El desmoronamiento de la figura de Carlos Mazón puede ser ya irreversible, y de hecho en su partido ya se ha abierto el debate sobre su relevo, pero por lo pronto tanto él como la dirección de Alberto Núñez Feijóo intentan hacer un control de daños. Un torniquete para que la herida por el enorme desgaste político que está sufriendo el president de la Generalitat Valenciana como la marca PP no sangre todavía más. La estrategia puesta en marcha por Mazón y Génova es en este caso coincidente: acusar a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, de no haberse ocupado de la DANA, de no haber "atendido sus responsabilidades", de haber estado "huida", "más preocupada de sus ambiciones personales y políticas que de las competencias que le corresponden". El ataque tan directo ha obligado a responder al Ejecutivo, que desde que estalló la tragedia ha evitado polemizar en público con el PP y ha insistido en que no ha llegado todavía el momento de depurar responsabilidades. Y la que ha dado la réplica ha sido la propia Ribera, desgranando su agenda de aquel fatídico 29 de octubre en el que el agua arrasó Valencia, detallando que le costó cuatro llamadas localizar al jefe del Consell. La vicepresidenta, que en apenas tres semanas deberá ser relevada por Pedro Sánchez al frente de su departamento, atribuye las acusaciones de los populares al "sueño" de tumbarla como supercomisaria en Bruselas y de erosionar su imagen, como insisten en su equipo. Ella debe superar el examen en la Eurocámara este próximo martes.
El señalamiento de Ribera por parte de los populares se ha intensificado en los últimos días, a la par que iba creciendo la presión contra Mazón —y también contra sus conselleras de Justicia e Industria, Salomé Pradas y Nuria Montes— por su gestión de la riada. La posición del president se ha tornado más complicada después de que se conociera que el martes 29 mantuvo una larguísima comida y sobremesa con la periodista Maribel Vilaplana, a la que ofreció la dirección de À Punt, la radiotelevisión pública valenciana. El almuerzo en el restaurante El Ventorro, próximo al Palau de la Generalitat, hizo que Mazón no regresara a su despacho hasta aproximadamente las 18.30, y no se incorporó a la reunión del CECOPI, el Centro de Coordinación Operativa Integrado, hasta pasadas las 19 horas, cuando el agua ya había devastado varios municipios valencianos. El mensaje a los móviles de la población a través del sistema ES-Alert no llegó hasta las 20.11, más de 12 horas después de que la Aemet lanzara un primer aviso rojo por fuertes lluvias. La primera versión que dio la Generalitat es que el president estaba en su despacho a las 17 horas —justo cuando arrancaba la reunión del CECOPI— pendiente de la emergencia.
La posición del 'president' se ha tornado más complicada después de que se supiera que mantuvo una larga comida con la periodista Maribel Vilaplana, y no regresó a su despacho hasta las 18.30. Al CECOPI no se incorporó hasta pasadas las 19 horas
Para entonces, el PP ya había afeado a Ribera que se mantuviera en silencio y que "escapara" de las Cortes. La vicepresidenta respondió a través de la radio, en una entrevista en Hora 25, en la SER. Contó que tan pronto como los miembros de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) constataron, en la reunión del CECOPI, que se había llegado al "bloqueo", que la situación era "muy crítica" y que no se estaban tomando "las decisiones correctas", llamaron al secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y este a su vez la avisó a ella. Automáticamente, intentó ponerse en contacto con el president.
"Me costó hasta cuatro llamadas localizar al señor Mazón", reveló Ribera. A la cuarta llamada, logró hablar con él. "Me dijo algo así como que iba todo bien, pero esta tarde se ha precipitado todo. Discúlpame, te llamo en 10 minutos, ahora no puedo hablar y lógicamente no me volvió a llamar, cosa que entendí perfectamente", contó. Las llamadas se produjeron, precisó, entre las 19.30 y las 20 horas del martes 29. "Fueron consecuencia de la elevadísima preocupación de quienes estaban participando en esa reunión del CECOPI, viendo la dificultad que tenían para tomar decisiones y la gravedad de la situación". Los miembros de la CHJ estaban "consternados" porque veían que no se actuaba. Pradas llegó a decir que desconocía la existencia del sistema Es-Alert, que fue a las ocho de la tarde cuando recibió una llamada del secretario de Estado de Medio Ambiente —de viaje en Cali (Colombia)—, en la que le advertía de que no podía asegurar que no se pudiera romper la presa de Forata, y que fue entonces cuando un técnico informó de que existía ese mecanismo de mensaje masivo a los móviles. Sin embargo, y como probó un audio revelado por la SER, sobre las 19.15 ya se discutía en la reunión del CECOPI sobre la posibilidad de lanzar esa alerta.
