Poco más de tres años atrás, en octubre de 2021, el PSOE concluyó su 40º Congreso Federal en Valencia sin apenas tensiones. Vivía un momento plácido, de unidad interna, en la desembocadura de la pandemia, con un poder territorial incontestable, con la maquinaria de producción legislativa del Gobierno a pleno rendimiento, con un Ejecutivo profundamente remozado hacía escasamente tres meses. Todo parecía ajustado, nada parecía chirriar. Sin embargo, con el paso del tiempo, aquel cónclave, de indiscutible paz interior, se acabó demostrando fallido. La dirección del partido sufrió otra gran convulsión en julio de 2022, provocada por la salida de la número dos, Adriana Lastra, un diseño que hubo que retocar en enero de 2024, tras la trabajosa segunda investidura de Pedro Sánchez.
Ahora, cuando quedan menos de 15 días para el 41º Congreso, el que se celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla, nada es como ayer. El Ejecutivo vive al límite, con apoyos precarios, con dificultades objetivas para avanzar en su agenda legislativa. El PSOE pudo conservar por los pelos la Moncloa tras verse derribado en ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas con las elecciones de mayo de 2023. Los frentes se multiplican, internos y externos. Los últimos, la gestión de la DANA y la durísima batalla que está dando el PP en Bruselas para frenar el aterrizaje de Teresa Ribera a la Comisión Europea. Eslabones que se suman a un otoño trabado por la metralla del caso Ábalos y la investigación en curso contra la esposa del presidente, por el ahogo de los socios. Pese a que el Gobierno sigue sacando adelante votaciones complicadas, pese a que no haya riesgo de moción de censura, pese a que la economía arroja buenos datos macro, la sensación que cunde en las filas socialistas es que hace falta escapar de la imagen de "fin de ciclo". Que es necesario un revulsivo. Y que ese "nuevo impulso" puede traducirse en "cambios profundos" en la cúpula del PSOE, según manifiestan distintos dirigentes, de la órbita federal y de los territorios, más y menos alejados de Ferraz.
Persisten las dudas sobre el futuro de Montero y Cerdán, los dos pilares de la ejecutiva y ambos de la máxima confianza del jefe. Sánchez no les ha confirmado públicamente hasta ahora
Sánchez no ha dado aún ninguna pista todavía. Nada. Hace más de un mes, en la recepción en el Palacio Real del 12 de octubre, solo anticipó que habría "renovación". Ya está. Desde entonces, el reloj interno se ha detenido. Básicamente, por la salvaje gota fría que devastó la provincia de Valencia. La atención a los afectados, la recuperación de las infraestructuras, la fase de la emergencia, ha centrado la acción del Gobierno y ha puesto en pause la actividad del partido. Y, tras la comparecencia del president Carlos Mazón en les Corts el pasado viernes, el PSOE ha pasado a la ofensiva, exigiendo su destitución al PP, prestándole sus votos para montar un Consell "técnico" que convoque elecciones a lo largo de 2025. Y, a la vez, se sucede la defensa de Ribera, cuya elección como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión se ha enmarañado por las maniobras de los populares. La contienda política por la DANA entra plenamente en escena. Otro elemento que opaca el foco en el 41º Congreso y que se prolongará de manera especial en los días previos, porque el miércoles 27 el jefe del Ejecutivo comparecerá en la Cámara baja para explicar su gestión.
El presidente ni siquiera ha confirmado públicamente en sus cargos a los dos pilares de su cúpula, ambos de la máxima confianza del jefe. María Jesús Montero, vicesecretaria general, y Santos Cerdán, secretario de Organización. Las dudas internas persisten sobre ambos. La primera es también la número dos del Gobierno y no ha dejado de sonar la opción de que Sánchez la destine a Andalucía para batirse frente a un consolidado Juanma Moreno. En ese caso, tendría que desplazar a Juan Espadas, cada vez más contestado en su federación. Cerdán conduce las riendas del aparato desde 2021, cuando heredó la silla eléctrica del exministro José Luis Ábalos. Al malestar latente en algunas federaciones —el mes pasado estalló con virulencia el choque con Castilla y León, hasta ahora un territorio alineado con Ferraz—, se suma el análisis de que si el presidente quiere lanzar un mensaje de renovación de las estructuras, el primer escalón, el que conforman Montero y Cerdán, también debe sufrir cambios. Básicamente porque la mayor parte de los miembros de la ejecutiva, quitando el núcleo duro y los ministros —y hay nueve, porque la décima, Diana Morant, la abandonó para poder encabezar la delegación valenciana al congreso—, tiene un perfil político bajo.
