Los meteorólogos llevaban días avisando de la llegada de una DANA, y se esperaba virulenta. Veían venir desde lejos un episodio meteorológico tan fuerte como este porque el Mediterráneo ha alcanzado niveles nunca vistos de temperatura, y es precisamente este factor, el calor acumulado en el mar, lo que alimenta la fuerza de estos fenómenos. Pero pese a todo, no han faltado críticas a la Agencia Española Meteorología (Aemet) acusándola de imprecisión y de no haber avisado de la magnitud de las lluvias. Esta es la crónica de una DANA ignorada, en la que falló que la información llegara a la población.

"El pronóstico meteorológico se ha cumplido perfectamente. Desde hace una semana avisábamos que podría ser un episodio muy adverso y extremo, porque se daban todas las circunstancias. Y en las 48 horas previas los modelos de alta resolución señalaban que en algunas zonas de Valencia, precisamente las que han sido más afectadas, podrían caer más de 300 o 400 litros en menos de 24 horas, así como los grandes diluvios que también se han registrado en Letur y en otras zonas del sur y del este. Parecía que podía ser un episodio extraordinario e histórico, y desgraciadamente ha sido así", explica Samuel Biener, meteorólogo de Meteored.

"La semana pasada puse un mensaje en Twitter sobre que el escenario más probable era que esta semana tuviéramos un escenario de gota fría. Usé gota fría porque precisamente es un término que lo entiende todo el mundo, aunque no se usa en el ámbito científico", cuenta José Ángel Núñez, portavoz de Aemet de Valencia que también gestiona la cuenta de la red social de la sede valenciana de la agencia meteorológica, que se remite a esa cuenta donde queda reflejada la información compartida advirtiendo que la predicción avanzaba importantes lluvias. 

Lo cierto es que la primera previsión de la DANA por parte de Aemet se realizó el 20 de octubre. A lo largo de los siguientes días la agencia informó del pronóstico en sus redes sociales y publicó una nota informativa y un primer aviso especial por lluvias torrenciales el domingo. A última hora del lunes emitió alertas rojas y naranjas en la Comunidad Valenciana. El martes por la mañana volvieron a emitir la alerta naranja, y dos horas después toda la provincia de Valencia estaba bajo aviso rojo y su portavoz, Rubén del Campo, envió un vídeo con las previsiones y recomendaciones para evitar zonas como barrancos y ramblas. Avisos de los que nos hicimos eco en este diario

En opinión de Biener los avisos que dio Aemet fueron "correctos", a pesar de que en un primer momento la mayoría fueron naranjas porque estos ya sugieren "cierta importancia" e indican que la DANA puede provocar "grandes impactos en la población". "Lo que no estaba tan claro era la zona en la que se iban a superar los umbrales de aviso rojo. Quizás se esperó demasiado para activarlo debido a la incertidumbre, porque se podría haber emitido antes para una demarcación más amplia, o incluso para toda la provincia de Valencia. Pero la población estaba prevenida. De no haber actuado así probablemente hablaríamos de una catástrofe aún mayor", relata.

 Vista general de la CV-30 cortada por las intensas lluvias.
Vista general de la CV-30 cortada por las intensas lluvias. | EFE/Biel Aliño

La Aemet avisa. ¿Y luego?

Ernesto Rodríguez Camino, Meteorólogo Superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española, también escusa a la agencia estatal. "Los avisos que da la Aemet se refieren a precipitación, que es su responsabilidad. Pero si luego esa precipitación tiene efectos más o menos destructivos, depende también de la orografía, de precipitación aguas arriba, de obras públicas, de dónde están asentados los municipios, de si hay obstáculos o no hay obstáculos... Todo eso ya es algo muy particular. Entre precipitaciones intensas y su poder destructivo, hay toda una cadena de acciones que también hay que considerar", asegura en declaraciones a Science Media Centre.  

Aún así, Biener apunta que se han cometido algunos fallos: "Es verdad que la forma de gestionar esta situación por parte del 112 valenciano podría haber sido diferente. De hecho, en 2019 -cuando otra DANA azotó Murcia y Alicante- fue bastante más correcta, advirtiendo con más antelación a la población. Pero el problema de estas situaciones siempre es el mismo, hasta pocas horas antes no sabes exactamente dónde va a caer el grueso de las precipitaciones. Y en esta ocasión, además, algunos radares del Mediterráneo no funcionaban porque están en proceso de renovación o han tenido problemas por tormentas eléctricas y están reparándose. Pero insisto, lo importante es que había avisos activados".

José Ángel Núñez, defiende a la Aemet sobre la acusación, ayer viralizada, de que no tenían los radares de lluvias activados y que eso agravó la situación: "El lunes, cuando iba a empezar a llover, se activó el radar de Valencia, que esta en remodelación. Los radares, no tienen una función predictiva, solo de vigilancia, hacen una radiografía de una tormenta, pero no te dicen cuánto va a llover en el futuro”.

Estoy muy triste porque no hemos sabido transmitir el mensaje. Nuestro mensaje no ha calado"

Siguiendo el orden, toca echar un vistazo a la gestión de la administración. "Las competencias las tiene la Generalitat. Al menos en principio, porque si subimos a nivel 3 de emergencia puede intervenir el Gobierno, pero la coordinación recae sobre ellos. Por parte de Protección Civil, todas las agrupaciones de las zonas afectadas están trabajando", resume Arturo Fuente, presidente de la Asociación Nacional de Agrupaciones de Voluntarios de Protección Civil (ANAV).

