esmeralda y tienen conexiones con los principales carteles del narcotráfico de México.