El Canario se encuentra en la zona alta de Chiva (Valencia), un municipio arrasado por los litros de agua que la DANA descargó la semana pasada. Este restaurante - hostal tuvo suerte porque la orografía le ha permitido salvar todo el mobiliario y este lunes, por primera vez desde la tragedia, ha abierto al público. "Estábamos hartos de bocadillos. La gente necesita comida caliente", dice Juan Carlos, el dueño del único bar que se encuentra abierto en la zona.

Sobre las tres de la tarde, una decena de mesas están ocupadas. "Son sobre todo gente de limpieza, trabajadores", describe él, que acompaña a El Independiente hasta las cocinas donde están haciendo de comer a gas. Juan Carlos ha conseguido varias bombonas de "extranjis" por un "amiguete" y con eso y las freidoras (que van con la electricidad) ha confeccionado el menú.

"Normalmente tenemos 10 o 12 primeros. Ahora hay tres, no podemos hacer otra cosa", describe uno de los camareros. Hoy hay alubias con chorizo, paella de marisco y sopa de fideos como primer plato; y delicias de pollo con mostaza y miel, merluza a la romana y calamares a la romana de segundo. El restaurante ha estado cinco días almacenando el pan de todo el pueblo. "Tenemos un grupo electrógeno y nos han subido el pan del súper", explica.

Luego, él lo bajaba al Ayuntamiento para poder hacer bocadillos. El cambio que han dado este lunes ha sido importante. Por primera vez se han tomado un café calentito por la mañana. Al abrir la puerta todavía da impresión porque enfrente hay un terreno donde los coches se amontonan con cristales rotos y los frontales destrozados. "Aquí no hay desperfectos, pero hay goteras", relata.

El Canario es, además, un hostal con 20 habitaciones. Todas están llenas de vecinos que han perdido su vivienda. "Las tengo con evacuados que el Ayuntamiento me lo manda, muchos son pakistaníes o indios que no tenían familia en el pueblo", cuenta. Como buen gestor del restaurante valenciano, tiene dos paellas de marisco que no paran de dar de comer durante la charla. Mañana volverá a abrir porque aunque a Chiva le quede aún mucho para la normalidad, él no quiere dejar de dar comida caliente.