La dirección de Pedro Sánchez no forzará la máquina contra Juan Lobato. Comparte, con el PSOE-M, que la posición del líder de los socialistas madrileños es insostenible y que ha de dimitir, pero entiende que no tiene margen ni le conviene sumergirse ahora en una "guerra" interna cuando el 41º Congreso Federal está ya a la vuelta de la esquina. Arrancará el viernes en Sevilla, y por tanto "no tiene sentido", opinan en la cúpula federal, disparar contra un líder que caerá en cuanto arranque su propio proceso de primarias.
Lobato ya dejó claro este martes, a primera hora, que se aferra al cargo pese a la intensísima y creciente presión interna para que se vaya. Compareció en la Asamblea regional para denunciar el "linchamiento" de dirigentes de su partido y deslizar la sospecha de que quizá el documento que le envió el 14 de marzo Pilar Sánchez Acera, entonces directora de Gabinete de Óscar López, a su vez jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, no tenía un "origen lícito". Dejó la duda de que la comunicación del abogado de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, que le pidió que usase en el pleno, fuese una filtración, y no un mail publicado previamente por los medios. La declaración sin preguntas del jefe del PSOE-M indignó y epató a los suyos a partes iguales. Pero Ferraz alega que tiene las manos atadas y que cree que no tiene que moverse ahora mismo.
La cosa estará más bien a la vuelta" de la capital andaluza, cuando arranque, inmediatamente después, el proceso congresual madrileño, aseguran en Ferraz
"La dirección federal actual no va a hacer nada. No vamos a actuar. No tiene sentido meternos en una guerra a tres días del 41º Congreso", aseguran con toda rotundidad fuentes de la cúpula de Sánchez. Tampoco la dirección actuará para impedir que Lobato, como le piden los suyos, no encabece a los 89 delegados madrileños que tienen voz y voto en el congreso federal de Sevilla. Entiende que está en su derecho si no da un paso atrás.
"No podemos ni debemos hacer nada", advierten fuentes del máximo nivel del PSOE. Y añaden, y aquí está la clave: "La cosa estará más bien a la vuelta" de la capital andaluza, cuando arranque, inmediatamente después, el proceso congresual madrileño. Y es que se espera que el lunes 2 ya comiencen las postulaciones. El jueves 5 el comité regional convocará el cónclave y el 7 habrán de presentarse formalmente las precandidaturas. Es decir, el análisis de Ferraz es que dado que todo irá muy rápido, no tiene sentido interferir, ya que los militantes madrileños tendrán la palabra y serán ellos los que deban decidir. En el equipo de Sánchez interpretan también que "el PSOE-M tampoco tiene margen" para echar a su líder ahora mismo.
Los estatutos ya no permiten la caída del líder cuando le dimite la mitad más uno de los miembros de su ejecutiva. La revocación se activa cuando lo acuerda más del 50% del comité respectivo y lo valida en el plazo de un mes la militancia en una consulta
Y es que los estatutos del PSOE no facilitan en ningún caso tumbar a un secretario general elegido por primarias. Fue uno de los cambios que se introdujeron en el 39º Congreso, en 2017, tras la victoria de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz. Las normas se cambiaron para que no fuera ya posible que la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva provocara la caída automática del líder, para que el comité no pudiera defenestrarlo. El artículo 6 de los estatutos señala que el proceso de revocación o censura de un secretario general elegido por primarias deberá ser "motivado y acordado, mediante votación secreta, por más del 50% de votos del comité federal o el órgano territorial equivalente [el comité regional madrileño en este caso]". Una vez acordada esa censura, y en el plazo de un mes, debe ser aprobada por las bases en una consulta y, de prosperar por la mayoría de los votos, se producirá el cese de la ejecutiva y se nombrará una comisión gestora.
El recuerdo de la defenestración de Tomás Gómez
Las normas del PSOE —artículo 241 del reglamento de desarrollo de los estatutos— sí facultan a Ferraz a actuar en casos excepcionales, de grave conflicto orgánico, cuando se produzcan también actos de "indisciplina reiterada o de incumplimiento de los estatutos federales" o de las directrices de los órganos superiores o se adopten acuerdos que vulneren los principios del partido. En esos casos, la cúpula federal puede nombrar a una gestora por un tiempo de 90 días. Sánchez ya actuó así, manu militari, en 2015, cuando destituyó a Tomás Gómez al frente del entonces Partido Socialista de Madrid (PSM) para situar como candidato a las autonómicas al exministro Ángel Gabilondo. Una solución que se recuerda aún como traumática y de la que la federación tardó en reponerse.
