El Gobierno se enfrenta hoy a una votación trascendental, de esas que marcan el destino de la legislatura y con ella, el futuro de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Tras la agónica y bochornosa comisión de Hacienda del pasado lunes, de ocho horas de duración, -incluyendo un último receso nada menos que de cuatro para que al Ejecutivo le salieran las cuentas y salvar la situación- el Gobierno de coalición se vuelve a encontrar con sus socios parlamentarios este jueves en otra cita parlamentaria llena de incertidumbres.
La principal duda reside en la posición de Podemos, dueño de cuatro diputados fundamentales para decidir el futuro del paquete fiscal, incluida la trasposición de una directiva europea para gravar a las grandes multinacionales en, al menos, un 15 por ciento. La Unión nos exige su aprobación para desbloquear un nuevo paquete de ayudas comunitarias por 6.500 millones y Hacienda no hubiera tenido problemas en sacarla adelante, incluso con el apoyo del Partido Popular, si no fuera por esa tendencia gubernamental a los atajos parlamentarios, incorporando una pléyade de enmiendas de sus socios para dar satisfacción a todos en una geometría imposible.
Interlocución de ERC con Podemos
Desde el Grupo Mixto, los morados se han convertido en ese oscuro objeto de deseo, un nuevo interlocutor político con el que hablar y, sobre todo, negociar, deseosos de convertirse en la auténtica izquierda alternativa a la izquierda del PSOE, por encima de Sumar y de su archienemiga Yolanda Díaz. Pero no sólo el Gobierno intenta convencer al partido de Ione Belarra de las bondades de un paquete fiscal que, de momento, ha aparcado su principal reivindicación, esto es, hacer permanente el impuesto a las energérticas, del que abominan los socios de la derecha, esto es Junts y PNV.
ERC está muy activo en esa labor de interlocución. De hecho, fuentes de la formación independentista republicana señalan a El Independiente que los morados se sumarán a la misma posición que ellos, esto es, un 'sí' al paquete fiscal que se vota hoy para pasar a estar "muy vigilantes sobre el decreto ley" al que se ha comprometido el Gobierno. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha mantenido contactos con la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, aprovechando la buena interlocución que tienen ambas formaciones desde que el partido antes capitaneado por Pablo Iglesias formaba parte de la coalición de Gobierno, la pasada legislatura.
Otra votación al borde del precipicio
Sin embargo, todo se conduce con una prudencia exquisita. Cualquier acuerdo o acercamiento puede malograrse a la mínima. Podemos desechó en su momento la abstención. Bascula, por tanto, entre el 'sí' -que ERC cree haberles arrancado- y la amenaza del 'no', con lo que se llevarían también por delante la trasposición de la directiva comunitaria. El pasado lunes, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, insistió en esa negativa si el paquete fiscal no incluía el impuesto extraordinario a las energéticas, aunque no se había celebrado aún la inefable comisión de Hacienda de por la noche.
El proyecto de ley tiene un largo y confuso enunciado, reflejo de los galimatías legislativos en los que se mete el Gobierno para intentar armonizar los intereses contrapuestos de sus socios. "Impuesto Complementario para garantizar un nivel mínimo global de imposición para los grupos multinacionales y los grupos nacionales de gran magnitud, un Impuesto sobre el margen de intereses y comisiones de determinadas entidades financieras y un Impuesto sobre los líquidos para cigarrillos electrónicos y otros productos relacionados con el tabaco, y se modifican otras normas tributarias". Originariamente este enunciado terminaba en los "grupos nacionales de gran magnitud".
Garantías de Junts y del PNV
Será posteriormente, en un decreto ley, cuando Hacienda alargue el impuesto a las energéticas, según ha comprometido con ERC, Bildu y BNG, a pesar del rechazo de Junts. Pero el mismo no operará cuando estas empresas "mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización". Podemos mantiene su tradicional desconfianza hacia el Gobierno de Pedro Sánchez y, también, quiere garantías de que Junts y PNV lo apoyarán para cuando pase por el Congreso para su convalidación.
"Nos ofrecieron en el siguiente decreto recuperar el impuesto a las energéticas y firmar un papelito sin garantías, pero a nosotros no nos sirve que las cosas se presenten, nos sirven las garantías para que el impuesto a las energéticas siga estando vigente", reveló este martes el portavoz de Podemos en la Cámara Baja, Javier Sánchez. Como viene siendo habitual, la incógnita no se despejará hasta arrancado el Pleno. Es el tercer punto del orden del día y la lógica parlamentaria apunta a que los portavoces deben ir fijando su posición conforme intervienen, pero no será la primera vez que se asoman al precipicio hasta que sus señorías aprietan los botones de votación.
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