Ribera contó que le costó cuatro llamadas poder localizar a Mazón el martes 29. Le dijo que "iba todo bien", pero que se había "precipitado todo". Quedó en llamarla a los diez minutos, pero no hubo más comunicación entre ambos
Ribera, en Hora 25, aseguró que en esa cita en el Centro de Emergencias, situado en la localidad de L'Eliana, las autoridades disponían de toda la información y que le inquieta hasta qué punto alguien puede considerar que "una alerta tan grave" no es "relevante o que puede esperar".
Tras la entrevista en la SER, Mazón buscó defenderse con un mensaje en X. "Basta de manipulaciones", protestó, y adjuntó el pantallazo del mensaje —a través del sistema de mensajería de Apple, iMessage— que le envió Ribera a las 20.20, "después de enviar la alerta [a los móviles de los valencianos] y sin cobertura en el CECOPI". El mensaje era este: "Presidente, soy Teresa R. Estamos pendientes y preocupados. El presidente de la CHJ está inquieto pero manejando con máxima prudencia. [Fernando Grande-] Marlaska y protección civil en ello. Aemet siguiendo evolución. Dime cualquier cosa en la que podamos ayudar". Desde el equipo de Ribera precisaron que la vicepresidenta intentó contactar con Mazón desde las 19.45. Primero le llamó directamente, sin éxito. Luego se le telefoneó a través de la secretaria de Ribera. Sin éxito. Se le llamó después a través del gabinete telegráfico de la Moncloa, "y no hay manera". "A las 20.20, cuando le está escribiendo el mensaje de texto [el que mostró en X el presidente valenciano], una persona que está con Teresa consigue que alguien que está con Mazón [su jefe de Gabinete] le pase el teléfono físicamente a este, y hablan unos segundos".
El 'president' alega que "todo cambió" a las siete de la tarde
Este sábado, Mazón corrigió su versión. Primero aseguró que ni la vicepresidenta ni ningún cargo de su ministerio se interesaron por la situación originada por la DANA hasta las ocho de la tarde del martes 29 de octubre. "¿Cómo puede decir [la ministra] que estuvo intentando contactar [conmigo]?", se preguntó Mazón en unas declaraciones a À Punt. El president afirmó que tiene ese SMS de la vicepresidenta y, y aquí viene su matización, puede que "alguna llamada perdida, pero nunca antes de las ocho, siempre a partir de las ocho" de la tarde de ese día. Fuentes muy próximas a Ribera insistieron a este diario en que las llamadas se produjeron "entre las 19.45 y las 20.20, que es cuando por fin" logró dar con él, y "el motivo fue la llamada desesperada de la gente que estaba en el CECOPI a Hugo [Morán] a la vista de que allí era todo caótico y no tomaban decisiones". A partir de ese momento, el secretario de Estado, tras hablar con la vicepresidenta, buscó a la consellera Pradas y la propia Ribera, a Mazón. Ambos, con el propósito de ofrecer ayuda, de ponerse a disposición de la Generalitat.
Este sábado, Mazón se corrigió y, además del mensaje de las 20.20, reconoció que puede que tuviera "alguna llamada perdida", pero "nunca antes de las ocho
Mazón sí reconoció que estuvo comiendo con la periodista Maribel Vilaplana "para hablar del futuro" de À Punt, pero que estuvo informándose de la situación de la DANA durante ese almuerzo y después. El jefe del Consell defendió que el punto de inflexión llegó ese martes 29 "a las siete de la tarde", hasta esa hora la CHJ no les traslada "lo que se estaba convirtiendo en esa revolución que todo lo cambió tan tremendamente". Era la forma de justificar por qué no estuvo antes en L'Eliana. Sin embargo, ya por la mañana se habían producido fortísimas lluvias que habían hecho aumentar el caudal del barranco del Poyo y que hicieron que se desbordase el río Magro. De hecho, a las 12.20 la propia Generalitat lanzó la alerta hidrológica por aumento del aforo en la rambla, alerta que no desactivó. El informativo del mediodía de À Punt de aquel martes 29 daba cuenta ampliamente de las lluvias torrenciales y las inundaciones que se habían producido hasta entonces.
