A los populares madrileños no les cuadra la sucesión de acontecimientos narrada por el todavía líder del PSM, Juan Lobato, a la hora de justificar porqué decidió a principios de noviembre poner a buen recaudo de una notaría los mensajes recibidos en marzo por la directora de Gabinete de Óscar López -hoy ministro de Transformación Digital y Función Pública- para que denunciara ante la Asamblea de Madrid que había sido la pareja de Isabel Díaz Ayuso la que había propuesto un pacto a la Fiscalía por dos delitos fiscales y no al revés. Creen que Lobato intenta protegerse de las revelaciones contenidas en las comunicaciones y los mensajes de aquel tiempo, con la sospecha añadida de que pudo haber "un grupo específico de Whatsapp para coordinar la estrategia contra Alberto González Amador", según la información que manejan.

Sin querer aventurar quién podía formar parte de dicho grupo, exigen a Lobato que dé a conocer públicamente el acta notarial que también le ha pedido el Tribunal Supremo como parte de la declaración como testigo este viernes. Porque entre los mensajes de Pilar Sánchez Acera y la notaría median "los meses de marzo, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre", narra un dirigente del PP de Madrid. Casi siete meses "en los que Lobato no vio" la necesidad de acudir a ningún fedatario público. Ni siquiera, arguyen, cuando el asunto se judicializó y el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, fue imputado, "sino unas semanas después, concretamente, cuando el Supremo ordena intervenir el móvil y el portátil del fiscal".

Temor a la intervención de las comunicaciones

Ahí es donde ubican la decisión de Lobato, en el temor "de que de la intervención de las comunicaciones del fiscal pueda salir mucho más de lo que ha trascendido", incluida al creación ad hoc de ese grupo específico de Whatsapp para poner el foco en la pareja de Díaz Ayuso y sus problemas con la Agencia Tributaria y no en las actividades profesionales de Begoña Gómez que comenzaron a estar bajo el foco tras estallar el llamado 'caso Koldo'. Ese grupo reafirmaría, a juicio de los populares, que las filtraciones periodísticas y el uso que le han dado después, surgieron de la Fiscalía y de Moncloa en una actuación conjunta "usando los instrumentos del Estado contra una adversaria política".

Además de fraude a la Hacienda pública y falsedad documental, se investiga si González Amador pudo crear una sociedad pantalla en el marco de sus negocios con la empresa Quirón Prevención. Los delitos fiscales los reconoció para llegar a un acuerdo con la Fiscalía y aún a día de hoy, desde la dirección regional del partido, donde Ayuso tiene una de sus principales fortalezas, defienden que del informe de la UCO sobre la actuación "preeminente" del Fiscal en la filtración de la información, se demuestra "que fue la Fiscalía quien le propuso una salida. Le dice que reconozca el delito, que pague y, después, que llegue a un acuerdo, no es de motu proprio".

Lobato "exhibió el documento original de la Fiscalía"

Del todavía líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, poco menos que declarado en rebeldía tras su decisión de no dimitir, dicen los populares que si bien se negó en un principio a usar esa información "luego exhibe en la Asamblea el correo y ese es el original. No se trata ni de un pantallazo ni tiene marca de agua de ningún medio de comunicación". De hecho, admiten que el papel lo estuvo estudiando "nuestra gente" para analizar el encabezamiento, los párrafos y la nitidez. En definitiva, el que obra en poder de la Fiscalía "es que que tiene Lobato", a quien acusan, no de perseguir la comisión de un supuesto delito, sino de "salvarse a sí mismo".

El secretario general del PP de Madrid y una de las personas de mayor confianza de Ayuso, Alfonso Serrano, no quiso entrar ayer "en las cuitas internas del PSM o del PSOE. Yo no sé, como dice el señor Lobato, si no son una secta, aunque funcionan como una auténtica mafia. Me da igual lo que diga. Lo que espero del señor Lobato es que enseñe cuanto antes, ya llega tarde, ese acta notarial en el que aparecen esos pantallazos de Whatsapp y su propia declaración".

Presunto delito de encubrimiento

Ante un grupo de periodistas en los pasillos del Senado, agregó que "si no lo hace ahora, entiendo que tendrá que hacerlo el viernes ante el Supremo donde está llamado a comparecer como testigo, donde tiene obligación de decir la verdad". A su juicio hay dos cosas "indudables. La primera, que el señor Lobato cometió un presunto delito, por lo menos de encubrimiento, y la segunda, que el Fiscal jugó un papel 'preeminente' a la hora de esa filtración de datos que son protegidos".

Dicho esto, tiró por elevación para situar la responsabilidad final nada menos que en Pedro Sánchez. Argumentó que "nadie entiende que una asesora de Moncloa o el jefe de gabinete haga algo tan serio como esto sin el conocimiento del presidente del gobierno, que ha orquestado una campaña de acoso y derribo contra Ayuso y su entorno para tapar la corrupción de su partido, de su Gobierno y de su mujer. Más pronto que tarde quien acabará frente a los tribunales será el presidente del gobierno".