El hotel Intercontinental, en el Paseo de la Castellana, acogía este lunes un evento destinado a la alta sociedad económica y judicial de Madrid. El abogado Manuel Medina presentó su nuevo libro, El enjambre (Plaza Janés). Es el decimo octavo que publica. Entre los invitados varios nombres ilustres, algunos relacionados con casos en los que su bufete, Medina Cuadros, tiene intereses.
Con el alcalde de la capital como anfitrión -y autor del prólogo-, José Luis Martínez-Almeida, en las primeras filas estaban sentados el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, el titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Plaza Castilla, Juan Carlos Peinado o el expresidente de BBVA, Francisco González, entre otros, como el cura de la boda del propio alcalde.
Medina no es un abogado mediático. No sale en la televisión ni da entrevistas. Pero entre sus amistades siempre hay nombres de las más altas esferas. Este año, además de Almeida, estaba previsto que le presentase el ex fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, quien se ausentó por un asunto médico. La prensa no estaba invitada.
No mucha gente sabe que su despacho, de la mano de Javier Pimentel, defiende a Koldo García en la causa de los contratos de material sanitario. Uno de los implicados, Víctor de Aldama, está implicado en la trama del desfalco en el IVA de los hidrocarburos que instruye Pedraz. Al "nexo corruptor", como lo define la Guardia Civil, las acusaciones quieren relacionarlo con Begoña Gómez, causa que instruye Peinado. Con este último mantuvo una cordial charla Medina antes de empezar la presentación del libro.
Pero había más gente. La previsión de asistentes se quedó corta, por lo que el personal de los salones tuvo que sacar más sillas. En ellas se sentó Enrique Riquelme, que recientemente ha sacado a bolsa la empresa Cox, el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, el empresario Arturo Fernández, el abogado Jesús Santos, relacionado con el Partido Popular y Blas Herrero.
También hubo ausencias. Ni Baltasar Garzón ni la fiscal Dolores Delgado se dejaron ver en la sala. Al menos, si estuvieron, no se codearon en los primeros sillones y se guardaron de ser vistos. La amistad del matrimonio con Medina viene de lejos. Su boda se celebró en la finca que el abogado tiene en Jaén. La misma por la que paseó el exministro José Luis Ábalos tras las detenciones del caso Koldo.
Abogado, policía y del Santander
Como ya publicó El Independiente en su día, Medina fue policía. Su carrera empezó relacionada con el sistema penitenciario. "Estudiaba Derecho por las noches", apuntan, por lo que pronto se pasó a la abogacía. Ese brece paso, más sus contactos, le hicieron valedor en 2014 de la condecoración de la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco del Cuerpo al que perteneció. Se la entregó el ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz en 2014.
Entró a trabajar en el antiguo Banco Central Hispano, ahora Banco Santander. Se encargó de parte de sus intereses jurídicos en Andalucía, donde conoció a su mujer Amelia Cuadros, que también trabajaba en la entidad. Desde entonces "son inseparables". Se mudaron a Madrid y dieron comienzo al bufete que lleva el nombre de ambos.
En el plano personal, Medina disfruta leyendo a grandes autores como José María Pemán. Le gusta la poesía y "ama el campo". En alguna entrevista dice que sus raíces en el pueblo es lo que le han hecho fuerte. En su Villanueva del Arzobispo natal cuenta con olivares, "con un aceite de gran calidad" que no duda en regalar, una botella, a sus más cercanos En la presentación de este lunes regaló una muestra "del primer aceite verde del año" a los asistentes. También envía christmas navideños a sus allegados, acompañados de algunos versos.
Su faceta empresarial
La explotación de esos terrenos los gestiona con la empresa Molino de Casilda. El nombre corresponde a su madre, que falleció siendo joven. Esta es una de las muchas empresas en las que figura Medina González. En el registro mercantil aparece con 18 cargos empresas y una fundación. Además de su bufete, sus filiales y el aceite, cuenta con una sociedad de venta al por menor, una pequeña editorial, una inmobiliaria, alojamientos turísticos y unos talleres, entre otras. También aparece con cargo en el Banco Santander y en Telefónica.
La fundación en la que aparece, y de la que es presidente desde mayo de 2016, es la Princesa Kristina de Noruega. Situada en Covarrubias, Burgos, está dedicada a "fomentar y promover cualquier tipo de actividades culturales, y de otra naturaleza que puedan contribuir a mejorar las relaciones noruego-hispanas". El propio Medina explica que para él es "muy importante el acercamiento hasta Covarrubias de miles de familias noruegas que ya viven en España".
Medina ha visto como sus sociedades han recibido millonarias subvenciones a costa de la pandemia del Covid. En ayudas a las empresas, las suyas han recibido más de 3,1 millones de euros desde 2020. Según datos webs que utilizas datos del registro mercantil cotejadas por El Independiente, ninguna de ellas supera los 20 empleados, y algunas parten de la matriz, Medina Cuadros Abogados SL. Según su web, cuenta con "450 profesionales".
Su bufete tiene, en España, sede en Madrid, Jaén, Granada y Málaga. Hay quien lo sitúa también en Barcelona, aunque no aparece en su página online. A nivel internacional cuenta con despacho en Brasil y México. Otras fuentes apuntan que el abogado jienense ha tenido relación con el consulado de este último país en España.
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