Cuatro turnos de preguntas. Los cuatro incluyeron, de una manera u otra, la opinión de la gestión de Carlos Mazón con la DANA. Las horas en las que estuvo ausente, ilocalizable, de comida con la periodista Maribel Vilaplana mientras la reunión en el CECOPI, el Centro de Emergencias de la Generalitat, resultaba inoperativa, su falta de prevención, la multitudinaria manifestación del sábado en la que miles de ciudadanos pidieron su dimisión. Pedro Sánchez se aferró en todo momento al mantra que repite su Ejecutivo desde que el agua anegó Valencia el 29 de mayo: "Tiempo habrá para ello". Es decir, que no es el momento de ajustar cuentas con el president y con el PP. "Ahora, estamos en lo que estamos y en lo que estamos es en servir a los ciudadanos, en responder de manera inmediata y urgente a sus necesidades, en reconstruir las zonas afectadas y en relanzar social y económicamente esas zonas afectadas. Y, por tanto, no nos vamos a desviar de ese ese objetivo".
Ni el presidente ni sus ministros apretarán a Mazón. Es la orden directa del propio Sánchez. Y no se va a romper, por mucho que en privado nadie tenga dudas de que la gestión del jefe del Consell está siendo "catastrófica". La razón es que "no hay prisa". En buena medida, creen en el Ejecutivo, porque es el propio barón popular el que está cayendo en su propia red de contradicciones, el que está quemándose solo. Pero, sobre todo, porque la emergencia no ha pasado en Valencia, queda un ingente trabajo por hacer por delante y los ciudadanos no perdonarían que los dos grandes partidos entrasen en una colisión frontal. Por esa misma razón, y por ahora, el propio presidente no tiene previsto comparecer en el Congreso para dar cuenta del manejo de la crisis por parte de su Gobierno, para no contribuir a elevar la tensión. Todo "llegará", repiten fuentes gubernamentales, pero no ahora.
Sánchez insiste en que el Gobierno "está y estará con los valencianos todo el tiempo que sea necesario". Es el 'whatever it takes' de Draghi, recuerda Cuerpo
"La situación en Valencia sigue estando fatal, lo ha dicho el presidente, así que toca estar con Valencia. Antes de entrar al choque, hay que resolver muchas cosas", aducen desde el Ejecutivo. Este lunes, de hecho, Sánchez presentó tras el Consejo de Ministros el segundo paquete de ayudas aprobado, por 3.765 millones de euros, que se suman a los 10.609 movilizados la semana pasada, también por real decreto ley. No habrá problema de convalidación en el Congreso, por el apoyo de los grupos y en especial del PP. El Gobierno, prometió, "está y estará con los valencianos todo el tiempo que sea necesario". "Está y va a estar ahí —insistió—, con todos los recursos necesarios y durante todo el tiempo que haga falta. Incluso cuando la atención mediática decaiga, se lo garantizo, continuaremos ahí, trabajando por restablecer la normalidad de las zonas afectadas por esta catástrofe natural". El titular de Economía, Carlos Cuerpo, repescó la célebre frase del italiano Mario Draghi cuando dirigía el Banco Central Europeo y garantizó la salvación del euro, el whatever it takes. Aquí, dijo este lunes en la SER, también aplica: "El haremos lo que haga falta... y será suficiente".
El Gobierno no tiene previsto entrar en la confrontación con el PP esta semana, en la vuelta de las sesiones de control —hoy martes, en el Senado, el miércoles, en el Congreso, en ambos casos sin presencia de Sánchez, por su viaje a la COP29, en Bakú (Azerbaiyán)—. Todo serán, en definitiva, buenas palabras. "No hay ninguna prisa", inciden fuentes gubernamentales.
La Moncloa ha optado por poner el foco en el presidente y en cinco de sus ministros: Marlaska, Robles, Puente, Bolaños y, sobre todo, Torres
La comunicación se ha dirigido desde la Moncloa para que el foco, desde que DANA arrasó Valencia, recaiga únicamente en el presidente y cinco de sus ministros, los que tienen competencias directas en la emergencia y la reconstrucción de las zonas golpeadas: Fernando Grande-Marlaska (Interior), Margarita Robles (Defensa), Óscar Puente (Transportes), Félix Bolaños (Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes) y sobre todo Ángel Víctor Torres (Política Territorial), el responsable que más ha ido ganando peso político en los últimos meses. El resto del Gabinete tiene una presencia mucho más limitada y menor.