El volumen de agua en el barranco bajó a partir de las 13 horas, pero a partir de las cinco se detecta un "aumento brusco" del caudal. A las 18.55, el sistema automatizado de información hidrológica (SAIH) anotó que se había llegado a los 2.282 metros cúbicos por segundo, y en ese momento la fuerza del agua arrancó los sensores. Para entonces, el agua había inundado las poblaciones más altas, como Chiva, donde arranca la rambla del Poyo, y pronto bajó con una enorme fuerza y anegó los municipios ribereños. Localidades como Paiporta, la zona cero de la tragedia, cuya alcaldesa, Maribel Albalat, llamó a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, sobre las 19 horas, para avisarle de que su pueblo "se estaba inundando, que no estaba preparado para eso y que iba a morir mucha gente". Bernabé había llamado tres veces a la consellera Pradas para ofrecerle medios y activar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) —a las 12.23, a las 12.48 y a las 14 horas—, y solo en una cuarta comunicación, pasadas las dos de la tarde, la titular de Justicia e Interior pidió la ayuda de la UME, pero solo para Utiel-Requena. El propio alcalde de Utiel, Ricardo Gabaldón, relataba a las 16 horas en La ventana (SER) la fortísima inundación en su municipio y los destrozos provocados. Las víctimas mortales solo en Valencia son ya 214, según la última actualización.
Ya por la mañana se habían producido inundaciones y de hecho a las 12.20 la Generalitat emitió la alerta hidrológica. El caudal en el barranco del Poyo creció bruscamente a partir de las cinco de la tarde
El portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, apuntalaba este sábado la línea defensiva de Mazón. Contra Ribera. "Está más preocupada de lo suyo que de lo de todos, más preocupada de conseguir ser comisaria europea y lograr los apoyos necesarios que de atender a sus responsabilidades [...]. Es una ministra que vive en la huida permanente. No ha estado a la altura de esta crisis, ha estado esquiva, huida, desaparecida durante nueve días y ayer [por este viernes] reapareció para dar una entrevista", subrayó la mano derecha de Feijóo. Ahora bien, Tellado tampoco descargó a Mazón de toda culpa: "No es el momento de analizar responsabilidades" sobre la gestión del president por la DANA, dijo.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, evitó confrontar con la Generalitat y con el PP. "No entramos en polémicas, no es el momento. El cien por cien de nuestra energía es para la reconstrucción y, sobre todo, es para quienes realmente nos lo demandan y a quienes nos debemos, que no son otros que la sociedad, en este caso la sociedad valenciana", sostuvo tras asistir de nuevo a la reunión del CECOPI en el Centro de Emergencias autonómico de L'Eliana.
Ribera, dicen en su equipo, ve una "mezcla burda e irresponsable de las ansias de Pons de hacer realidad su sueño de desbancarla y la necesidad de Feijóo de encontrar culpable a Sánchez y su Gobierno"
Para Ribera, según señalan fuentes muy próximas, la decisión del PP y de Mazón —en este caso, alineados, cosa que no ha ocurrido en las últimas dos semanas siempre— contra ella responde a una "mezcla burda e irresponsable de las ansias de Esteban González Pons de hacer realidad su sueño de desbancarla y la necesidad de Feijóo de encontrar culpable a Pedro Sánchez y su Gobierno".
El examen de los seis vicepresidentes ejecutivos
Y es que la vicepresidenta se enfrenta este martes, 12 de noviembre, a un examen crucial. Deberá superar el riguroso hearing del Parlamento Europeo, necesario para convertirse en la próxima vicepresidenta ejecutiva de Transición Justa, Libre y Competitiva y comisaria de Competencia. El PP español se ha opuesto a su designación, pero para que descarrile su nombramiento debe convencer a todo su grupo, que dirige el alemán Manfred Weber. En el equipo de Ribera consideran que es muy difícil que la maniobra de la cúpula de Feijóo, desplegada por su vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, prospere, porque entonces comprometería la posición de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que ha podido repetir en el cargo precisamente por el apoyo de la familia socialdemócrata, liderada por Sánchez. Argumentan que Pons se está moviendo contra Ribera también por una cuestión de venganza personal, porque "quiso convertirse en presidente de la Eurocámara", el puesto para el que fue reelegida en julio la maltesa Roberta Metsola.
Ribera necesita el apoyo de dos tercios de los grupos . Si no pasa el filtro, deberá responder a las preguntas por escrito, y si no convence, podría ser llamada otra vez. Si la tumbara la comisión parlamentaria al completo, Sánchez debería proponer otro candidato
El Parlamento Europeo ya ha validado la designación de 19 comisarios y mandó a la reválida al candidato húngaro, pero esta semana empieza el examen determinante, el de los seis aspirantes a ocupar las vicepresidencias ejecutivas de la Comisión. Cada candidato necesita, tras comparecer en audiencia durante tres horas ante las comisiones parlamentarias competentes de su cartera, el voto a favor de dos tercios de los grupos políticos. Si no pasa el filtro, deberá responder a las preguntas por escrito, y si tampoco convence, los eurodiputados pueden volver a convocarle a una audiencia más corta. Si no consigue los dos tercios, se citaría a la comisión parlamentaria al completo, y bastaría la mayoría simple. Si no consigue el aprobado, el país proponente debe dar otro nombre y el proceso empezaría de cero. Para Sánchez, sería un fracaso político de primer orden que fracasara Ribera, su apuesta para las europeas y una de las ministras más fuertes de su Gabinete.
