Primera rueda de prensa en el Congreso de los Diputados sin portavoz parlamentario titular tras la salida abrupta de Íñigo Errejón tras varias denuncias anónimas y públicas de acoso sexual. El encargado de afrontar la reunión de la junta de portavoces así como la comparecencia parlamentaria posterior fue el diputado por Alicante y número dos del grupo como secretario general, Txema Guijarro. Éste apuntó a una reunión del Dirección Colegiada, que coordina temporalmente la transición política del Movimiento Sumar y de la que es una de las cuatro partes, para el próximo 9 de noviembre. Una cita en la que se evaluará si se decide aplazar la Asamblea del partido, fijada para los días 14 y 15 de diciembre. De aceptarse, supondría una nueva prórroga tras barajarse previamente una fecha para principios de otoño.

"Estamos pendientes de una reunión del grupo coordinador", avanzó Guijarro, quien admitió que a su juicio "los tiempos tendrán que ser replanteados" después de "haber perdido a la cabeza política" encargada de la ponencia política que tenía previsto presentarse y votarse en esa convención. Errejón, por tanto, era el encargado de expresar textualmente los principios y objetivos defendidos por el partido. Y eso, admiten fuentes de Sumar, ha quedado ahora en papel mojado. Se apunta a la necesidad de reformulación del mismo. Aunque fuentes del partido indican que ese es uno de los problemas menores que deberá afrontar el partido. Otro es el relevo de Yolanda Díaz al frente de las competencias orgánicas de la estructura.

Antes de ese día 9 de noviembre, y de la sustitución a nivel orgánico, Sumar y sus socios deberán resolver el relevo de Errejón al frente de la portavocía. Aunque los nombres de Aina Vidal, de los comunes, y de Verónica Martínez Barbero, de Sumar, son los más potentes, habría reticencias de ellas mismas para asumir esas responsabilidades, según ha podido saber este medio. Según el acuerdo de coalición, los magentas serían los encargados de elegir a ese representante, mientras que las portavocías adjuntas se negociarían. Pese a todo, hay disposición de consenso con otros grupos. Lo reclaman formaciones como IU. Y la tesis de que será una mujer no hace más que adquirir fuerza.

Aún no se ha llegado a ningún acuerdo, se recalca. Aunque sí se deja constancia de que "hay cuadros de sobra para cubrir esa plaza". Pronto darán noticias, prometen, insistiendo en que el perfil femenino "sería bueno". Las negociaciones siguen abiertas con los grupos. En ellas también se abordará una reorganización interna del grupo, que es la que piden socios como IU o Compromís. "Llevamos ya tiempo viendo cómo" hacerlo, dijo Guijarro aludiendo a las conversaciones orgánicas de la formación de cara a diciembre. "Es evidente que se va a tener que producir" también dentro del Congreso, y hay "sintonía sobre la necesidad de alcanzar acuerdos". Sin aludir a detalles, como si se afectará a comisiones o a la propia Mesa del Congreso. "De lo que se trata es que todos tengan su canal de conexión con el grupo para que sea más sensible. Yo creo que es una vieja aspiración de no solo el grupo, sino de la izquierda", amplió Guijarro.

Errejón, una "bomba nuclear"

Nadie en el grupo parlamentario a logrado localizar a Errejón tras su carta del jueves. Más allá de algún mensaje por teléfono en el que aplazaba peticiones de explicaciones. Es el caso de Guijarro, quien ha afirmado que mantuvo el mismo jueves conversaciones cotidianas con él por su condición de portavoz y secretario general, para ver la agenda. Minutos antes de que publicase su carta por redes. "Al terminar me fui a comer y vi el tuit. Luego le escribí y no he podido hablar con él, sigo en shock", comentó el dos de Sumar en el Congreso. Por entonces ya había una investigación en marcha internamente, y Díaz ya había pedido a Errejón por teléfono que abandonase sus cargos. A Àgueda Micó, de Compromís, le instó a hablar más adelante con un "ya te contaré". No ha obtenido más respuesta, dijo la portavoz adjunta de Sumar esta misma mañana.

Preguntado sobre si esta cuestión afecta a la estabilidad de la legislatura, considera que sí. "Afecta a toda la izquierda, al país. Es una bomba nuclear". "El Gobierno depende en gran parte de lo que hagamos, y nos obliga a estar a la altura. Al igual que Díaz en su comparecencia de este lunes por la tarde en el Congreso, Guijarro apunta al trabajo parlamentario como antídoto. "Sabemos que todos estamos en el mismo barco y que defendemos las mismas políticas", dijo.