Un partido en llamas. En erupción. El PSOE de Madrid no puede más. Ha estallado contra su secretario general, Juan Lobato, por su "deslealtad", por su "ruptura del principio de confianza", por su "torpeza", por su "error imperdonable", por la "gravedad" de lo hecho. Por haber llevado a primeros de noviembre a una notaría de la capital los pantallazos de la conversación que mantuvo por WhatsApp, el pasado 14 de marzo, con la dirigente madrileña Pilar Sánchez Acera, en aquel momento alto cargo de la Moncloa. La federación ya le cuestionaba, estaba expectante por el posible desembarco del ministro Óscar López, pero ahora directamente arde. Numerosos cargos están convencidos de que Lobato está "muerto", sentenciado políticamente, que ha sido él quien se ha "anudado la soga al cuello", el que "se ha cavado su propia tumba". Y creen que ya no tiene salvación ni salida, que no le queda más camino que dimitir o, como poco, no encabezar la delegación socialista madrileña en el 41º Congreso Federal, el que arranca el viernes en Sevilla, justo apenas horas después de que él mismo vaya a declarar como testigo ante el Supremo y entregue el acta notarial de su chat con Sánchez Acera. Muchos dirigentes ya dudan incluso de que pueda llegar vivo al viernes. La situación es, convienen, "insostenible".
La presión en las últimas horas, de hecho, ha aumentado ostensiblemente. Y Lobato y su equipo más directo, tras el furor declarativo de la mañana del lunes, y tras ser llamado por el Supremo, se resguardó en el silencio, intentando capear la rebelión interna que ya se siente en todas las esquinas del partido. Como sostienen varios cuadros consultados, "nadie entiende qué ha hecho Juan, por qué llevó esos WhatsApps a la notaría, qué buscaba".
Según el diario 'Abc', el documento de la comunicación entre el abogado de la pareja de Ayuso y el fiscal pasó por las manos de Sánchez Acera, pero Lobato se negó a usarlo y entonces la Moncloa lo pasó a los medios
Porque esa es, precisamente, la pregunta clave, la que él no supo responder en su rueda de desmentidos y entrevistas en medios de comunicación de la noche del domingo y la mañana del lunes y la que ha encolerizado al PSOE-M. Abc informaba este 24 de noviembre que el 14 de marzo Sánchez Acera, que era la directora de Gabinete de Óscar López, en aquel momento jefe de Gabinete del presidente Pedro Sánchez, le hizo llegar a Lobato la confesión de Alberto González Amador —novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso— para que la usara en la Asamblea de Madrid, en la sesión de control. El contenido de la comunicación entre el letrado de González Amador y el fiscal ya se conocía desde la noche anterior, pero no el documento, no el mail. Según el diario madrileño, el líder del PSOE-M se negó y la Moncloa lo filtró a los medios. A partir de ahí, él sí lo utilizó ya en la Cámara autonómica.
Meses después, a primeros de noviembre, Lobato acudió a una notaría en los aledaños del paseo de la Castellana para depositar allí los mensajes que se cruzó con Sánchez Acera. Semanas antes, en septiembre, Óscar López fue nombrado ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública y la dirigente madrileña le acompañó como miembro de su Gabinete. Esa cadena de mensajes es la que ahora quiere conocer el Supremo, y por eso citó para el viernes a Lobato, y él tendrá que decir verdad y entregar el acta notarial. "Lo que más me fastidia de esto es que una conversación privada se esté difundiendo públicamente, cuando en absoluto esa era la intención, sino todo lo contrario", explicó el líder del PSOE-A, que reconoció que acudió a la notaría a iniciativa propia, sin informar previamente a Sánchez Acera. Ella, de hecho, se enteró de la información después de que se diera a conocer la portada de Abc.
Lobato alegó que sus conversaciones con Sánchez Acera, secretaria de Política Institucional del PSOE-M, son "constantes", y que por tanto es frecuente preparar las sesiones de control al Ejecutivo madrileño. Explicó que si decidió ir a la notaría ahora fue porque el Supremo decidió investigar como imputado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por presunta revelación de secretos, por haber podido filtrar datos fiscales, confidenciales, de la pareja de Ayuso. Su objetivo era que la conversación con Sánchez Acera quedara "bien asegurada" y no dependiera de la integridad de su móvil". Es decir, que si le pasara algo a su terminal, así podía "acreditar en un procedimiento judicial" cómo llegó a ellos la información, que no fue una filtración, sino que fue a través de los medios. No hizo ninguna copia del acta notarial, dijo, porque no iba a "hacer uso" de ninguna, ni informó a nadie porque era algo "personal". "Es un tema mío", adujo. El dirigente socialista cargó contra la notaría y no descartó denunciarla, aunque insistió en que lo haría "hoy y cien veces".