"No sabemos nada aún, ni de qué va a hacer con la ejecutiva del PSOE ni con el Ejecutivo", sostiene un integrante de su equipo de máxima confianza en la Moncloa, que añade una clave que jamás se puede dejar de lado: "Es Pedro". Es decir, que es el presidente quien decide enteramente, quien marca los tiempos, quien catapulta y apea liderazgos, quien habitualmente busca sorprender. "No sé qué tiene en la cabeza. ¿Qué creo que hace falta? Nada. Seguir", agrega un ministro. Y ese seguir de nuevo encierra otro mensaje: la necesidad de resistencia en tiempos durísimos.
No hay ninguna certeza, pues, sobre los planes de Sánchez, de ahí que el partido navegue en un mar de dudas. Aunque sí asoman algunas reflexiones compartidas. Y una, es precisamente, que el líder tiene que emprender rumbo, la segunda parte de la legislatura y enfilado hacia las trascendentales elecciones autonómicas y municipales de 2027 —ante, en 2026, llegarán las de Castilla y León y Andalucía, si no hay anticipos—, con un equipo muy renovado.
Pedro es un dirigente de mucha intuición y sabe que hacen falta cambios profundos. Mucha gente piensa que tiene que dar la señal de inicio de ciclo, y creo que se va a sustanciar", señala un miembro de la cúpula parlamentaria
"Muchos tenemos la percepción de que Pedro va a dar un importante meneo a esto. Él es un dirigente con mucha intuición, muy de este tiempo, y sabe que hacen falta cambios profundos, yo diría que en el partido y también en el Gobierno. Mucha gente piensa que tiene que dar la señal de inicio de ciclo, y creo que se va a sustanciar", apunta un dirigente muy veterano que, como miembro de la cúpula parlamentaria, ha podido escuchar las reflexiones de sus compañeros de grupo y que conoce sus inquietudes. Es de los que creen que además Sánchez necesita hacer una dirección enteramente suya, porque la de 2021 era una especie de mixtura entre responsables elegidos por él y los aupados por Lastra y Cerdán. "Este es un congreso que nos pilla en el Gobierno y en una situación muy compleja —apunta otro importante mando federal—. El barco lo dirige el que acaba de ser reelegido y tiene la confianza mayoritaria de la gente, así que debe tener margen para dar un nuevo impulso. Si hay que apostar, yo creo que optará por la entrada de gente nueva y políticas transversales como el cambio climático". "Cambios habrá, sin duda, aunque no sé si a gusto de todos. ¿Disruptivos? Quién sabe", manifiesta una integrante de la dirección federal.
"Si no hubiera cambios en el partido, perderíamos una enorme oportunidad para recuperar impulso político. Mi opinión es que habrá cambios importantes, sí", expresa un barón regional. Otro coincide: "No es imaginable nada que no sea un cambio profundo en todas las partes, sobre todo si se quiere dar la imagen de etapa larga en el partido. Si se hacen pocos cambios, suena a fin de ciclo. Y si haces cambios profundos, abres nueva etapa a tres años. Yo creo que hay que abrir nueva etapa con fuerza, no hay otra". Este máximo líder territorial espera que haya renovación tanto en el partido como en el Gobierno.
¿Retraso en la formación de la Comisión?
