Se sabía, no era difícil percibirlo si se escuchaban los cientos de testimonios de afectados en las teles, en las radios, en la prensa, que el clima de indignación social en Valencia se había ido asentando en los últimos días. La honda sensación de "abandono" de las administraciones, de desesperación, de rabia, de falta de ayuda a unos municipios absolutamente devastados por la DANA, había penetrado en una población que ha perdido prácticamente todo en una riada que también se ha llevado por delante a más de 210 personas. Ese magma de irritación ciudadana bullía fuerte, muy fuerte, poco antes de la visita de los reyes Felipe y Letizia, del presidente del Gobierno y del president de la Generalitat Valenciana. Y explotó. Como nunca jamás se había visto en España desde la restauración de la monarquía.
Se oyeron insultos, muchos insultos, se repitió el grito de "¡asesinos!", se corearon cantos como "¡Pedro Sánchez, hijo de puta!", se reclamó la dimisión del jefe del Ejecutivo, pero también de Carlos Mazón, se increpó al Rey y también a la Reina, y algunos lanzaron también bolas de barro a la comitiva y hasta cañas o botellas. La tensión era máxima, imponente. El tumulto hacía imposible que la visita pudiera proseguir. Se paralizó. Y la segunda parada de la jornada sobre el terreno, el desplazamiento a una localidad aguas arriba, Chiva, tuvo que ser aplazada por consenso del Gobierno, de la Generalitat y de la Zarzuela.
El jefe del Ejecutivo fue evacuado casi al principio porque cayeron objetos muy cerca de él y se activó el protocolo de seguridad. Los coches de su caravana fueron pateados y golpeados
Sánchez tuvo que ser evacuado casi al principio. Se vio caer una pala o un palo de escoba muy cerca de él e inmediatamente, señalaban en la Moncloa, se activó el protocolo de seguridad y se le desplazó al Puesto de Mando Avanzado de Paiporta. Por eso desapareció muy pronto de las imágenes que daban en directo las teles y que han dado la vuelta al mundo. Tras cancelarse la visita a Chiva, el presidente, con los Reyes y con Mazón, viajaron hasta L'Eliana, hasta la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI). Y después compareció.
Apenas tres minutos. Una declaración sin preguntas. Pero el jefe del Ejecutivo encabezó la lectura que después replicaría el Gobierno de lo ocurrido: "No nos vamos a desviar, pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales. El conjunto de la ciudadanía valenciana y española lo que quiere es mirar hacia adelante, sacar adelante sus vidas con un enorme gesto de responsabilidad y solidaridad. Es lo que vamos a hacer desde el Gobierno con el conjunto de instituciones, tanto municipales, como provinciales y autonómicas".
La violencia no nos va a desviar. Hay frustración y hay ultras violentos. Sin los segundos, lo de este domingo no habría sucedido", asegura un ministro
El presidente se hizo cargo de la "angustia", del "sufrimiento y la necesidad de certidumbre de muchísimos vecinos de Paiporta y del conjunto de la Comunitat Valenciana", pero distinguió ese sentimiento de frustración colectiva de los radicales. La "amplísima mayoría" de los ciudadanos, insistió, quiere soluciones, "compromisos por parte de las instituciones públicas", y en cambio "rechazan y marginalizan cualquier tipo de violencia que se pueda perpetrar".
Señalamiento de grupos ultras, por un lado, y mantenimiento de la hoja de ruta, por otro. Era el doble mensaje de Sánchez. Rotundo. Porque, como confirmaban a este diario fuentes gubernamentales del máximo nivel, no habrá un cambio en la gobernanza de la crisis. Se seguirá con la vía elegida: el mando continúa en manos de Mazón —él declaró el nivel 2 de emergencia el martes por la tarde— y el Ejecutivo central nutrirá de recursos a la Generalitat, todos los que solicite. El Gobierno, por tanto, entiende que no ha de tomar las riendas, arrebatando las competencias al president activando el nivel 3 o decretando el estado de alarma.
"La violencia no nos va a desviar. Hay frustración y hay ultras violentos. Sin los segundos, lo de hoy [por este domingo] no habría sucedido", asegura un ministro. "No se merecen ese regalo", coinciden fuentes de la Moncloa. Por la noche, en El objetivo (La Sexta), el titular de Transportes, Óscar Puente, explicaba que se trata de una cuestión también operativa, como contaba este diario este domingo: "Ningún experto en catástrofes considera una buena idea quitarle el control a la Administración que tiene más conocimiento en el territorio, y más medios y más mandos operando en el territorio. Pero además nuestro país tiene una arquitectura institucional de distintos niveles en la que se establece la necesidad de colaboración y cooperación, que se ha dado en todo momento y se está dando cada día. La apuesta por la colaboración, en una catástrofe de estas características, es clave. Sustituir a quien está al frente de una catástrofe [...] obligaría a perder mucho tiempo: toda la cadena de mando (mandos intermedios, bomberos, protección civil...) tendría que ser reemplazada y eso haría perder un tiempo precioso". La salida, defendió, por tanto, es seguir colaborando y provisionar de medios cada vez mayores, de manera que puedan ser asimilados, porque no se pueden poner activar muchos recursos "de golpe", sino los que se puedan "coordinar y distribuir adecuadamente por el territorio".