En marzo, Lobato ya estaba siendo cuestionado internamente. Pero, con el paso de los meses, la desconfianza en él de su federación y de Ferraz aumentó. Cuando se abrió el proceso congresual, fue quedando claro que tendría un rival en el cónclave regional. Y justo a mediados de noviembre elDiario.es dio a conocer el nombre de la persona que barajaba Sánchez para rivalizar contra él: el ministro Óscar López. Un candidato que en el PSOE-M creen "fuerte", por el impulso directo del presidente, y que ahora, "sin duda" se impondrá al actual jefe de los socialistas madrileñas si ambos se baten en primarias, según la impresión que cundía en numerosos cuadros consultados por El Independiente a lo largo de todo este lunes negro para el partido.
Lobato arguye que quería que el chat con Sánchez Acera quedara "bien asegurado" y se pudiera acreditar que la información llegó no por una filtración, sino a través de los medios
Cargos de referencia relataban cómo en las últimas 24 horas los teléfonos ardían. La ansiedad se extendía. Estallaba un incendio mayúsculo a escasos cuatro días del 41º Congreso del PSOE en Sevilla, un cónclave ya de suyo difícil por el momento delicadísimo que vive el Gobierno y el propio presidente. La conclusión inequívoca, que verbalizaban sin tapujos dirigentes tanto cercanos como otros que se habían desmarcado hace tiempo de él, es que Lobato está "muerto", que no cabía ya redención posible. "Juan no da para más —constata un exalcalde que le apoyó en las primarias de hace tres años, en 2021— y lo de Óscar ya estaba bastante maduro. Juan sigue sin explicar para qué fue al notario. Y ha cambiado su versión en 24 horas, de desmentirlo primero [en un comunicado por BlueSky] a admitirlo. Si lo ha filtrado la notaría, la denuncias de inmediato, y si los periodistas de Abc mienten, los llevas a los tribunales. Pero no ha hecho ni una cosa ni la otra".
No solo Fuenlabrada y Getafe
"Está todo muy movido, con los teléfonos a tope. Creo que ha pasado una línea muy delicada. Fíjate el escenario que se le abre. Es la bomba, me parece feísimo política y personalmente", confiesa un alcalde de mucho peso en la región. "Es una situación insostenible", apunta otro importante primer edil. "Todo el mundo está abandonando a Juan. Ningún gran alcalde está con él, ni en su ejecutiva regional. Nadie entiende lo que ha hecho. Todo el mundo está de uñas y la gente quiere quitárselo de en medio", apunta en el círculo de otra alcaldesa del sur. El poder local es clave en los equilibrios internos del PSOE-M. Los regidores de Fuenlabrada, Javier Ayala —su rival en las primarias de 2021, ahora muy cercano a Ferraz—, y Getafe, Sara Hernández, se sitúan en la oposición interna. Tampoco se alinea ya con él la primera edil de Alcorcón, Cande Testa. "Esto es una barbaridad", tercia uno de los responsables más reconocibles de la federación, "menudo embrollo, se está liando él solito. Y yendo contra su propio Gobierno. ¡Pero qué locura! Es imperdonable lo que ha hecho". "El presidente está que fuma en pipa. Es que, ¿qué coño hace yendo a un notario? —se pregunta otro veterano responsable que conoce de sobra la federación—. Es ridículo. Quizá lo hace para utilizarlo como munición contra el presidente. Y eso supone que dañas al Gobierno y al partido. Si no estuviera tan próximo el congreso federal, le harían un Tomás Gómez", le destituirían, como cuando Sánchez decapitó al entonces barón autonómico en 2015.
En el partido hay quienes creen que Lobato pudo llevar los mensajes a la notaría para tener munición contra Sánchez. No se explica por qué no avisó a la dirigente madrileña si quería protegerla
Esa hipótesis, la que deslizaba esta última fuente, está muy presente en las conversaciones que circulaban entre los dirigentes en las últimas horas. Que Lobato pudo intentar acumular pruebas en caso de que tuviera que tirar de ellas para blindarse internamente, porque desde hace semanas eran evidentes los intentos de Ferraz y del PSOE-M de derribarlo. En la federación no encaja que, si lo que pretendía, según su relato, era poder acreditar que la comunicación del letrado de González Amador y el fiscal procedía de los medios —y no de una filtración de la Fiscalía General que llegó a la Moncloa—, no avisara a Sánchez Acera desde el primer minuto de que iba a acudir a la notaría. La lectura que ronda en el PSOE-M, en cualquier caso, es que Lobato trasladó al notario mensajes potencialmente explosivos para el Gobierno. "Y hacer eso, llevarle conversaciones con un compañero de partido sin avisarle es gravísimo. Definitivo. Se ha quebrado la confianza de todos", observa un potente cargo público madrileño.