Pero sobre la remodelación del Ejecutivo aún se ciernen más dudas, porque Sánchez adelantó que su idea era cubrir la vacante que, en principio, va a dejar Ribera al marchar a Europa. Y el suyo no es un ministerio menor, es el de Transición Ecológica y Reto Demográfica, al que el líder socialista confiere máxima importancia por la emergencia climática. Dado que se esperaba que la vicepresidenta se incorporase a la Comisión Europea el 1 de diciembre, se apuntaba a que los cambios en partido y Gobierno llegarían a la par. Pero la pugna contra Ribera librada por el PP, de la mano del jefe de los conservadores europeos, el alemán Manfred Weber, ha anegado de incertidumbre el camino de la vicepresidenta hacia Bruselas. Sánchez no piensa retirar a su candidata y se mueve para ganar el pulso a Alberto Núñez Feijóo, pero este va a ir "con todo" para conseguir su objetivo de descabalgarla de la carrera. Incluso en caso de que Ribera se mantenga en pie, podría producirse un retraso respecto de los planes originales de Ursula von der Leyen. Es decir, que la nueva Comisión no estuviese lista para el 1 de diciembre. Y eso tendría repercusiones en el reajuste del Gobierno español. En la forma en que Sánchez recomponga el puzle de Ejecutivo y partido. En los tiempos.
Va a mover el avispero, y también dependerá de lo que ocurra en las federaciones después", apunta un mando de un territorio muy alineado con Ferraz, que cree que puede haber movimientos en el Ejecutivo y en el grupo
"Probablemente habrá cambios profundos en el partido, y también en el Gobierno y quizá también en el grupo parlamentario", converge otro dirigente territorial de primer nivel de una federación muy cercana a Ferraz. "Pedro va a mover el avispero, y también dependerá de lo que ocurra en las federaciones después", prosigue, convencido de la necesidad de un revulsivo interno y de que habrá que observar la foto global, porque al cónclave federal le sucederán, en cascada, los congresos regionales, provinciales y locales y de distrito. Este responsable entiende que, aunque haya movimientos en el Ejecutivo, serán más limitados, para empezar porque en ningún caso habrá relevos de los ministros de Sumar —la cuota y la composición la decide el socio minoritario de la coalición— y porque los miembros del Gabinete que están más encima de la gestión de la DANA están "blindados" por el momento.
Y eso incluye a los titulares de Interior y Defensa, Fernando Grande-Marlaska —visto como un ministro chamuscado desde fuera, pero que hasta ahora ha contado con el respaldo cerrado de Sánchez— y Margarita Robles, y también al titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y al de Transportes, Óscar Puente. Precisamente este ha concitado el aplauso unánime de sus compañeros de partido por la rápida recuperación de las infraestructuras dañadas por el temporal y por su política comunicativa, con un estilo didáctico e informativo, más contenido, muy lejos de su enfoque anterior, más agresivo.
Puente, de hecho, sube en las quinielas internas y tal vez podría ser promocionado. De hecho, ha actuado en estas semanas de portavoz oficioso del Ejecutivo, frente a una cada vez más diluida Pilar Alegría. Ella podría ser lanzada por Ferraz para intentar hacerse con las riendas de Aragón, una federación hostil, pero el empeño de su todavía secretario regional, Javier Lambán, de cortarle el paso puede provocar un cambio de planes. Alegría es, para algunos de sus compañeros, candidata a secretaria de Organización. Sería su vuelta al aparato por la puerta grande, porque ya era la mano derecha del expresidente Marcelino Iglesias cuando este recibió el encargo de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 de llevar la cartera más importante de la dirección.
Quien ha mejorado su puntuación interna es Óscar Puente, portavoz 'oficioso' del Gobierno en estas semanas de la DANA, por encima de Pilar Alegría
La mención a los relevos también en la cúpula parlamentaria no es aislada. Otros dirigentes consultados apuntan a esa posibilidad, a un recambio de Patxi López. Él aterrizó en la portavocía en el Congreso en julio de 2022, y ahora algunos lo ven en otro destino o camino al Ejecutivo.
El papel de Patxi López
"Sigue existiendo un temor notable a la idea de fin de ciclo, sabiendo que con Pedro es mucho aventurar —analiza un cargo local con interlocución con Ferraz—. La duda es si habrá cambios de calado o no, porque la idea de un congreso de ideas se ha diluido. Los puestos que pueden suponer un revolcón o un impulso serían la portavocía parlamentaria, cambios en el Gobierno, cambios en la vicesecretaría general [Montero] y/ o en Organización [Cerdán] y efectos colaterales en las federaciones. La gente ve carencias en una ejecutiva borrada del foco informativo y sin voz y un Gobierno con más voces, pero también con muchos ministros con gran invisibilidad". "En la dirección sí se esperan cambios de entidad. Del Gobierno yo diría que lo contrario, y Patxi es cierto que está un poco apagado", abunda otro dirigente muy conocedor de los movimientos del partido y de la Moncloa.
