Tras la larga declaración de Víctor de Aldama ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno -en la que ha implicado a buena parte del Gobierno y del PSOE en sus actividades presuntamente delictivas, entre ellos a Pedro Sánchez-, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha comparecido ante la prensa para denunciar la "gravedad" de las revelaciones. "Dijimos hace tiempo que la corrupción tocaba de lleno al gobierno, al partido y al propio presidente", se ha reafirmado.
Tras esta premisa, el líder del PP ha insistido en que Pedro Sánchez y todo su Gobierno deben dimitir, pero consciente de que eso no va a pasar, ha invitado a los aliados parlamentarios del jefe del Ejecutivo a cambiar de bando. "Yo no tengo los votos, pero si alguno de los socios quiere acabar con esto, estoy a disposición de abrir una nueva etapa en nuestro país", esto es, abre la puerta a una moción de censura, que no ha citado explícitamente y que, hoy por hoy, no tendría ninguna posibilidad de prosperar habida cuenta la aritmética parlamentaria.
Dice el líder del primer partido de la oposición que Sánchez es el "presidente más débil, chantajeable y bajo sospecha", acorralado por las sombras de la corrupción en su gobierno, en su partido y en su entorno mas inmediato, y que, precisamente por ello, el resto de los partidos que le sustentan "deben preguntarse qué ganan con esta podredumbre, por qué le protegen".
"Agonía judicial"
Abierto por vez primera a echar mano de un instrumento parlamentario que se niega a usar sin posibilidades de éxito, ha insistido en que tras la declaración del conseguidor de la presunta trama corrupta de lo que ha denominado el "caso Sánchez", el ejecutivo que éste encabeza "apesta a mentiras y corrupción. Lo dicen lo saben diputados y miembros del Gobierno y lo saben los jueces" y si bien "será la justicia la que determine el grado de corrupción del Gobierno, pero los españoles no vamos a aguantar más tiempo esta agonía judicial.
En una declaración ante la prensa sin preguntas, ha sido imposible aclarar si ha iniciado conversaciones con alguno de los grupos de la Cámara Baja que sostienen a Sánchez, como PNV y Junts. Y en cuanto al que se presentó como el principal escollo para facilitar un gobierno presidido por él tras las elecciones del 23-J, por su dependencia de Vox, ha argumentado que Sánchez ya "no puede ocultarse en el miedo a la ultraderecha porque ayer pactó con ella en el Parlamento Europeo".
Además, el inquilino de la Moncloa ha incurrido en "corrupción económica, política y moral y esto "no se ventila con un todo es mentira. Así empezó Ábalos". Moncloa "no es un castillo" y resulta imposible, ha agregado, "seguir adelante con esta agonía como si nada". Y parafraseando al propio Sánchez en el debate de la moción de censura que descabalgó a Mariano Rajoy del poder en 2018 ha subrayado que "lo que haría una persona con un mínimo de decencia es dimitir, marcharse y dejar en paz los españoles". "Sánchez está tan preso de la corrupción como de sus palabras",ha concluido.
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