"Se ha abierto un interrogante. Lo preocupante es que los que le conocemos sabemos que no se planta en la notaría por una maniobra política. Como le conozco, me inquieta", manifiesta con preocupación un parlamentario autonómico muy próximo al barón madrileño. "Me temo que esta losa no hay quien la levante. Ahora que Más Madrid estaba en la lona… ¡Qué mala suerte!", exclama otro responsable que también lo defendía hasta ahora. "Confuso y delicado. A expensas de conocer el acta notaria... Algo poco explicable, en principio", remacha otro mando de primer nivel que le ha sostenido todo este tiempo sin ambages.
Los que lo conocemos sabemos que no se planta en la notaría por una maniobra política", "esta losa no hay quien la levante", tema "confuso y delicado", admiten dirigentes que hasta ahora defendían a Lobato
"La gente está indignada. Alucinando. Es que se rompe el principio de confianza, la cadena de confianza, de confidencialidad, de lealtad entre compañeros. Es que si quieres proteger a Pilar, díselo a ella. Pero es que nada justifica que vayas a la notaría. Se ha cavado su propia tumba", opina otro diputado regional con muchos trienios en una federación tradicionalmente muy convulsa, que describe un ambiente interno pésimo, de "consternación, cabreo y preocupación". En el PSOE, y no solo en Madrid, también angustia que se haya iniciado de la peor manera posible la última curva hacia el 41º Congreso Federal, "cuando se tendría que hablar del partido en positivo", y en cambio el que lo arrancará "será el Supremo", con la declaración de Lobato y la presentación de su acta notarial. El futuro de García Ortiz se presenta más negro desde que este lunes se conociera que la Guardia Civil encuentra un papel "preeminente" en la filtración denunciada por el novio de Ayuso.
En la federación recuerdan, además, que el barón autonómico es técnico de Hacienda y, por tanto, su grado de responsabilidad, en caso de encubrimiento de delito, podría ser mayor. "Todo win win", resopla con resignación el último cargo citado, que duda de que realmente Lobato tenga "artillería" contra Sánchez, porque su relación era muy escasa. Eso sí, la posición más delicada, además de la suya, es la de Sánchez Acera, "a quien esto se puede llevar por delante".
La cuestión de los tiempos
Y ahora, ¿qué hacer? Distintos cargos consultados, de distintos niveles, admiten que la situación se puede "precipitar" en las próximas horas. Los movimientos internos se dirigen, como describen varios mandos, a convencer a Lobato para que dimita. Para que se vaya. O bien antes del 41º Congreso o bien inmediatamente después. Y es que el lunes 2, al día siguiente de la clausura, del cónclave federal, arrancará el proceso congresual madrileño: el día 5 lo convocará el comité regional y a partir del sábado 7 se podrán registrar las precandidaturas. "El día 2, habrá un candidato fuerte enfrente de Juan. Yo no adelantaría el proceso, porque distorsionar el congreso federal no tiene mucho sentido. El lunes será importante quiénes estén en esa foto", opina un exregidor de una ciudad del cinturón rojo madrileño.
Ha perdido la confianza de muchos militantes y no puede encabezar la lista de la federación madrileña" en el congreso, valora un relevante cargo institucional. "No nos representa", advierte otro veterano
Pero ya por la noche la sensación de ansiedad se iba apoderando del PSOE-M y había quienes entendían que no había tiempo que perder. "Ha perdido la confianza de muchos militantes y no puede encabezar la lista de la federación madrileña" en el congreso, valora una relevante cargo institucional. "Es que no puede encabezar la delegación madrileña. Debe dar un paso al lado o detrás. No nos representa, no nos puede representar. Es que va a declarar ante el Supremo como testigo el día en que empieza el congreso. Ya nos lo ha jodido", coincide con máximo cabreo otro cuadro de mucho peso y predicamento interno.