A partir del lunes se espera que salten a la carrera los candidatos al liderazgo del PSOE-M. La alternativa a Lobato la podría encabezar el ministro Óscar López o bien la concejala de la capital Enma López
Ferraz ha hecho el cálculo, sin embargo, de que no le merece la pena ahondar la fractura ahora mismo, a las puertas del 41º Congreso Federal, cuando además la ejecutiva saliente cesa en cuanto empiece el cónclave. Entiende que es la federación la que debe decidir por sí misma. Por lo pronto, seguir ejerciendo presión interna frente a Lobato. Pero sin necesidad de un golpe palaciego contra él. El lunes ya se espera que dé el paso la alternativa al actual jefe del PSOE-M avalada por Ferraz: puede que entre en la carrera el hoy ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, o la concejala en la capital Enma López, miembro del comité organizador del 41º Congreso, valor en alza del partido y a la que muchos la ven como apuesta de Sánchez para su nueva ejecutiva.
En la dirección federal insisten en que no alcanzan a comprender por qué el secretario general del PSOE-M acudió a primeros de noviembre a un notario de la capital para trasladarle la conversación privada que tuvo en marzo con Pilar Sánchez Acera. Y sostienen que no lo ha explicado. "Es que no sé la relación que tiene con Abc —señala una integrante de la cúpula, que expresa como tantos otros dirigentes el malestar con Lobato por mimar a la prensa de la derecha—. Está atrapado por su relato. Es que no entendí lo de antes ni lo de ahora. No entiendo nada. Por el momento, se ha hecho la víctima, tampoco ha acusado claramente, ha sembrado dudas [de ilegalidad]. Veremos el viernes". Y es que el jefe del PSOE-M tiene una comparecencia clave el mismo día 29, horas antes de la apertura del cónclave en Sevilla: deberá responder a las preguntas del Tribunal Supremo, que le ha llamado a declarar como testigo y aportar el acta notarial. Está obligado a no mentir.
Por lo pronto, este martes subió la presión pública ante Lobato. El delegado del Gobierno en Madrid, Fran Martín, aseguró en declaraciones a los medios que debe dar explicaciones "más sólidas" sobre por qué tomó decisiones "tan relevantes" como acudir a un notario para llevarle una conversación con una compañera. Martín pidió que se convoque una reunión de la comisión ejecutiva regional como "foro interno" para abordar qué ha sucedido.
El delegado del Gobierno, Fran Martín, y la portavoz en la capital, Reyes Maroto, piden a Lobato que dé explicaciones ante la ejecutiva regional: "Se tiene que volver a ganar la confianza de la militancia"
A él se sumó la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto. La exministra exigió que Lobato "dé explicaciones a la militancia" y convoque a su ejecutiva regional para rendir cuentas. "Juan Lobato tiene que dar explicaciones a la militancia porque claramente se tiene que volver a ganar su confianza, una militancia que le hizo ser el secretario general de todos los socialistas madrileños". Maroto cree que urgen aclaraciones tras "la confusión que se generó ayer". En el Senado primero, y en el Congreso después, la vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, preguntada si Lobato ha de dimitir, insistió en que no hay que "desviarse" en que lo importante es que Ayuso "mintió" sobre su novio.
Ferraz tuvo conocimiento de lo ocurrido el mismo domingo, cuando publicó la noticia el diario Abc. Lobato telefoneó al secretario de Organización, Santos Cerdán, antes de que saltase la información. El número tres no entendió por qué el líder del PSOE-M había puesto en conocimiento del notario su cruce de mensajes con Sánchez Acera. Le mostró "sorpresa". Pero "la estrategia de defensa la decidió el propio Juan", subrayan en el aparato federal. Es decir, que él decidió sacar primero un comunicado de desmentido —del que informó a Cerdán, pero que "no pactó" con él— y sumergirse en una rueda de declaraciones públicas. Tampoco avanzó Lobato a Ferraz el contenido de su comparecencia de este martes.
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