Temor por la "integridad física del presidente"
En el Gobierno, por tanto, tienen claro que hay que mantener el rumbo con firmeza y no variarlo por lo sucedido en Paiporta. El staff de la Moncloa que acompañaba a Sánchez confiesa que sintió miedo, que se quedó "en shock", que estaban preparados para los insultos y los gritos, pero no para que aflorase la violencia. "Llegamos a temer por la integridad física del presidente", relatan con espanto. Se lanzaron palos, se vieron varas "con pinchos", se arrojaron bolas de lodo, había "piedras del tamaño de un melón". "Y no eran vecinos enfadados, sino que había grupúsculos organizados. Puedes anticipar que te vayan a increpar... de ahí a que te agreden, hay mucho trecho", expresan. Fueron esas agresiones las que obligaron por tanto a los escoltas de Sánchez a separarlo cuanto antes de la turba violenta que le amenazaba. Los coches de su caravana también fueron pateados y golpeados. "Todo ha sido muy bestia. Es que una piedra de esas, si llega a alcanzar al presidente, o a los Reyes, o a Mazón, le abre la cabeza", continúan desde el equipo del líder socialista, en el que recuerdan que, de hecho, uno de los escoltas de doña Letizia sufrió una gran herida visible en su rostro, por la que sangraba.
Felipe VI intentó sosegar a algunos de los indignados y también defendió la democracia frente a quienes decían que el Gobierno tiene que "caer". Después, señaló que hay que garantizar que "el Estado en toda su plenitud está presente"
Sánchez se vio obligado a abandonar la zona. Los Reyes aguantaron algo más. Felipe VI intentó sosegar a algunos de los que se acercaban a él. Pero también aprovechó para mandar un mensaje en favor de la democracia: "No hagáis caso... No hagáis caso a todo lo que se publica porque hay mucha intoxicación. Mucha intoxicación informativa y hay muchas personas interesadas en esto. ¿Para qué? Para que haya caos". "¡Este Gobierno tiene que irse!". "Esto es democracia", respondió el Monarca. Él combatió asimismo el bulo de que el Ejército no estaba presente, cuando fue movilizado desde el primer día.
La incomodidad, el abatimiento de los Reyes, ambos manchados de barro, era evidente. Se pudo ver a doña Letizia entre lágrimas, sufriendo las reprimendas de algunos ciudadanos indignados —"A ti no te falta agua y la gente aquí muriéndose"— y también el comentario de que las críticas no iban dirigidas a ellos —"Por ustedes no es"—. El Rey, durante la reunión con los trabajadores en el Centro de Emergencias de la Generalitat, dijo entender "el enfado y la frustración" expresada por muchas personas en la zona cero de la DANA, por "lo mal que lo han pasado". "Hay que darles esperanza, atenderles la emergencia, pero también garantizarles que el Estado en toda su plenitud está presente", subrayó, mostrando también su convicción de que la situación irá "cada día mejor".
Oficialmente, desde la Moncloa no buscaban culpables por la visita. Pero, extraoficialmente, fuentes gubernamentales sí reconocían que "se había desaconsejado" ese desplazamiento sobre el terreno, pero que fue la Zarzuela la que decidió mantenerlo, "y por eso el presidente va con ellos", con los Reyes. "El presidente ha sufrido un atentado, una encerrona, todo ese odio inculcado por la ultraderecha que llevamos sufriendo años. Y al final, cuando levantas a las masas, también todo se vuelve incluso contra la Corona", cargaban en el Ejecutivo contra la Jefatura del Estado.
Puente admitió en La Sexta que la Zarzuela había manifestado su intención de viajar este domingo hasta la zona cero del desastre, pero evitó responsabilizar de manera directa a la Casa del Rey. "Es evidente que en todas las instituciones que han hecho la visita oficial había la mejor de las voluntades. Otra cosa es que se hayan medido lo suficiente los tiempos y se haya tenido la suficiente prevención en relación con la indignación que se iba a encontrar la comitiva". Este tipo de visita "exige un sentido de la oportunidad", y "quizá no era el momento más oportuno. Hay mucha indignación, hay sensación de abandono", asumió.
