La cita es esta mañana en Santander, en el juzgado mercantil número dos de la capital cántabra. Tras meses de críticas cruzadas, de reproches y acusaciones veladas en público ha llegado la hora de que el pulso se dirimirá ante un juez. ¿Ha incurrido Repsol en competencia desleal? ¿Se excede Iberdrola en acusar a la petrolera de practicar ‘ecopostureo’, blanqueamiento ecológico o ‘greenwashing’ en sus mensajes corporativos y campañas de publicidad? En la vista los abogados y peritos de ambas partes intentarán convencer al tribunal de sus argumentos. El enfrentamiento se librará entre dos de las principales compañías energéticas de nuestro país, la mayor petrolera y la eléctrica más importante, Iberdrola contra Repsol frente a frente.

Fue en febrero pasado cuando la compañía de Ignacio Sánchez Galán presentó una demanda contra la de Josu Jon Imaz. Las sucesivas prácticas publicitarias en las que incurría la petrolera le parecían engañosas. Presentarse como una compañía sostenible y respetuosa con el medio ambiente, o incluso como líder de la transición energética, obviando en muchos casos el peso esencial del negocio petrolífero, -con gran impacto fósil-, podía suponer incurrir en una competencia desleal, según la energética.

La presentación de la demanda irrumpía mientras la pugna por los clientes en el mercado de la electricidad y el gas se intensificaba, con una importante penetración en el mismo de Repsol. La otrora sólo compañía petrolífera ha logrado arrebatarle mercado a las principales compañías eléctricas españolas –entre ellas Iberdrola- con su llegada al sector eléctrico y gasístico.

Campañas publicitarias engañosas. Es la principal acusación y sobre la que se basará la demanda que hoy se dilucida. Iberdrola viene defendiendo que Repsol incurre en evidente ‘greenwashing’ o blanqueo ecológico al trasladar a los consumidores en sus campañas y al mercado en sus mensajes corporativos algo que –según la eléctrica vasca- no se correspondería con la verdad. Iberdrola cuestiona que se presente como eminentemente sostenible, con productos renovables y al mismo tiempo oculte cuál es la actividad principal de la compañía petrolera y su impacto negativo en el medioambiente. Iberdrola considera que de este modo se socava los esfuerzos de quienes sí trabajan de modo esencial con productos medioambientalmente sostenibles.

En la vista que hoy se celebrará se exhibirán, con toda probabilidad, algunos de los ejemplos de posible ‘ecopostureo’ en los que Iberdrola basa su acusación. Ha detectado tres campañas y 15 referencias de Repsol en las redes en las que afirma que se presenta como líder en el proceso de transición energética y de lucha contra el cambio climático. Reitera que la energía renovable sólo es una parte muy pequeña de su actividad, no la principal. Por ello, considera que ese tipo de mensajes no se corresponden con la verdad y carecen de la necesaria transparencia.

Competencia desleal. La acusación deberá demostrar que este tipo de campañas suponen realmente una competencia desleal. Para acreditarla es probable que los abogados y peritos de Iberdrola se basen para su acusación en presuntos incumplimientos de tres artículos de la Ley de Competencia Desleal. El artículo número 5, relativo a un posible acto de engaño; el 7, de posible omisión engañosa y el artículo 18 de posible publicidad ilícita.

El juicio se celebra después de la aprobación en febrero de la directiva europea que otorga a los consumidores su derecho a ‘empoderarse’ mediante una mejor protección contra posibles prácticas desleales o de mal uso de la información. Una norma encaminada a que los clientes puedan tener información veraz y transparente.

Una compañía ‘multinenergía’. La acusación de Iberdrola incide en que Repsol subraya de modo exagerado e irreal su actividad ‘renovable’ y omite la que es en realidad, aún hoy, su actividad principal y más contaminante, la producción de derivados fósiles. En la petrolera vienen recordando que ahora son una compañía ‘multienergía’, que los pasos dados en materia sostenible han sido importantes y rápidos, que su modelo se ha transformado. Hoy la petrolera cuenta con 2 GW de energía renovable instalada, 2.000 puntos de recarga eléctrica y una planta de hidrógeno renovable en marcha, entre otros proyectos ‘verdes’ planificados. También recuerda, lo ha hecho Imaz de modo reiterado, que su actividad no se puede tranformar por completo de la noche a la mañana, que sus plantas no se pueden cerrar y que el suministro del que depende la economía no puede detenerse.

En Repsol siempre han sostenido que sus mensajes responden a su plan de desarrollo y estratégico que tiene en la ambición en la transición energética y la apuesta por las energías renovables su gran eje. En su web la compañía reconoce que tiene instalados 3.300 MW de potencia de generación energética de baja emisiones y que prevé aumentar su potencia hasta los 7,5 GW en 2025 y hasta los 15 GW en 2030. También que tiene en desarrollo seis grandes proyectos renovables; tres parques eólicos y tres fotovoltaicos, entre otros proyectos.

Actividad principal y secundaria. En realidad, el juicio será un pulso por defender un terreno que empieza transformarse y a aceptar nuevos agentes. La fractura de otro tiempo entre grandes petroleras y eléctricas ahora ya es mucho más difusa. El proceso de descarbonización ha obligado a ello y las grandes marcas petroleras hace años que iniciaron una progresiva transformación hacia procesos sostenibles y verdes. En esa pugna por el mercado unos quieren ir olvidando su pasado y otros no quieren que se olvide tan rápido. Imaz ha asegurado que percibe “nerviosismo” en sus competidores ante la rápida irrupción de su compañía en el mercado eléctrico, “están acostumbrados a moverse en mercados regulados que dependen del BOE”, aseguró: “Sólo buscan limitar la competencia y el crecimiento de un operador emergente como Repsol”, ha llegado a afirmar el CEO de la petrolera.  

Repsol ha sido este año el operador de electricidad y gas con más altas en España. También lo fue el año pasado. Actualmente cuenta con 2,4 millones de clientes, situándose en poco tiempo en la cuarta operadora del país.

Juicio en Santander. Probablemente no es donde Repsol hubiera deseado que se celebrara la vista. Los juzgados de lo mercantil de la capital cántabra no están tan saturados y a Iberdrola le venía bien optar por la ubicación de la sede de la sociedad de venta de gas y luz de la petrolera, Repsol Distribuidora de Electricidad y Gas, para presentar su demanda.

Ambas partes cuentan con que todo pueda quedar visto para sentencia esta mañana. No se espera una vista larga. Ni siquiera que la sentencia pueda dictarse con mucha demora. Los juzgados cántabros no están tan saturados como los de Madrid o Barcelona.  

¿Qué reclama Iberdrola? Lo que solicitarán los abogados del demandante al juez es que no sólo reconozca que Repsol ha practicado competencia desleal, sino que destruya todo el material y contenido en el que se pueda acreditar prácticas de ‘ecopostureo’. Iberdrola quiere que el juez le obligue a destruir todos esos materiales publicitarios, comerciales o de presentación corporativa en los que se muestre como una compañía líder en la transición energética. También que la sentencia condenatoria sea publicada en los soportes y dimensión en la que fueron difundidos los mensajes de ‘greenwashing’ que dice haber identificado.

Precedentes. Iberdrola ha recordado en varias ocasiones que Repsol ha sido condenada por este tipo de práctica en dos ocasiones anteriores. En ellas fue la autoridad publicitaria del Reino Unido la que sancionó a Repsol por sendas campañas con mensajes similares. También esgrimirán jurisprudencia internacional existente al respecto en países en los que se han dictado sentencias por ‘greenwashing’ como Estados Unidos, Holanda o el Reino Unidos.