Una baronesa autonómica incide en la importancia del proyecto, encarnado en la ponencia, pero admite que importa quiénes lo llevan a cabo, "y sí quizás haya que hacer cambios". "El partido necesita referentes que faltan", conviene otro líder regional
Una máxima líder territorial, muy próxima a Ferraz, insiste en que, "más allá de las personas", que van y vienen, el objetivo del PSOE debe ser "abordar en la ponencia los principales retos" que España tiene como sociedad. Pero añade: "Las personas que estemos luego lo tendremos que llevar a cabo, y ahí sí es importante el quién y quizás haya que hacer cambios". Otro secretario regional también alineado con la cúpula de Sánchez espera movimientos "profundos": "No conozco a estas alturas a la mitad de los que están en la ejecutiva, y creo que el partido necesita referentes que faltan. Y conociendo como conocemos al jefe, buscará dar un impulso a todo y que nada quede como estaba. Sigo pensando que Santos no va a cambiar de sitio, ni María Jesús, pero a partir de ahí nada está escrito".
No hay, por tanto, una percepción unánime de qué ocurrirá con los números dos y tres. Lo define así un jefe de un aparato regional que en estas semanas ha estado en contacto muy cotidiano con el cuartel general: "A ratos veo a Santos fuerte y a ratos no". Una impresión que describen otros mandos y que responde al momento de incertidumbre que atraviesa el partido, a falta de dos semanas para el 41º Congreso y con todas las dudas por despejar. Un barón provincial echa en falta más coordinación partido-Gobierno tras la marcha de Óscar López al Ministerio para la Transformación Digital y una voz "más potente" en la dirección federal, porque Montero "no puede estar full time como número dos" y Cerdán "no tiene perfil mediático". La portavoz del partido desde el pasado enero, Esther Peña, apenas tiene relieve político y está siendo reemplazada en las últimas semanas por la concejala madrileña Enma López, miembro del comité organizador del 41º Congreso y señalada como posible nueva cara de la cúpula de Sánchez.
Los que entienden que es mejor "no hacer mudanzas"
Hay quienes entienden que, justo por ser este un momento complicado, es mejor no revolucionar el PSOE. "Cambios entiendo que habrá, pero sobre todo hay que impulsar el proyecto político. Puede ser el congreso una conjura para ser más fuertes que un cambio radical. Ya se sabe, en tiempos de tribulación, mejor no hacer mudanzas", manifiesta un barón regional. Lo creen igualmente en el PSC: "Esperamos un refuerzo del liderazgo del secretario general y una actualización de las políticas socialdemócratas que han estado aplicándose con éxito estos seis años", ilustran fuentes muy próximas al president de la Generalitat y primer secretario del partido hermano, Salvador Illa. "Lo que haga Pedro estará bien y me parecerá lo mejor. Confío en él plenamente", apunta por su parte otra baronesa autonómica.
El sentir interno es renovación e impulso. El impulso no puede venir de una ponencia continuista en las políticas, así que eso hace pensar que va a venir de un equipo nuevo", analiza otro cuadro territorial
Las expectativas más prudentes no son, sin embargo, las más generalizadas. Como apunta un cargo de una federación pequeña pero muy conectada con Ferraz, la militancia y los cargos esperan "cambios, que no significan castigos, pero sí un nuevo impulso con gente nueva". "Ese sí que es el sentir interno. Renovación e impulso —resume esta misma fuente—. Y no esperamos impulso político porque la ponencia, aunque resalta los logros conseguidos, marca continuismo en las políticas, y eso hace pensar que el impulso va a venir de un equipo nuevo. En el Gobierno hay algunos ministros que necesitan recambio, como en Vivienda [la titular Isabel Rodríguez], que es un tema clave en esta legislatura, y otros muy buenos como [Carlos] Cuerpo, que está siendo una sorpresa agradable, o el propio Puente, un ídolo para la militancia ahora mismo".
La cuenta atrás ha comenzado. Con todas las opciones, con todos los nombres sobre la mesa. Sánchez está obligado a lanzar señales en breve, pero ahora mismo su prioridad es otra, y es la DANA. El partido (aún) puede esperar.
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