En el Gobierno extraoficialmente culpan a la Zarzuela de empeñarse en ir este domingo a Paiporta. Puente reconoce que fue un "error colectivo" que quizá no se calculó, pero evita responsabilizar a la Corona
"Está claro que nadie esperaba un recibimiento en el que se arrojaran rosas. Lo sabíamos —prosiguió el ministro—. Todos somos conscientes de la situación de tensión que vive la población en este momento en Valencia. Pero también es verdad que quizá no se ha calculado el que hubiera algunos grupúsculos que se sumasen a esa indignación y que pudieran poner en riesgo la seguridad, nada menos que del propio Rey, de la Reina, del presidente del Gobierno y del presidente de la Generalitat". Así que sí, continuó, "es posible que se haya errado en el cálculo", aunque no quepa "responsabilizar a nadie en concreto". "Es un error colectivo y que desde luego no se ha hecho con ninguna mala voluntad", remachó.
Cuando desde el Ejecutivo y desde el PSOE se señalaba la presencia de grupos ultras en las protestas de la mañana en Paiporta se hacía con conocimiento de causa. Los altercados, señalaban los socialistas en un informe al que tuvo acceso este diario, fueron provocados por activistas de extrema derecha. Uno de los jóvenes que habló con el Rey, por ejemplo, vestía "una sudadera con el lema División 250", que hace referencia a la División Azul, una unidad nazi. También estaban presentes hasta tres grupos ultras (Revuelta, Democracia Nacional y España 2000), que participaron en las protestas ante Ferraz en 2023 contra la investidura de Sánchez y la ley de amnistía. Igualmente se pudieron ver saludos nazis y Vox ofreció su sindicato, Solidaridad, para dar servicio jurídico gratuito a quienes patearon el vehículo del jefe del Ejecutivo. Quien también promovió los disturbios, según figura en el documento elaborado por Ferraz, fue el canal de Telegram Alt Right España, y quienes jugaron a la desinformación y al ataque al presidente fueron, igualmente, el eurodiputado Alvise Pérez y los periodistas Javier Negre y Vito Quiles.
Fundamental "mantener la unidad"
"No permitiremos que grupúsculos radicales se aprovechen del dolor de la gente y nos desvíen de lo prioritario. El Gobierno, con Sánchez al frente, está concentrado en lo que importa y es acompañar a los familiares de las víctimas y trabajar para la reconstrucción", escribió en X la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Jesús Montero. "Comprensión absoluta con el dolor y la angustia de las víctimas. Incomprensible que haya grupos que se aprovechen de esta situación para ejercer violencia verbal y física. Y que alienten el odio, la confusión y la división. Lamentable que haya formaciones políticas que no hayan condenado los actos violentos de hoy. Es muy necesario mantener la unidad. El presidente Sánchez y todo su Gobierno sigue centrado en lo importante. En la atención a las víctimas y en la recuperación", manifestó en la misma red social el titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
El Ejecutivo señala a Feijóo y al PP por no condenar la violencia verbal y física contra el presidente. El PSOE identifica a grupúsculos de extrema derecha que alentaron la protesta o participaron en ella
Y el PSOE, desde su cuenta oficial, apuntó al PP por no condenar las agresiones a Sánchez: "A esta hora, ni Alberto Núñez Feijóo ni nadie del PP han condenado la agresión al presidente del Gobierno de España. Es en momentos así cuando un dirigente demuestra su talla política y personal". Y es que el jefe de los populares solo había expresado en X su agradecimiento a los Reyes por su "comportamiento ejemplar" y por "estar siempre al servicio de los españoles", sin ninguna mención a los insultos y las agresiones sufridas por la comitiva.
La tensión política, previsiblemente, irá en aumento. Aunque la orden de Sánchez es la de mantener la cautela, no ir al ataque y reservar la palabra a su Ejecutivo y a él mismo. Este lunes, el titular de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, se reunirá con cada uno de los portavoces de los grupos parlamentarios y partidos con representación en el Congreso para informarles de la situación y las actuaciones que se están llevando a cabo en la gestión de la tragedia provocada por la DANA. Portavoces que fueron contactados ayer domingo por la mañana por él mismo. El Ejecutivo persigue la unidad política en medio de la catástrofe, en medio del mar de indignación colectiva que se respira en Valencia por la tardanza en la llegada de las ayudas, por ese sentimiento de abandono que ha prendido hondamente y que estalló con virulencia en Paiporta. Con una violencia que para el Gobierno tiene un claro responsable: la ultraderecha.
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