Las Provincias informó de que a las 12:20 horas la Confederación Hidrográfica del Júcar ya avisó de que venían problemas. Y aunque el Gobierno de Mazón solicitó a la Unidad Militar de Emergencias (UME) para la zona de Utiel-Requena en torno a las tres de la tarde, no reclamó sus servicios para toda la provincia de Valencia hasta las 20:36 de la noche, cuando las lluvias ya habían dejado cientos de personas atrapadas y decenas de desaparecidos. Poco antes, a las 20:12, se había enviado la primera alarma de emergencia a los móviles de los ciudadanos.

La actuación de los servicios de emergencias

Fuente explica que los efectivos de emergencia, una vez conocen los avisos meteorológicos, se ponen a trabajar incluso antes de que el episodio comience. En una DANA como esta, ilustra, las labores de prevención se centran en intentar evitar riadas, supervisando las canalizaciones y los sistemas de saneamiento para asegurarse de que funcionan correctamente. Aunque apunta que también es importante "autoprotegerse": "Mucha gente suele colocar algo en la entrada de su casa para que no entre agua, como una chapa o algo así. Pero si caen 500 litros poco se puede hacer".  

Según explica, en un primer momento se deben habilitar lugares, como polideportivos, para acoger a la gente. Pero sobre todo hay que centrarse en buscar a los desaparecidos en las primeras horas, porque "desgraciadamente" muchos tienen posibilidades de ser víctimas. "Ojalá me equivoque, pero cuanto más tiempo pase, más probabilidades hay de que estén muertos. Una vez se haya hecho eso hay que trabajar para rehabilitar los servicios esenciales en las casas, como el agua o la electricidad, y limpiar las vías de evacuación, porque si queremos recibir ayuda externa no podemos tener las carreteras cortadas", afirma.

En casos así todos los efectivos se ponen en marcha, pero la "columna vertebral" la componen los bomberos y la UME. Aunque Fuente detalla que los propios ciudadanos están obligados por ley a colaborar, siempre que sea posible, y que incluso se puede contar con vigilantes de seguridad y "empresas privadas requeridas". "Es muy difícil, por no decir imposible, estar preparados para algo así, aunque a lo mejor se podría haber minimizado el impacto. Siempre digo que para temas de seguridad no puede importar el dinero, no se puede regatear. Hace poco escuché que Valencia ha suprimido una UME valenciana, y no quiero decir que esa sea la razón de todo, pero me parece un atraso. Y si a eso le sumamos otras pegas, como los edificios construidos en zonas inundables… Apaga y vámonos", señala el presidente de ANAV. 

En España tenemos una importante falta de cultura de prevención, a diferencia de otros países

Cultura de la emergencia

“Estoy muy triste porque no hemos sabido transmitir el mensaje. Nuestro mensaje no ha calado”, se lamenta el portavoz de Aemet de Valencia. La información no llegó a la ciudadanía, “mi sensación era que la jornada era de día normal”.  La cadena de información falló en su destinatario final y los avisos de DANA no tuvieron impacto en la prevención por parte de la población.

"En España tenemos una importante falta de cultura de prevención, a diferencia de otros países donde los fenómenos naturales destructivos suelen ser más habituales. También se han cometido imprudencias, más allá de que quizás la forma en la que se ha avisado de este episodio no ha sido la adecuada. En Valencia capital no llovió, y mucha gente se confió. Además, gran parte de las lluvias coincidieron con la hora de salida del trabajo, cuando hay un tránsito muy importante de vehículos y personas entre la capital y los pueblos del área metropolitana y de l'Horta, que ha sido la zona más afectada", desliza Biener. Lo que explica por qué tanta gente se quedó atrapada en las carreteras.

Según Joan Escuer, Geólogo y profesor de la Universitat Carlemany, las autoridades tienen deberes pendientes. "Aunque los responsables de las políticas suelen disponer de conocimientos sobre las amenazas y los riesgos locales, la falta de preparación de los Estados y la falta de concienciación del público conducen en muchos casos a desastres locales, nacionales, regionales y mundiales. La preparación y la concienciación son factores importantes en la mitigación del riesgo de desastres y ayudan a garantizar que las personas puedan actuar de forma adecuada ante las alertas emitidas", explica.

Según este académico "el nivel de conciencia pública sobre los riesgos asociados a las inundaciones, así como la preparación para las inundaciones, resulta ser extremadamente bajo durante las inundaciones repentinas, en parte porque ocurren sin previo aviso. Pero incluso si se da una advertencia a las autoridades locales correspondientes, es poco probable que se pueda informar al público de manera oportuna ya que la mayoría de la comunidad local no sabe que pueden ocurrir inundaciones repentinas cerca de sus casas o no cree que un desastre de ese tipo pueda afectarlos dado que no existen precedentes “Nunca se ha visto una cosa así”. Además, la población local no es suficientemente consciente de a dónde escapar en caso de inundaciones u otras emergencias -por ejemplo, tormentas severas o incendios forestales-, ni cómo proteger sus vidas y propiedades".

En este sentido para Escuer la educación pública en reducción del riesgo de desastres es esencial para crear conciencia sobre los riesgos potenciales de los eventos extremos y mejorar la seguridad pública.

Pero a pesar de ello, Fuente es optimista con la evolución de preparación de la población: "La gente hace cada vez caso a los avisos. Vamos a ir teniendo más episodios de este tipo, y a la población no le queda más remedio que estar atenta a las previsiones. A mí si me dicen que viene una DANA y vivo en una zona inundable me voy de casa, aunque luego caigan cuatro gotas. En Japón están muy preparados para hacerlo con los terremotos, y en el Caribe lo mismo con los huracanes".