La DANA ha causado daños a infraestructuras básicas tanto para la ciudadanía como la red de agua, que presenta "tres problemas muy graves" que pueden derivar en riesgos para la salud pública y el medio ambiente: las fugas en la red que dificultan el acceso al agua potable, la falta de depuración posterior y, especialmente, la obstrucción de los colectores por el barro que se está solidificando y puede hacer que el agua se estanque. "No podemos permitir que el agua residual se quede dentro de los pueblos, hay que evacuarla", ha explicado el vicepresidente de la International Water Association, ingeniero industrial y catedrático de la Universitat Politècnica de València, Enrique Cabrera, en declaraciones a Europa Press.

El experto señala que, tras el temporal, "es como si hubiésemos retrocedido muchos años en esas zonas cero y estuviésemos como a lo mejor pueden estar en algunos países más pobres. El agua potable y el saneamiento son todos objetivos de desarrollo sostenible. Lo que tenemos que lograr es que los vecinos de zona cero vuelvan a tener los niveles de estándar que tenemos en el resto del país, tener agua potable en sus hogares y saneamiento completo", ha señalado Cabrera.

En este sentido, explica que tras una primera fase de respuesta rápida a la emergencia, en la que además se ha conseguido dar abastecimiento de agua a muchos de los municipios devastados con un "esfuerzo muy grande", "hay que seguir trabajando" en la normalización de la red.

Los dos primeros problemas a los que se ha referido al experto son el acceso al agua potable y posibles problemas de saneamiento por la obstrucción de colectores. Son dos cuestiones que "se pueden trabajar en paralelo" y resolverse de forma simultánea. "Yo creo que la prioridad tiene que ser de momento, sobre todo, el que los ciudadanos tengan agua potable en los hogares y que además tengan un servicio de saneamiento que evacúe las aguas residuales", ha comentado.

El barro se está solidificando

Lo "más grave", ha indicado el catedrático, es la posible obstrucción de los colectores. "Los tubos de alcantarillado en algunas poblaciones se han estado utilizando para meter el barro y casi cualquier cosa que hubiera en las calles dentro", con imágenes de vecinos y voluntarios que tenían que despejar las vías y sus hogares y no tenían otra forma de hacerlo. "El problema es que ese barro se solidifica en superficie y también por debajo, en esos colectores que son los que evacúan, en muchos casos, las lluvias", ha advertido. Por eso, cuando se reactivó el pasado fin de semana la alerta metereológica, "algunos alcaldes estaban muy preocupados" de que la red pluvial no pudiera evacuar el agua.

Además, algunas poblaciones pueden tener "dificultades" para evacuar también las aguas residuales y éstas se pueden estancar. "Eso, sin duda, es un problema grave de salud pública", ha avisado Cabrera. "Supongo que habrá un esfuerzo muy importante para desobstruir esos colectores o tendremos que reponerlos con unos nuevos. Pero lo que no podemos permitir es que el agua residual se quede dentro de los pueblos. Tenemos que evacuarla", ha insistido.

El experto reconoce que "es muy difícil recomendar que no se tire el barro o lo que hay en la calle en los colectores, porque si no, no se puede ni siquiera salir". No obstante, recomienda que, "siempre que sea posible", se "evite echar cosas dentro de los colectores, porque luego habrá que sacarlas".

Garantizar la potabilidad

Otro problema es garantizar la potabilidad del agua en las redes y, para ello, "hay que reparar muchas averías" situadas a nivel "casi particular domiciliario". Estos daños provocan pérdidas de agua que impiden subir la presión en la red y además constituyen "un potencial riesgo de inclusión patógena, con lo cual dificulta el garantizar la potabilidad del agua", ha detallado.

Según Cabrera, "se están haciendo muchos esfuerzos a nivel incluso de fontanería pura y dura de reparar todas esas averías", y la situación tendrá "una evolución rápida pero gradual". "Conforme se vayan reparando todas esas averías, seremos capaces de incrementar la presión en la red", y el agua podrá llegar a pisos altos y zonas elevadas en los pueblos, así como se podrá garantizar la potabilidad de dicha agua.

El especialista ha advertido que, aunque el agua esté llegando ya a muchos municipios, en muchos casos "no es agua potable, es agua apta, como dice la Conselleria" y tiene una presión baja.

Agua sin depurar

A estos dos problemas se suma un tercero, ha explicado Cabrera: "Una vez saquemos las aguas residuales de los pueblos, todavía hay que depurarlas. Si no, las estamos vertiendo sin tratar al medio ambiente". Los volúmenes de aguas residuales que trataban esas plantas dañadas "se están vertiendo al medio ambiente sin tratar" y esto "va a tener un impacto ambiental muy importante que puede afectar desde la vida, el día a día, hasta el turismo, potencialmente". "En unos meses, si eso no se soluciona, yo creo que tendríamos un problema en el mar" y aspectos como la calidad de las playas podrían verse afectados.

Tras estas palabras de Cabrera, el conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, ha precisado en rueda de prensa que la DANA dañó 122 depuradoras, 48 de ellas en puntos críticos, y que desde el día posterior a la tragedia se ha trabajado en un dispositivo con más de 400 operarios, de forma que el 80% de estas depuradoras "ya está funcionando perfectamente".

El catedrático de la UPV ha señalado que "hace falta que todas las administraciones unen esfuerzos y hagan un esfuerzo de inversión muy importante, porque el impacto social y económico puede ser muy, muy grande".

Preguntado por si tiene la sensación de que falten medios para todas estas tareas, Enrique Cabrera ha opinado: "Creo que para todas las tareas faltan medios, pero no porque no se hayan puesto, sino porque da igual la cantidad de medios que le hubiéramos echado al problema, seguirían faltando. No creo que sea posible llegar a un nivel en el que digamos que ya tenemos suficientes medios".

A su juicio, la reanudación de los servicios básicos "ha estado muy ágil", tanto del agua como de la electricidad y las comunicaciones, aunque "se ha hecho larguísimo para las personas en la zona cero". Ha manifestado su "orgullo" por el trabajo de los técnicos en unas "condiciones muy difíciles" y ha apuntado que "gran parte de la dificultad ha sido la imposibilidad de acceder físicamente a donde estaban" los problemas.