Es una batalla contra el clima. Una carrera para frenar su deterioro y con él, fenómenos descontrolados como los que hace una semana asolaron a una veintena de localidades de la Comunidad Valenciana y de Castilla La Mancha. La apuesta por las energías renovables en nuestro país, impulsada por planes y directrices gubernamentales, es una realidad que aumenta al ritmo que marca el deterioró climático que pocos cuestionan ya y que la realidad recuerda cada día con mayor celeridad. La energía solar fotovoltaica es la alternativa a los combustibles fósiles, grandes emisores de CO2 y gases de efecto invernadero, que crece a mayor velocidad en nuestro país. En sólo cinco años la generación de este tipo de energía limpia se ha multiplicado por cuatro.

La Unión Española Fotovoltaica recuerda en su anuario 2024 que las energías renovables son “la mejor herramienta con la que contamos para reducir las emisiones de CO2”. Subrayan que alternativas como la energía solar contribuyen de modo importante a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y a acelerar la necesaria descarbonización de la economía. Señalan que la apuesta por la energía del sol como alternativa ha demostrado un potencial evidente “para combatir el cambio climático” o incluso para “estabilizar la biodiversidad en aquellos emplazamientos que han sufrido cambios derivados de la acción humana”.

El paso de la Dana apenas ha dejado daños en las instalaciones ubicadas en estas comunidades autónomas, según aseguran desde UNEF. Fuentes de esta entidad, la principal del sector y que agrupa a cerca de 800 empresas dedicadas a la generación de energía solar, aseguran que fenómenos como el vivido vuelven a poner en evidencia la necesidad de seguir apostando por energías limpias en esta carrera contra los efectos del cambio climático.

Comunidades como la valenciana no son las más representativas en este ámbito. Según Red Eléctrica apenas generó 642 GWh el año pasado, un ejercicio récord en la producción solar. En el caso de Castilla La Mancha, afectada también por el paso de la dana, su presencia sí es muy significativa al representar el 22,8% del total de energía fotovoltaica producida en nuestro país. Tras Andalucía, con un 24,6% del total, es la segunda comunidad en producir energía solar y la que lideró el año pasado el crecimiento del sector. En cuanto a la capacidad instalada en suelo, con datos de octubre pasado, Valencia apenas lo amplió en 17 MW –lo que le dota de una capacidad total de 484 MW-, frente a los 630 MW nuevos instalados este año en Castilla y León, hasta alcanzar una capacidad total en energía fotovoltaica de 6.856 MW.

Reducir emisiones de CO2

La energía solar es, sin duda, la renovable más limpia y la que gana peso en el Plan Nacional de Energía y Clima. En julio del año pasado se actualizó ampliando el objetivo de generación energética fotovoltaica de los 36 GW previstos inicialmente a más del doble: 76 GW en 2030. Los últimos datos, correspondientes al año pasado, sitúan la generación en nuestro país aún lejos de esos objetivos, al alcanzar los 37,3 GW el año pasado.

Todo apunta a que, de mantenerse la tendencia de los últimos años, la industria fotovoltaica alcanzará los objetivos. Las cifras del año pasado sitúan la producción en niveles históricos. Comparados con la generación alcanzada en 2019, -9,25 GW- supone multiplicar por cuatro la energía solar producida en el conjunto de instalaciones en España. El incremento, en este sector regulado, ha sido del 33% interanual desde 2020.

Pese al incremento detectado en los últimos años, apuestas como las instalaciones para autoconsumo –que permiten a medio plazo reducir la factura eléctrica-, que vivieron un incremento notable durante la crisis de Ucrania que disparó los precios de la luz, parecen haberse ralentizado. El año pasado el autoconsumo a través de instalaciones fotovoltaicas descendió un 32% respecto a 2022. El sector sitúa la causa en el abaratamiento de la electricidad, las altas tasas de la inflación durante el año pasado y el impacto de los altos tipos de interés en las economías familiares. El año pasado se instalaron 1.796 MW de autoconsumo fotovoltaico en España.

El 13,4% de la energía total

Del total de fuentes energéticas en España, la que está registrando un incremento más pronunciado es la solar. Según los datos hechos públicos ayer por Red Eléctrica Española (REE), en octubre las renovables generaron 12.079 GWh, un 15,4% más que en el mismo mes de 2023 y representaron el 55,9% de la generación eléctrica. La primera fuente de producción limpia en volumen fue la eólica, con una cuota del 26,3%, seguida por la nuclear con el 21,3%, la hidráulica con el 13,8% y finalmente la solar fotovoltaica, con una cuota del 13,4% de la generación. Estos datos suponen un incremento del 9% interanual para la fotovoltaica.

Sin duda España goza de un clima propicio para este tipo de energía, con una medida de 2.000 horas de sol anuales, el doble que Alemania. La industria ha crecido de manera considerable en los últimos años. Según datos del sector, genera de modo directo, indirecto e inducido algo más de 162.000 empleos y un impacto en el PIB nacional de 12.389 millones el año pasado.

Pese a ello, desde la Unión Española Fotovoltaica recuerdan que aún es necesario integrar más este tipo de energía limpia en la industria española y elevar los ratios de electrificación. Junto a ello, el siguiente reto a futuro pasaría por dar un impulso al autoconsumo, cuyo crecimiento se ha frenado, sin el que consideran que sería complicado cumplir los objetivos el objetivo de 19 GW fijado en el PNIEC.