Cuando Teresa Ribera comparezca a media mañana de hoy en el Congreso de los Diputados y a las 6 de la tarde en el Senado el futuro de su designación como vicepresidenta y comisaria europea puede haberse desbloqueado a pesar del declarado voto en contra de los populares españoles. Algo se está moviendo en los pasillos del Parlamento Europeo, el PP para tirar abajo esa designación; el Gobierno para salvar a su candidata aunque sea a cambio de aceptar a los comisarios de la italiana Giorgia Meloni y del húngaro Viktor Orban, Raffaele Fitto y Olivér Várhelyi, respectivamente.
Desde Rio de Janeiro, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió la puerta a aprobar a ambos candidatos. No se trata de vetar o no a uno u otro candidato, porque "todos los países" de la UE "tienen derecho a un comisario", es "lo que dicen los tratados" europeos, así que Sánchez entiende que no hay más discusión.
Y es que sólo apoyando a ambos aspirantes de la ultraderecha europea puede garantizarse Ribera las mayorías necesarias para superar su examen de idoneidad y llegar a la votación en bloque del 27 de noviembre con el resto del Colegio de comisarios elegidos por la presidenta Ursula Von der Leyen. La estrategia de Génova de rechazarla ante el riesgo de que acabe siendo imputada por su gestión de la DANA ha pasado de ser una amenaza sin posibilidad alguna de prosperar a generar un enorme desasosiego en el Gobierno y en el PSOE, sobre todo por el respaldo que ha recibido Alberto Núñez Feijóo del presidente de los populares europeos, Manfred Weber.
Fuentes de los populares europeos no descartan que los españoles mantengan su 'no' rotundo a Ribera y que expresen su disconformidad con el voto en contra en el pleno del Parlamento Europeo. Sin embargo, si las tres grandes familias europeas están de acuerdo, los votos de la delegación que lidera Dolors Montserrat no moverían la conclusión. Las mismas fuentes apuntan que esto puede ser una mala jugada porque la próxima Comisión vigilará de cerca quién vota en contra en Estrasburgo.
También desde los socialdemócratas ven cercano el desbloqueo de esta situación con todos los actores implicados. En la tarde de este martes, los liberales y los socialistas empujan para tratar de rascar un acuerdo por escrito por parte de los populares. Quieren tener el compromiso de que van a ser los socios prioritarios de quien ostenta la presidencia de la Comisión Europea. Pero los populares descartan los mensajes por escritos: "ni pactos, ni SMS".
Fuentes de los socialdemócratas justifican que los populares rechazan un documento escrito para tener las manos libres para poder negociar con el resto de grupos a su derecha en el Parlamento Europeo: desde los Conservadores y Reformistas de Meloni a los Patriotas por Europa de Vox. En lo que lleva en marcha la legislatura, los populares ya se han apoyado en estos grupos para sacar adelante algunas votaciones.
Aunque los socialistas buscaban rebajar la influencia del candidato de Meloni y criticaban que tuviese una vicepresidencia, igual que Ribera, ahora fuentes del grupo insisten en que no es el momento de hablar de porfolios. "Tratamos de cerrar un acuerdo mucho más amplio", resumen.
La conferencia de presidentes, donde se verán las caras Weber, la socialista Iratxe Pérez, la liberal Valérie Hayer y el resto de presidentes de las familias de la Eurocámara junto a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, está agendada para la tarde de este miércoles. Varias fuentes apuntan que el acuerdo podría llegar cocinado a esta reunión que tiene previsto fijar el orden del día del próximo pleno, que se celebra la próxima semana en Estrasburgo.
Sin embargo, la última reunión entre Hayer, Pérez y Weber terminó sin un acuerdo que trasladar a sus respectivos grupos. Los tres líderes abandonaron el Parlamento Europeo a última hora de este martes con el pacto en el aire. Se han dado pasos, pero todavía no los suficientes, al cierre de este artículo.
