Se sabía que era una zona de especial riesgo. Había ocurrido muchas veces antes que la tragedia registrada el pasado martes al paso de una dana y de la que aún se duele Valencia. El Barranco de El Poyo se había inundado al menos otras 99 veces, según reconoce la Confederación Hidrográfica del Júcar. La anterior, el 14 de junio de 2015. Este barranco, uno de los causantes del mayor impacto de la tragedia, está reconocido como área de Alto Riesgo Potencial Significativo de inundación (ARPSI), tal y como reconoce en una nota el Ministerio para la Transición Ecológica.

Es así como consta en el Plan de Gestión de Riesgos de Inundación (PGRI) de la cuenca del Júcar. Lo está desde hace casi tres lustros, desde 2011 y desde hace más de una década existían planes de peligrosidad y riesgo de inundación, que esta vez no han servido para evitar la tragedia. El plan se había elaborado con el casi centenar de episodios de inundación que existen documentados y con los que se consideraba que se poseía información suficiente para la conformación de los mapas de riesgo.

El barranco de El Poyo, como el conjunto de barrancos y rieras del bajo Turia, estaba incluido como área de riesgo de inundación. El áreas definida abarca 16,2 kilómetros de longitud. El riesgo definido también detalla el número de localidades que podrían estar en riesgo por situarse en su área de influencia. En concreto, según la información facilitada, la zona de riesgo elevado de inundación afecta a 24 localidades, entre ellas algunas de las más dañadas en este caso, como Paiporta. Alfafar, Chiva o Catarroja.

La CHJ subraya que, al igual que el conjunto de confederaciones hidrográficas, su labor se limita a monitorizar y registrar en tiempo real el caudal de los ríos "para que las autoridades de emergencias valoren la afección concreta sobre el terreno y determinen actuaciones". Recuerda que son los centros de emergencia los responsables de emitir alertas ciudadanas y no ellos. Apuntan que es en estos organismos donde se centra el conjunto de informaciones necesarias para adoptar estas medidas. Es allí donde se reciben no sólo los datos de caudales, sino también las predicciones meteorológicas de la AEMET y se dispone de la cartografía de zonas inundables y de la información del 112.

Notificaciones sobre el caudal

La tarde de este lunes el Ministerio para la Transición Ecológica ha querido salir al paso por segunda vez de las acusaciones que desde la presidencia de la Generalitat se ha hecho esta mañana contra la Confederación Hidrográfica del Júcar y la gestión de las alertas. La CHJ afirma que sus datos sobre el caudal en el barranco El Poyo se actualizaron cada cinco minutos y eran públicos a través de su página web. Añade que sólo a partir de un caudal de 150 m3/s se notifica a las autoridades de protección civil "de forma redundante".

En el caso de las lluvias registradas el pasado martes al paso de la dana, la CHJ asegura que lo comunicó por primera vez a las 12.07 de la mañana cuando el caudal detectado alcanzó los 264 m3/s. Añade que después fue el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat quien activó "la alerta hidrológica en lo municipios ribereños de la rambla". Algo más de una hora más tarde se volvió a emitir una notificación pero esta vez para informar de un descenso del caudal a 120 m3/s, a 55,86 m3/s a las 14.35 horas y a 28,7 m3/s a las 15.50 horas.

La secuencia que se relata continúa con una reunión a las 17.00 horas de la CECOPI y la notificación "verbal" del incremento generalizado de caudales, especialmente en el río Magro y el río Júcar. Además se considera inminente la declaración del escenario 2 de la presa de Forata al complicarse su situación. En la siguiente media hora se eleva el escenario de nivel 0 a nivel 2. A las 18.43 horas se comunica a las autoridades de protección civil que el caudal en el barranco del Poyo era ya de 1.686 m3/s y sólo doce minutos más tarde, a las 18.55 horas el último dato antes de que los sistemas de medición queden anulados es de un caudal de 2.282 m3/s.