El PP pretende, pues, cobrarse la pieza de la vicepresidenta, pero los colaboradores de esta consideran que no logrará su objetivo: "Pons, eso sí, va a montar un circo, y va a arrastrar al barro la reputación de España". "En Bruselas no dan crédito. Por mucho que quieran, allí señalan lo mal que lo ha hecho Mazón y su retraso, que costó vidas", abundan fuentes muy próximas a Ribera. "Saben que no van a tumbar a Teresa, pero sí buscan erosionar su imagen. Saben que impugnar su nombramiento es impugnar a Von der Leyen, y a ella no le estará haciendo nada de gracia", insisten en su equipo.
Saben que no van a tumbar a Teresa, pero sí buscan erosionar su imagen. Saben que impugnar su nombramiento es impugnar a Von der Leyen", indican los colaboradores de la vicepresidenta
En el Ejecutivo consideran absurdo que el PP intente endosarle la gestión de la crisis, cuando ella "no tiene competencias en emergencias y en protección civil", ya que estas son de las comunidades autónomas. "No hay más que hablar. El resto es entrar en su marco", apuntan. Y concluyen: "Teresa va a ser comisaria. Mazón puede ir a la cárcel. En definitiva, están convencidos de que no saldrá adelante ni el objetivo de Pons ni de Feijóo ni el deseo del president, "a la desesperada", de "cargarle las culpas" a la ministra. Génova ha denunciado también que la ministra huye el martes del control en el Senado: ella no puede acudir, precisamente por el hearing en Bruselas.
La agenda de Ribera de los días 29 y 30
"Es incomprensible la estrategia del PP. No la entiende ni el PP europeo", analiza un ministro de mucho peso en el Ejecutivo. "Está claro quiénes tienen el problema", remacha otro integrante del Gabinete, señalando la masiva manifestación de este sábado en Valencia, convocada por 65 entidades, para exigir la dimisión de Mazón. 130.000 personas la secundaron, según la Delegación del Gobierno.
Es incomprensible la estrategia del PP", afirma un ministro. "Está claro quiénes tienen el problema", añade otro, señalando la masiva manifestación de este sábado en Valencia: 130.000 personas, según las cifras de la Delegación del Gobierno
El viernes, fuentes de Transición Ecológica, antes de la entrevista en la SER, ya se vieron obligadas a salir al paso de las acusaciones del PP, al recalcar que la vicepresidenta estuvo el martes 29 "en todo momento trabajando y localizable". Recordaban que a mediodía, "preocupada por las alertas de la Aemet", ya difundió un mensaje en X pidiendo "máxima preocupación ante la gravedad de la DANA". A las 14.30 se reunió con parlamentarios europeos, a las 16.15 "coincidió" con la popular Dolors Montserrat y conversó con ella "unos minutos". A las 16.30 "mantuvo un encuentro con el director general de Competencia" y a las 18 horas se reunió con responsables de la European Trade Union Confederation. Fue pasadas las 19.30 cuando intentó localizar a Mazón, sin éxito, hasta que a las 20.20 logró dar con él a través del móvil de su jefe de Gabinete.
La vicepresidenta "continuó dirigiendo las actuaciones del ministerio, pendiente de la evolución de la DANA" y "en contacto" con los otros departamentos alertados por el temporal. Participó telemáticamente en la primera reunión del comité de crisis que constituyó el Gobierno en la noche del mismo martes 29. Adelantó su regreso a Madrid en el primer vuelo disponible el miércoles 30 a las 7 de la mañana y ya tuvo agenda pública ese día. Se reunió con su equipo en el ministerio a las 9.30, precisaban en Transición, y asistió a la segunda reunión del comité de crisis, en la Moncloa. Se volvió a reunir con los suyos en el ministerio y, por la tarde, visitó la sede de la Aemet en Madrid.
Ribera estuvo el 29 en Bruselas, desde donde logró dar con Mazón a la cuarta llamada. El miércoles adelantó su regreso a Madrid y asistió a la segunda reunión del comité de crisis, en la Moncloa
Mazón y el PP buscan la caída de Ribera. Pero el foco, por el momento, sigue en el president de la Generalitat, cada vez menos arropado en su partido, atrapado en sus contradicciones y sus cambios de versión y señalado por buena parte de la sociedad valenciana, como se demostró en la multitudinaria manifestación de este sábado en la capital autonómica. Su continuidad al frente del Consell está ahora mismo en peligro.
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