"Todo está ordenado, no es cuestión de protagonismos"
Ni siquiera tiene relieve propio la portavoz oficial del Gobierno, Pilar Alegría, con el argumento, cuentan en su equipo, de que no tiene competencias en la gestión de la catástrofe, ya que su área, Educación, está transferida a las comunidades autónomas. "Y para hablar de la DANA, tiene más sentido que salga el ministro Torres, que lleva la Política Territorial, que nosotros", alegan. Él, de hecho, comparecerá el miércoles a las 9 de la mañana en la Cámara baja, en la que será la primera explicación monográfica del Ejecutivo en sede parlamentaria. No obstante, quien ha ejercido de portavoz oficioso estos días ha sido Puente, que ha cambiado su látigo con la oposición y su estilo bronco por una faceta más institucional y didáctica, dando cuenta a través de su cuenta de X de los avances en la recuperación de las infraestructuras dañadas por el temporal y, de paso, desmontando bulos. "Todo está ordenado y con las ideas claras y no es cuestión de protagonismos", justifican en el Gobierno.
La miembro del Gobierno que sí ha salido al paso de los ataques del PP es Ribera, que este martes afronta el 'hearing' en la Eurocámara, y Feijóo ha maniobrado con Weber para frenar su designación
La Moncloa ha optado por recuperar la comunicación que le funcionó en la pandemia: ruedas de prensa más frecuentes del presidente —lleva dos en una semana, algo muy inhabitual en él en España—, comparecencias diarias de ministros o de técnicos tras la toma de decisiones del comité de crisis —desde civiles hasta uniformados, como el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos—, adopción de un tono más institucional, sorteando el choque con la oposición.
La única integrante del Gobierno a la que la Moncloa le ha permitido defenderse y entrar al cuerpo al cuerpo ha sido Teresa Ribera, objeto de ataques por parte del PP y del propio Mazón. Los populares le reprochan que estuviera "huida" durante días, sin dar cuenta de la gestión de una DANA que, entienden, era responsabilidad suya, y si estuvo "desaparecida", añaden, fue porque estaba "más preocupada" por garantizarse el aprobado en el hearing que afronta este martes en el Parlamento Europeo. La vicepresidenta tercera respondió el viernes en una entrevista en Hora 25, en la SER, y negó que no se hubiera ocupado de la alerta: le costó cuatro llamadas, relató, dar con Mazón aquella tarde del 29 de octubre, y le ofreció toda la ayuda que necesitaba. Y si descolgó el teléfono, explicó, fue porque sus técnicos en el CECOPI vieron que no se tomaban "decisiones" y que no dimensionaban la magnitud del desastre que ya estaba devorando parte de Valencia.
Las acusaciones del PP no se han frenado y, de hecho, Alberto Núñez Feijóo ha maniobrado en las últimas horas con el jefe de los populares europeos, Manfred Weber, para intentar frenar la designación de Ribera como vicepresidenta ejecutiva de Transición Justa, Limpia y Competitiva y comisaria de Competencia. Así, ella recibirá preguntas sobre su gestión de la DANA. Pero Ribera no es una pieza menor en el puzle: será, ni más ni menos, que la número dos de la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen. Por eso en el Ejecutivo dan por hecho que, pese a todas las trabas del PP, la vicepresidenta pasará la prueba. "Ya dijeron que Von der Leyen no contaría con ella. Luego dijeron que tendría una cartera de juguete, sin poder. Luego dijeron que no tendría nada relacionado con energía. Luego dijeron que no sería vicerpresidenta. Luego dijeron que la tumbarían en el hearing. Y ahora dicen que sale pero quizá no a la primera. Hay que reírse", indican en su equipo.
Defensa cerrada de Ribera
Fuentes muy próximas a Ribera insisten en que en estos días transcurridos desde el día de la DANA "no ha dejado de currar", estando encima de la recuperación del "suministro energético y las infraestructuras en agua, en residuos, además de la Aemet [la Agencia Estatal de Meteorología]", y de hecho forma parte del comité de crisis. "Pero da igual. Ahora no hay que entrar. La gente no lo entendería. Teresa tiene el hearing este martes y ellos lo que quieren es intentar desestabilizarla en Bruselas. Nosotros a lo nuestro y sin caer en provocaciones. Si ella fue el viernes a Aimar [Bretos, director de Hora 25] fue porque se estaban pasando un huevo". La dirigente socialista comparecerá a petición propia el 20 de noviembre en comisión en el Congreso para explicar su gestión en la crisis.
Ahora no hay que entrar. La gente no lo entendería. Teresa tiene el 'hearing' este martes y ellos lo que quieren es intentar desestabilizarla en Bruselas. Nosotros a lo nuestro y sin caer en provocaciones", apuntan en el círculo de Ribera
En todo caso, el apoyo de Sánchez a Ribera no está en duda. Lo dejó claro él mismo durante su comparecencia. "Miren, el mundo, Europa y España necesitan más Teresas Riberas y necesitan menos negacionistas del cambio climático". A la pregunta directa de si respaldaba su gestión en esta crisis, fue diáfano: "Sí. No puedo ser más claro". El presidente fue explícito por tanto en su defensa de su vicepresidenta tercera como de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, a quien elogió por su "extraordinaria diligencia", por dar "lo mejor de sí misma" desde "el primer minuto" y por representar al Ejecutivo en cuanto a "valores, dedicación y, por supuesto, compromiso con la Comunitat Valenciana".
