Carlos Mazón ha expuesto este viernes durante dos horas y media en las Cortes valencianas los pormenores de la catástrofe que tuvo lugar el pasado 29 de octubre. Su intervención aportó datos relevantes, pero también estuvo recargada de detalles innecesarios para una comparecencia que debía afrontar la asunción de responsabilidades por falta de información en tiempo y forma a la población, y por la tardanza en desplegar la ayuda necesaria a las zonas afectadas.

Si el relato del presidente de la Generalitat valenciana se ajusta la realidad, es evidente que se produjo una inexplicable negligencia por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a la hora de informar sobre el torrente que se produjo en el Barranco del Poyo, que fue lo que provocó los mayores daños. A las 18,43 horas de la tarde, su cauce llegó a acumular 1.686 metros cúbicos de agua por segundo. Hubo un apagón informativo entre las 16,13 horas, hora en la que la situación era grave pero no alarmante, y las 18,43 horas, momento en el que ya era inevitable la tragedia. Por cierto, todas las comunicaciones al Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI) se produjeron por email. Algo inaudito.

Hay, por tanto, una responsabilidad evidente por parte de la CHJ, que depende del Ministerio de Transición Ecológica, cuya titular es Teresa Ribera.

Mazón no hizo mención en su alocución a su largo almuerzo con la periodista Maribel Vilaplana, en el que le ofreció la dirección de la televisión autonómica À Punt, precisamente en las horas en las que ya había pueblos inundados. El presidente llegó casi dos horas tardes a la reunión del CECOPI. Por mucho que estuviera informado, su deber era estar en su puesto y dar la máxima prioridad a la evolución de la Dana y sus consecuencias.

¿Por qué aguardó hasta el sábado 2 de noviembre para solicitar el envío de 5.000 soldados?

El día 30 de octubre ya se conocía -aunque no en toda su dimensión- la magnitud del desastre. Había decenas de muertos y desaparecidos y se sabía que pueblos enteros, como Paiporta, habían sido arrasados. Era obvio que la Generalitat necesitaba recurrir a los medios de los que sólo dispone el Gobierno para paliar las consecuencias de la avalancha. ¿Por qué no solicitó Mazón la declaración de emergencia nacional que hubiera obligado al Gobierno a asumir el control de la situación? ¿Por qué Mazón desoyó la recomendación de Feijóo de elevar el nivel de alerta? ¿Por qué aguardó hasta el sábado 2 de noviembre para solicitar el envío de 5.000 soldados?

¿Acaso creyó que pedir el rescate del Gobierno era reconocer su incapacidad? ¿Pensó que su dirección en la gestión sería más eficiente que la del Gobierno? Sea por una razón o por otra, el caso es que la tardanza en recurrir al Gobierno causó daños humanos y materiales irreparables. Esa es la responsabilidad que tiene que asumir él en primera persona.