"¿Sabía el presidente del Gobierno que usted estaba realizando esta gestión [para el rescate de Air Europa]?", preguntó el letrado José Antonio Choclán. "Obviamente. El señor Ábalos [exministro de Transportes] recibía seis o siete llamadas del presidente del Gobierno todos los días. Era su todo. Era su jefe de campaña, era el secretario de Organización, era el ministro más importante de este país. Era su consultor, por decirlo de alguna manera", contestó Víctor de Aldama.
El empresario, comisionista e investigado por el 'caso Koldo' le dio el primer tirón a la manta este jueves en la Audiencia Nacional. En una declaración que duró dos horas y en la que el juez Ismael Moreno y el fiscal de Anticorrupción Luis Pastor no ocuparon ni media. No hizo falta. Fue toda una demostración de declaración preparada a conciencia entre letrado-cliente. Choclán anunció el lunes que Aldama estaba dispuesto a contestar "a todo" y así lo hizo.
Más allá del análisis de lo que sí contestó, sobrevuelan ahora las dudas de lo que no dijo. O más bien de lo que dejó entrever. Por ejemplo, cuánto sabía Pedro Sánchez de sus malas artes en el Ministerio de Transportes donde tenía prácticamente bufé libre de negocios. "A mí nadie me oculta en las reuniones", explicó.
Una de las esquinas de esa manta dio de lleno en Ábalos, quien le ha intentado negar en alguna ocasión, indicando que él coincidió con el empresario alguna vez, pero poco más. La realidad, según Aldama, era bien distinta. El comisionista estaba metido en Transportes hasta la cocina. Se coronó con la organización de un viaje a México en febrero de 2019 y a partir de ahí confiaron en él para todo tipo de gestiones.
"¿En qué fechas empezaron los pagos?", preguntó el fiscal cuando ya llevaban hora y media de declaración. "Volviendo de México, al mes o dos meses".
"¿Y en concepto de qué?", cuestionó Pastor. "Pues al principio empezamos como acabo de explicar, diciéndome Koldo [García, el asesor de Ábalos] 'oye, joe, si tienes un detalle vamos a poder conseguir más cosas, vas a estar más pendiente de lo que le pida...". El esquema de la operación es el tradicional de la corrupción: sobornar a políticos o agasajarlos con regalos para conseguir contratos públicos, favores como atrasar una deuda con Hacienda o trato preferente en negocios. La rueda del dinero.
Aldama se incriminó en más delitos de los que hasta ahora la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil había conseguido atar con el acceso a su teléfono móvil. El total de las cuantías que dio y que, supuestamente, terminó entregando a miembros del Gobierno o del PSOE en efectivo fue la suma de 890.000 euros.
Distintas fuentes consultadas consideran precisamente está la clave: que se autoincriminó. El nombre del secretario de organización de los socialistas, Santos Cerdán, y el del jefe de Gabinete de la ministra de Hacienda, Carlos Moreno, no estaban ni siquiera sobre la mesa y Aldama los puso y los señaló en un cohecho en el que se autoimplicó.
En la cúspide de los pagos en negro estaría José Luis Ábalos y debajo Koldo. La Guardia Civil encontró en un excel en casa de Aldama cuando lo detuvieron en febrero anotaciones en conceptos de comisiones después del contrato de las mascarillas. Al primero, 250.000 euros; al segundo, 100.00 euros. El empresario confirmó en su declaración ante el juez que llegó a entregar este dinero cuando Transportes escogió su empresa para importar el material sanitario desde China en plena pandemia. Pero que hubo más.
"Yo creo que quitando las mascarillas en un total se le habrá dado al señor Ábalos cuatrocientos mil y pico, y al señor Koldo unos doscientos mil y pico más", aclaró. Esto hace un total de 650.000 euros al exministro y 300.000 a su asesor. "No estoy contando la casa que se le pagó a Jésica, o algo personal que me pidió Koldo. O una moto que se le regaló al señor Koldo, un vehículo que se le regaló a la esposa del señor Koldo...", apuntó.
Y tanto dinero en metálico de dónde salía, llegó a preguntar el fiscal. "Del negocio de la construcción", dijo Aldama como si tal cosa. Un negocio que, por cierto, debe ser el único por el que no está investigado. Lo está por las mascarillas y por los hidrocarburos.
A estas cuantías habría que añadirle unos 25.000 euros como "detalle" para el jefe de gabinete de la vicepresidenta y ministra María Jesús Montero que le dieron en un sobre, en un bar frente al Ministerio de Hacienda. Según su declaración porque Carlos Moreno quería comprarse una casa y les había ayudado a aplazar un pago que tenían pendiente con el fisco, que estaba al borde de embargarle una de sus empresas. Y otros 15.000 euros a Santos Cedán. También en un bar, en este caso, en frente de Ferraz.
En este último punto Aldama fue cauto. Señaló que Koldo le había advertido que existían "cupos" y que Cerdán tenía el vasco. Por eso, se había enfadado porque ellos habían acudido a una licitación que no debían. Choclán sentenció: "Lo de los cupos ya se explicará si le parece en otra ocasión".
De esta forma, el abogado abrió la puerta a posibles nuevas declaraciones. Declaraciones en las que Aldama pueda explicar en qué consistía esto de los cupos y despejar la sobra de la duda de una corrupción extendida dentro del PSOE. Demostrar pagos en efectivos no es nada sencillo. Bien lo sabe el extesorero del PP Luis Bárcenas que por mucho que tiró de su tela no consiguió que algunos de los que estaban anotados en sus papeles con cantidades en 'B' se sentaran siquiera en el banquillo. Aldama dice que tiene pruebas.
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