La declaración de este jueves de Víctor de Aldama ha sido un torpedo a la línea de flotación del Gobierno. La retahíla de nombres, pagos en sobres y reuniones que, supuestamente, el "nexo corruptor" mantuvo con líderes del PSOE en el Gobierno y Ferraz pueden ser un mazazo para el círculo más cercano del presidente Pedro Sánchez, a la espera de las pruebas.

Pero además de acusar a ministros, el secretario de organización y a Begoña Gómez, Aldama no perdió el tiempo en tirarse flores. Dejó entrever, sin decir una palabra de más, que es un fiel colaborador de los servicios secretos nacionales y extranjeros, así como de la Guardia Civil. Una suerte de 007 que para las fuentes consultadas se reduce más a un Anacleto agente secreto.

"Yo, por mis viajes a México y a Venezuela y por una serie de cosas, yo actúo con la UCE-2 para dar información, es una unidad de antiterrorismo, y no voy a decir nada más porque hablamos de un asunto de seguridad nacional", explicó ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. La UCE-2 es una unidad de élite de la Guardia Civil experta en terrorismo. Aldama dijo que tenía una medalla de la Benemérita otorgada por este grupo. Y ahí dijo la verdad.

Este viernes, la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) denunció que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, otrogase al conseguidor de la trama Koldo con la medalla al mérito del Cuerpo. Fue en 2022, con motivo de la patrona. "Habría que ver quién la autorizó. Si es un teniente o alguien de rango inferior, sí era colaborador. Si es para arriba... olvídate", explica una fuente de inteligencia.

2.000 euros al mes, una medalla

Aldama, en su exposición de motivos, olvidó decir que en la UCE-2 está destinado el comandante -escalafón superior al de teniente- Rubén Villalba, el mando al que pagaba 2.000 euros al mes a cambio de que asegurase sus comunicaciones con los miembros de la trama. Quién pidió que se le diese la medalla es una información que sólo tiene la Dirección General de la Guardia Civil.

Sobre los pagos a Villalba, o "señorito" como le llamaba, De Aldama indicó que pagaba 2.000 euros al mes para obtener "dispositivos telefónicos encriptados" para poder hablar de forma segura con él y con la UCE2 y garantizar la seguridad de todos y la de la unidad, aparatos que cambiaba una vez al mes. Ha explicado que él pagaba los teléfonos porque Interior no da "medios suficientes a la Policía y la Guardia Civil y recurren a gente como yo".

El Independiente ha preguntado a varias fuentes sobre este extremo y lo califican de "ridículo". Cuando los agentes de información, del Cuerpo que sean, entablan relación con un confidente, son estos los que le proporcionan teléfonos seguros y líneas controladas, si fuese necesario. No le piden miles de euros mensuales a una persona de la que, además, esperan sacar provecho. En todo caso, los pagos serían en la dirección contraria, haciendo uso de los fondos reservados.

La CIA, el FBI, el MI6...

"Yo he comprado un dron a la UCE2, yo he estado en Logroño disparando con el GAR, tengo una medalla de la UCE2 que está en el BOE, igual que tengo relación con la CIA y el FBI a través de la UCE2", indicó De Aldama. Aquí el relato se desvirtúa totalmente. También aseguró tener contacto con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y con el MI6, el antiguo nombre de los espías británicos.

"No ha colaborado en nada, créeme", afirma rotundo un miembro del CNI. Aunque los servicios secretos españoles -ni los de ningún país- reconocerán nunca a uno de sus miembros cuando los descubren, abunda: "Víctor pago grandes cantidades por muchas cosas, estaba relacionado al más alto nivel, pero no es informante ni nada".

"Es un fantasma", afirma otra fuente de inteligencia que dice conocerlo bien por sus relaciones. Desde que comenzase el caso, se ha especulado mucho sobre el papel de Aldama, su pasado y qué influencia real tenía. Incluso se ha publicado un informe en el que se le considera colaborador de la Policía Nacional.

"El documento lo compró por un comisario corrupto", apunta. Se refiere al comisario jubilado José Piris Perpén, jefe en Valencia, quien recomendó a un narco a gran escala para conseguir la licencia de armas. Piris fue sancionado. El informe que lleva su firma era para facilitar a Aldama los trámites en la intervención de armas de la Guardia Civil en Madrid.