Los socialistas confían en su socio de coalición, Sumar, creen que está haciendo lo correcto en su gestión del caso Errejón. Pero al mismo tiempo sienten la presión por un escándalo que mancha una de las banderas más preciadas del Gobierno de coalición, la del feminismo. Por eso meten presión a la formación de Yolanda Díaz para que siga adoptando decisiones. Y aunque esperan, ansían, que la vicepresidenta quede salvada, tampoco quieren quemarse más de la cuenta por ella. Porque ella es la que tiene que dar explicaciones sobre qué sabía y qué no de las conductas machistas de Íñigo Errejón, a quien ella nombró portavoz parlamentario a principios de este año. Ella es la que este lunes por la tarde dará la cara por primera vez desde que eclosionó la crisis, tras reunirse con su grupo en el Congreso.
Díaz tendrá que responder, para empezar, a unas declaraciones de Podemos que le dejan en una posición más complicada. Pablo Fernández, coportavoz de la formación morada, aseguró este lunes que en junio de 2023 su partido informó a la vicepresidenta segunda de la denuncia de una mujer contra Errejón por tocamientos no consentidos en un festival de Castellón, denuncia que se hizo pública por redes sociales. "Lo único que hicimos fue comunicárselo a la persona que entendíamos que podía hacer algo al respecto, que era Yolanda Díaz, la persona que lideraba Sumar y estaba en la confección de las listas electorales de Sumar". Fernández no dio detalles de cuál fue la respuesta de Díaz.
Sumar tiene que abrir un periodo de reflexión interna y en el que entiendo que asumirán las responsabilidades que tengan que hacer", asegura la portavoz de la ejecutiva federal
A la portavoz de la ejecutiva de Pedro Sánchez, Esther Peña, se le preguntó si el PSOE mantiene su confianza plena en la vicepresidenta, en que ella no sabía "nada" de los comportamientos machistas —y presuntamente delictivos— de Errejón. La dirigente no fue rotunda. Es Sumar quien tiene que "abrir un periodo de reflexión interna", sostuvo. "Un periodo de reflexión interna y en el que entiendo que asumirán las responsabilidades que tengan que hacer. No seré yo la que me ponga en el lugar de la señora Díaz, porque es ella misma la que esta tarde tiene que hacer las declaraciones pertinentes", señaló Peña, evitando prestar, por tanto, ese respaldo incondicional a la fundadora del espacio. La portavoz recordó que el PSOE estará "siempre" del lado de las víctimas, trabajando para que haya una legislación y "herramientas útiles para que el silencio se acabe", para que aflore la violencia de género.
Fuentes de la cúpula socialista explicaban que lo que está operando, lógicamente, es "lealtad al socio de gobierno". De ahí el apoyo a Sumar y a Díaz que el presidente proclamó desde el primer minuto y que ayer domingo reiteró a los periodistas en conversación informal antes de volar hacia la India en viaje oficial. "Queremos creer" la versión de la vicepresidenta, indicaban, "pero vamos a ver lo que ella dice esta tarde". Gobierno y PSOE, pues, intentan apuntalar a Díaz, tratar de sostenerla, pero a la vez le animan a que tome más decisiones. Y son conscientes de que la evolución del caso dirá si la titular de Trabajo queda afectada o se salva.
Lo que está operando, indican desde la dirección socialista, es la "lealtad del socio de gobierno". El PSOE cree a Díaz pero está a la espera de que ella aclare los extremos y la acusación de Podemos
La rueda de prensa en Ferraz de Peña fue un constante juego de equilibrios. Con ese doble mensaje. Primero aseveró, como había hecho ayer la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que Sumar está haciendo "lo que tiene que hacer", "haciendo bien sus deberes de respuesta", pero a la vez insistió en que "debe abrir un proceso de reflexión para ver qué ha podido fallar. "Sumar está tomando las decisiones que tocan, y estoy segura de que lo seguirán haciendo, siempre mirando por las víctimas", mantuvo, para contrastarlo con la actitud del PP, a quien recordó que "gobernar con partidos ultras o abiertamente machistas no ayuda", como tampoco "ayuda" eliminar puntos violeta o aupar a cargos instituciones a agresores condenados, como el diputado de Vox Carlos Flores.
La portavoz recordó que el PSOE dispone de un protocolo antiacoso, disponible fácilmente a través de la web —y que se puede localizar sin problemas desde Google, resaltó—, aprobado en 2021 y que "funciona". De hecho, subrayó que el partido en Extremadura ya se ha puesto en contacto con una mujer que denunció una presunta violencia sexual de un político del PSOE de Badajoz en un acto en 2019 y le ha ofrecido estar a su lado y esclarecer lo ocurrido. Peña hizo hincapié en que el PSOE es y será una organización "profundamente feminista" que seguirá trabajando por las mujeres y sus derechos y poniendo "más controles" allá donde sea necesario. El protocolo antiacoso se revisará, anticipó ayer Redondo, en el 41º Congreso del partido, que se celebrará dentro de un mes en Sevilla. La portavoz miró este lunes hacia el PP, porque su protocolo no es accesible ni se lo ha mostrado a los periodistas que lo han demandado. "Sería grave y preocupante" que no lo tuvieran, avisó.
Peña asegura que no preocupa tanto al PSOE el impacto en su coalición sino el hecho de que el "machismo recalcitrante" sigue ahí
Peña apuntó que el caso de Errejón preocupa al PSOE no tanto por su impacto en la alianza de gobierno, sino por el hecho de que el "machismo recalcitrante sigue ahí", porque es un "mazazo" que continúe campando también en la política, pero la medicina debe ser la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ofrecer protocolos antiacoso para que las víctimas puedan denunciar de forma segura y poner el foco en "arroparlas".
La portavoz mostró de nuevo la "solidaridad" del PSOE con todas las víctimas de violencia sexual y su "desprecio" a las campañas que contra ellas se han dirigido en redes sociales desde una "ultraderecha crecida y echada al monte". Animó a las víctimas a "denunciar más" y recordó que no hay un "perfil" de agresor. Frente a la carta autojustificativa que blandió Errejón el jueves pasado para anunciar su marcha de la política, Peña recalcó que la política no es un espacio "tóxico". "Tóxicos son los machistas. El machismo no es de izquierdas ni de derechas, es machismo", acabó.
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