La pregunta que ronda ahora en el PSOE-M es cómo proceder. Cómo neutralizar a Lobato lo antes posible sin generar un "desastre". "Es una cuestión de táctica y de tiempos", resume un cargo emergente. Hay responsables que ya adelantan de qué manera se puede mostrar el vacío a Lobato: que la delegación madrileña rehúya fotos con él en el cónclave de Sevilla, que Sánchez no se siente con él a negociar la ejecutiva federal la noche del sábado o que en la cúpula aúpe a dirigentes madrileños que no sean de su confianza, como señal clara de desaprobación hacia él. No tardará en saberse qué jinete quiere para lidera el PSOE-M. Sobre el tapete, dos nombres claros: el del ministro Óscar López, el más fuerte y consolidado —ya fue secretario general del PSOE de Castilla y León entre 2008 y 2012 y candidato perdedor en las autonómicas de 2011, y responsable del aparato federal entre 2012 y 2014— y el de la portavoz adjunta de los socialistas en el Ayuntamiento de Madrid, la joven viguesa Enma López. Ella suena en las quinielas más como integrante de la nueva cúpula federal de Sánchez, tal vez de portavoz, aunque hay quienes en el PSOE-M la continúan viendo como posible candidata al liderazgo regional, en lugar de López. Quien está fuera de la competición es otro ministro, Félix Bolaños: él mismo se ha descartado para la carrera, como publicó este diario.
La batalla de primarias comenzará enseguida, y frente a Lobato hay un candidato destacado, el ministro Óscar López, además de la posibilidad de la concejala Enma López, nombre más seguro por ahora para la ejecutiva federal de Sánchez
Lo que está claro es que Lobato ya ha perdido buena parte del respaldo interno que esperaba contar, según expresan varios dirigentes. "Juan seguramente se va a bunkerizar. Forzará primarias y el partido se resentirá —apunta un secretario general de una agrupación numerosa de la capital, indignado—. La semana pasada, antes de todo esto, quizá se podía haber ido a un máximo de un 40% de apoyos en el PSOE-M. Ahora, con suerte, si saca un 30%, que se dé por contento. Con el cabreo que hay, la gente va a apretar mucho. Es que esto es definitivo para él. Definitivo. Y en lugar de aplicar sentido común, hace ronda por todos los medios y cada vez que habla cada vez es peor y se aprieta más el nudo al cuello. Lo peor de todo es que no se ha dado cuenta. No ha hecho falta que nadie le empuje: se ha suicidado él. Está mal rodeado, mal asesorado, no escucha. Se ha metido en jardines absurdos. Veremos si llega al viernes". "¿Ahora las notarías filtran lo que llevan allí sus clientes? ¿Pero qué chifladura es esta? Es que esto que ha hecho Juan no lo ha hecho ningún barón regional en la vida, que yo recuerde", apunta otro mando territorial de otro punto de España.
En Ferraz aseguran que no tienen "nada que decir" y que el PSOE-M es autónoma para "tomar sus decisiones". "No es el momento de hablar, añaden desde el círculo de Lobato. "Veremos si llega al viernes", señala un líder local, indignado
Si Lobato no dimite, no es fácil hacerle caer, porque desde el cambio de estatutos en 2017, no basta con la mitad de los miembros de la ejecutiva más uno presenten su dimisión: haría falta que promoviera su revocación más del 50% del comité regional y luego votada su destitución en una consulta a las bases. Pero con un congreso autonómico ya a la vuelta de la esquina, recuerda una dirigente del PSOE-M, no tendría sentido. "Es que debe dimitir, cuanto antes mejor —avisa un parlamentario autonómico—. Debería haberlo hecho ya. Es que esta situación es muy jodida para los que sentimos el partido, porque no va solo de Juan y su futuro, esto hace un daño muy gordo al partido".
Ferraz, por su parte, prefiere no interferir activamente, aunque la federación mire hacia arriba, hacia el poder de Sánchez, esperando una indicación. "No tenemos nada que decir. Esta dirección federal cesa el sábado, y el PSOE-M es una federación que toma sus propias decisiones", responden. También se acogen al silencio en el círculo más cerrado de Lobato: "No es el momento de hablar". Hasta ahora, el barón regional pretendía jugar la carta del líder de la militancia frente al aparato de Ferraz, y decía contar con el aval de la mayoría de secretarios locales y de los alcaldes socialistas de la región, salvo los de Fuenlabrada y Getafe. Buscaba emular la gesta de Tomás Gómez, que en 2010 se impuso a la candidata del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra Trinidad Jiménez. "Pero Tomás generaba una conexión emocional con las bases", "se trabajó su perfil durante muchos años y tenía el apoyo de los aparatos locales", cuentan hoy en la federación los que huyen de las comparaciones.
Los teléfonos siguen echando humo en el PSOE-M. Y parece que seguirán ardiendo durante horas. Días. Algunos cuadros aventuran que las reuniones internas que se seguirán sucediendo pueden ser claves, y que la siguiente fase puede ser el pronunciamiento en cascada de cargos públicos u orgánicos reclamándole la dimisión a Lobato. Pero los que lo conocen dan por hecho que no se plegará fácilmente. Él siempre dijo que daría la pelea, que no se rendiría, que las cosas en la vida no son nunca fáciles pero "hay que hacerlas". La batalla ya es imparable.
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