Hacia Mazón no hubo ataques directos, pero tampoco, obviamente, defensa de ningún tipo. De hecho, dos días después de la masiva manifestación que pobló las calles de Valencia pidiendo la dimisión del president, Sánchez señaló que a la ciudadanía hay que "escucharla" y "acompañarla", pero también hay que procurarle "todos los recursos del Estado para recuperar la normalidad cuanto antes", y "en eso está el Gobierno de España".
El 'president' Mazón ha deslizado que prepara una reestructuración de su Consell para adecuarlo a los tiempos de reconstrucción tras la DANA
El jefe del Ejecutivo razonó que ahora la urgencia es otra, y ya "vendrá el debate político sobre qué cosas tenemos que mejorar ante esta emergencia climática, y sin duda alguna, ante la asunción de responsabilidades políticas, que evidentemente tendrán que ser sustanciadas en las Cortes Generales y también en el Parlamento valenciano [les Corts Valencianes]". Sánchez estaba apuntando a eventuales dimisiones en la Generalitat. Mazón comparece este jueves en les Corts y ha deslizado que puede reformar su Gabinete para adecuarlo a los tiempos de reconstrucción de la DANA, argumento que podría utilizar para cesar a las dos conselleras más achicharradas por la tragedia, la de Justicia e Interior, Salomé Pradas, por su incapacidad para gestionar la emergencia y su cadena de errores y rectificaciones, y la de Industria, Nuria Montes, que decidió impedir que los familiares accedieran al pabellón donde se encontraban los cuerpos de las víctimas, con un tono tan falto de empatía y sensibilidad que se vio obligada a pedir disculpas más tarde.
"No es efectivo y hubiera sido fallido"
En el Gobierno central, se descartan las dimisiones por completo. Sánchez evitó la autocrítica —"Tiempo habrá para ello", alegó también—, pero en su equipo están convencidos de que se tomó la decisión correcta. Esto es, no asumir el mando, arrebatándoselo a la Generalitat. "Nunca se ha hecho, no es efectivo y hubiera sido fallido", recuerda un ministro. Y es que habría sido contraproducente, creen, haber añadido un conflicto político al drama humano, dado que Mazón nunca pidió declarar la emergencia nacional, de forma que de haberlo hecho unilateralmente el Ejecutivo habría tenido que actuar con toda una Generalitat a la contra. En los días posteriores a la DANA sí afloró un sentimiento de desamparo de los valencianos que estalló con furia en Paiporta, durante la visita de los Reyes, Sánchez y Mazón. De ahí que el presidente fuera muy insistente este lunes, otra vez, en que el Estado "somos todos", desde su Gabinete hasta la Generalitat, la Diputación de Valencia o los ayuntamientos y todos los servidores públicos. Por eso deploró campañas en redes sociales como la de El pueblo salva el pueblo, porque el Estado también lo conforman los ciudadanos y las empresas que, con sus impuestos, permiten que el Estado responda de forma "eficaz y equitativa" ante situaciones como la provocada por la gota fría del 29 de octubre.
Ahora desde luego no toca. Ellos son ellos y nosotros somos nosotros", apunta un ministro. "Mazón en un indolente. Todo le trae al pairo", razona otro
El tiempo de la tregua con el PP se agotará, antes o después. "Veremos. Ahora desde luego no toca. Es verdad que ellos, al contrario, no tendrían conmiseración. Pero ellos [el PP] son ellos y nosotros somos nosotros", señala un ministro de mucho peso del Ejecutivo. "Ya llegará", sostiene otro. En el Gobierno advierten de que "el punto de inflexión" de la crisis se alcanzará, precisamente, este miércoles, con la comparecencia de Torres en el pleno del Congreso. "Ahí nos veremos. No creo que el PP vaya muy agresivo. Lo tienen muy difícil. Mazón los lastra. Otra cosa es lo que ocurra tras ese pleno", sentencia un miembro del Gabinete, que añade que, pase lo que pase, y decida lo que decida el PP, vaya con la munición que vaya, el titular de Política Territorial irá "preparado".
En el Ejecutivo no tienen tan claro que los populares dejen caer a Mazón, porque se expondrían a perder la Comunitat Valenciana. Si él dimitiera, se abriría un nuevo proceso de investidura —la sucesora más lógica sería la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ya que ningún conseller es diputado autonómico, y ese es requisito imprescindible—, y no está garantizado el apoyo de Vox. Y si la ultraderecha no respalda a un nuevo president del PP, la comunidad tendría que ir a unas nuevas elecciones probablemente infernales para los populares. Para el Gobierno, no obstante, Mazón está achicharrado. Y su opinión sobre él no ha hecho sino empeorar, más aún después de que se confirmase que mantuvo, pese al aviso rojo de la Aemet y pese a que ya se habían producido desbordamientos por la mañana, una larga comida con la periodista Maribel Vilaplana. "Es un indolente —concluye un ministro—. Todo le trae al pairo. Asombroso".
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