En los últimos días se han sucedido las conversaciones informales en los pasillos de la sede de la Eurocámara en Bruselas, pero la tensión de los últimos días ha elevado la negociación a otro nivel. Pedro Sánchez ha tenido ocasión de hablar de esta cuestión con la futura presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la primera interesada en que no salte por los aires su propuesta para el gobierno de la Unión, pero eso pasa por transigir con los representantes de la ultraderecha y saltarse el cordón sanitario del que tanto hablan en España. "¿Qué diferencia hay entre pactar con Vox en Castilla y León y respaldar a esa ultraderecha en Europa?", se preguntan en el PP.
Mediación directa con Meloni y Orban
Cabe recordar que el mandatario húngaro promovió la creación de un Grupo Parlamentario en la Eurocámara de corte ultranacionalista, Patriotas por Europa, en el que no sólo se ha integrado Vox, sino que Santiago Abascal ejerce de presidente del mismo. De hecho, en los llamados hearings, esto es, en las audiencias de los candidatos a comisarios, los representantes de este grupo fueron muy críticos con Ribera. Jorge Buxadé le espetó que "todos los aquí presentes, antes de votar su candidatura, deben saber que usted es responsable de la tragedia en Valencia. Si usted es comisaria, ¿va a prohibir las limpieza de los cauces en los ríos europeos?» y montaron incluso una campaña en redes sociales en contra de su candidatura.
En el cuartel general del primer partido de la oposición sacan pecho tras haber conseguido el apoyo de Weber y condicionar la designación de la vicepresidenta tercera. "Para nosotros es una gran victoria", proclaman. Que Sánchez tenga que explicitar su apoyo a los candidatos de la ultraderecha bien a través de Von der Leyen o, incluso, en conversaciones directas con Meloni y Orban, para asegurarse en apoyo a Ribera de sus respectivos grupos de la Eurocámara -algo que, aseguran en el PP, está en la agenda del jefe del Ejecutivo- "se trata de un movimiento que es oro para nosotros".
Fuentes de los populares europeos justifican que si todo sale adelante como está previsto, "los socialista se habrán comido dos sapos", haciendo referencia a Fitto y a Varhelyi. Para los socialistas, desatascar la próxima Comisión tiene que ver con mantener la "estabilidad" de la Unión Europea y garantizar que Ribera es vicepresidenta ejecutiva y comisaria de transición limpia y competitiva. Ambos grupos han encontrado la forma de avanzar en un acuerdo al que se oponían hace solo siete días.
"Cordones sanitarios"
A efectos discursivos, "nos permite desmontar el argumentario de nuestros pactos con Vox" y alargar ese relato "durante todo el mandato de Pedro Sánchez". De hecho, Feijóo ya apuntó en este sentido durante la reunión de la Junta Directiva del PP el pasado lunes cuando afirmó que "los cordones sanitarios duran lo que tarda el PSOE en necesitar a los comisarios de la extrema derecha a cambio de que voten a Ribera".
El PP se reafirma en que "en ningún caso" la apoyarán en lo que interpretan como un premio inmerecido tras la catastrófica DANA de finales de octubre. En una estrategia que ya venía de antes, se han reforzado en la idea de cerrarle el paso, abriendo incluso la puerta a votar en contra del colegio de comisarios de Von der Leyen cuando pase la propuesta por el Parlamento de Estrasburgo el día 27. Quizá no consigan hacer descarrilar el futuro gobierno de la Unión, pero "maximizamos el desgaste de Sánchez y de Ribera", en lo que presentan como una victoria.
Primera comparecencia de Ribera 23 días después
Hoy toca doble comparecencia parlamentaria. 23 días después de la tragedia. Será la primera vez que la responsable de cambio climático, de las Confederaciones Hidrográficas y de la AEMET, dé explicaciones en un Congreso del que lleva prácticamente desaparecida desde las elecciones europeas del 9 de junio. Tampoco ha ido, ni se la espera, por Valencia. La dirigente del PP que intervendrá en este debate, Esther Muñoz, le preguntará, entre otras cosas, por su voluntad a dimitir de comisaria si es imputada, cuestión que no le podrá formular la diputada Macarena Montesinos en la sesión de control, puesto que su pregunta ha sido retirada por el gobierno.
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