Que Podemos apoyara finalmente el descafeinado paquete fiscal del Gobierno se trató de un triunfo para Moncloa en una jornada que apuntó desastre por las declaraciones del comisionista Víctor de Aldama ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. El Ejecutivo se empleó a fondo para atraerse el voto de los cuatro diputados de este partido, tarea en la que también mediaron otros socios parlamentarios como ERC, formación con la que los morados mantienen buena relación. De hecho, este medio adelantó el resultado de esa interlocución indicando que los de Ione Belarra se pondrían al lado del 'sí', como finalmente ocurrió.

Podemos, a pesar de todas las dificultades, ha demostrado una gran capacidad de resistencia cuando no pocas veces se les ha dado por desaparecidos en combate. No son sólo esos cuatro escaños del gallinero del Grupo Mixto del Congreso, que los hace fundamentales, sino mucho más. A su importancia numérica para alcanzar mayorías y a la necesidad de "engrasar" esas relaciones, se une su naturaleza de "plan b" ante un hipotético descalabro electoral de Sumar, formación con la que los sondeos con intención no son muy misedicordiosos. Y es que, por encima de las escaramuzas parlamentarias, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantienen una línea de comunicación, encuentros, contactos informales y buena sintonía personal a pesar del discurso muchas veces incendiario de Podemos, según ha podido conocer El Independiente de fuentes de toda solvencia.

Nuevo protagonismo mediático de Iglesias

Ha habido reuniones discretas en Moncloa, señalan los mismos medios y, haya o no relación causa-efecto, lo cierto es que la visibilidad de Iglesias ha aumentado en los últimos meses, sobre todo por su participación en programas de debate de la televisión y la radio públicas que completa con Canal Red, el proyecto con el que pretendía convertirse en la referencia mediática de la izquierda radical y alternativa contra una de sus principales bestias negras, el periodista de La Sexta Antonio García Ferreras.

Conseguir no lo ha conseguido -"tanto su televisión como su Diario Red estaban atascados", explica un antiguo colaborador- pero este nuevo protagonismo lo está aprovechando tanto políticamente como para impulsar sus negocios audiovisuales una vez reconvertido en "empresario" de la comunicación, como él mismo bromea.

Y ha sido precisamente esa relevancia el motivo por el que se han desatado todo tipo de especulaciones sobre un posible regreso a la primera línea política de Iglesias, a pesar de no haberse ido nunca del todo. Sin embargo, en la formación morada lo desmienten. La apuesta no pasa por Iglesias, sino claramente por la actual eurodiputada y vicepresidenta del Grupo de la Izquierda en la Eurocámara, Irene Montero, con libro reciente y, también, con protagonismo televisivo creciente. "Pablo deja todo lo demás a Irene. Irene será la candidata y él está en la trastienda". Y en esa operación ayuda también "Ione Belarra, muy leal Montero además de amiga íntima".

Será la madrileña la que encabece la candidatura de Podemos para las próximas elecciones generales, sean cuando sean. Al menos esa es su intención y ella se ve a sí misma "con ganas" de dar esa batalla, aseguran personas de su entorno. En toda esa ecuación queda por ver si prosperan los nuevos intentos de unidad de la izquierda a la izquierda del PSOE, división que tanto preocupa a los socialistas y tarea en la que se ha embarcado el coordinador general de IU, Antonio Maíllo, en una estrategia de resultado incierto dada la existencia de vetos cruzados y enfrentamientos de índole personal y político indisimulables.

"Yolanda Díaz es el error político más grande que hemos cometido", dijo Montero

Ya lo dijo la propia Montero en la reciente presentación de su libro "Algo habremos hecho" (edit. Navona). "Yolanda Díaz es el error político más grande que hemos cometido", proclamó. Su designación por el dedo cesarista de Pablo Iglesias, cuando decidió dejar el Gobierno para darse el batacazo en las elecciones autonómicas madrileñas de 2021, se tomó "pensando que serviría para ampliar el espacio electoral y tener más poder para transformar. [...] En la medida en que no se ha ampliado el espacio y hemos perdido poder, es el error político más grande que hemos cometido".

Los sondeos con intención de voto castigan de forma evidente la división y la fragmentación al tiempo que acercan las opciones electorales de Podemos y de Sumar. Atengámonos a la última encuesta de GAD3 para Mediaset, del pasado 18 de noviembre. Otorgaba un exiguo resultado a Yolanda Díaz, con tan sólo 8 escaños y un 6 por ciento de porcentaje de voto, muy, muy lejos de sus actuales 27 diputados (33 antes de la espantada de Belarra y los suyos).

De ser ahora las elecciones, Podemos conseguiría los mismos asientos que tiene en la actualidad, cuatro, con el 4 por ciento de las papeletas. No es que se haya movido mucho, pero las distancias se van acortando aunque sea por el descalabro casi imparable de los morados y puede llegar el día en que los morados recuperen algo más de su espacio. Pedro Sánchez con 111 escaños, según ese mismo sondeo, apenas llegaría a los 119 con los de Yolanda Díaz y 123 con los de Montero.

Preocupación en el PSOE por la debilidad de Yolanda Díaz

El último CIS, cuyo trabajo de campo se realizó tras la DANA y el 'caso Errejón', sobrevaloraba las posibilidades del PSOE, pero no así de Sumar ni de Podemos. Sin traslación de escaños, daba a Díaz un 7 por ciento de voto (sólo un punto más que Gad3) y 3,4 a Podemos (seis décimas menos). En esto no han estado muy alejados José Félix Tezanos y Narciso Michavila.

De ahí la enorme preocupación de los socialistas por la debilidad de sus socios magentas, a los que la crisis provocada por las revelaciones entorno al ex portavoz del Grupo Plurinacional de Sumar, Íñigo Errejón, sobre sus comportamientos machistas y presuntamente delictivos, les ha asestado un fuerte golpe anímico en momento de gran debilidad. Sumar ha retrasado su Conferencia Política, prevista para el mes de diciembre, a los días 29 y 30 de marzo del año que viene. Espera, para entonces, haberse recuperado del shock que supuso lo de Errejón y haber hecho olvidar este lacerante suceso. Mientras tanto Iglesias y Montero siguen remando y Sánchez busca un "plan b" por lo que pueda pasar.